
Mirar la muerte cara a cara nos hace personas valientes. Cuando nuestra existencia corre peligro, los miedos desaparecen, las dudas dejan de atormentarnos y aparece el remordimiento por no haber conseguido a tiempo todo lo que queríamos. Por qué Así como la muerte nos aterroriza, también nos infunde un coraje que no sabíamos que poseíamos.
Somos conscientes de que cada minuto cuenta y que debemos empezar a disfrutar de cada momento. Sin embargo, procrastinamos porque priorizamos proyectos, trabajos, preocupaciones y otras cosas que ocupan todo nuestro tiempo y cuyo valor se ve fácilmente disminuido. Hasta que nuestra vida pende de un hilo y nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos.
Arriesgate, no te quedes con las ganas.
Querías decirlo pero temías que te rechazaran. Querías expresar esas palabras pero la posibilidad de perder te hizo cambiar de opinión. Vergüenza, las dudas de que no sea tan importante han sembrado en tu mente un ¿y si…? Una colección de incertidumbres que te acompañarán para siempre de las que nunca te liberarás. Lo importante es que estos no aumenten.
Somos valientes cuando, demasiado cerca de la muerte, empezamos a ver estas y otras actitudes como una tontería. Nos culpamos y nos recriminamos por no haber tenido el valor de decir o hacer lo que queríamos cuando lo sentimos. Si todavía tenemos tiempo intentaremos poner remedio a estas situaciones. Si no es así nos llenaremos de culpa.

El conciencia . Recuerda a esa persona tan importante que no supiste valorar hasta que la perdiste.
Las excusas se han apoderado de ti al igual que las preocupaciones o pensamientos negativos de los que no puedes liberarte. Soy
Lo que deseamos experimentar en el fondo lo escondemos bajo una actitud limitante que transforma lo que deseamos en algo inalcanzable.
¿Qué tienes que perder?
A veces el hecho de que la experiencia de estar cerca de la muerte nos haga valientes es consecuencia de no tener nada que perder en ese momento. ¿Qué importa que nos digan sí o no? ¿Qué importa si nos rechazan? En esos momentos la única solución es intentarlo porque si la respuesta es positiva ganaremos algo y si es negativa no habremos perdido nada.

Esta es la actitud que debemos tomar para vivir el hoy mañana siempre. Porque en nuestra mente existen infinitas barreras resultantes de los traumas de experiencias que quisiéramos olvidar. ¡Lo que perderás ni siquiera lo tenías antes así que te arriesgas!
Muchos de los obstáculos que ves son sólo el producto extraordinario de tu imaginación. Límites creados tanto por cobardes como por valientes; sin embargo, los valientes los enfrentan mientras que los cobardes los evitan.
Las personas valientes luchan contra toda creencia limitante y no permiten que nadie les dé el miedo de lo que no conocen. Porque muchas veces ponemos excusas y afectamos nuestro futuro. Lo presuponemos, lo precedemos. Siendo conscientes de que es impredecible y que nos depara muchas sorpresas, ¿por qué somos cobardes ante esto?
Expectativas, orgullo, miedo al ridículo y miedo al fracaso... Todo esto se desvanece. Ese final que siempre esperamos que llegue lo más tarde posible es lo que nos hace valientes cuando ya no tenemos la oportunidad de serlo.
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