Síndrome de la cabaña: miedo a salir de la cuarentena

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Muchos italianos están experimentando actualmente miedo y ansiedad ante la idea de salir del encierro. Hasta el punto de que preferirían quedarse en casa. Este fenómeno psicológico no es nuevo. Veamos en qué consiste y qué estrategias se pueden utilizar para afrontarlo.

Miedo ante la idea de volver a salir a la calle. Ansiedad por tener que retomar nuestros compromisos fuera de casa. La sensación de que tenemos todo lo que necesitamos en casa y que a estas alturas nada cambia alarga la cuarentena unas semanas... Esta dimensión emocional en psicología se llama síndrome de la cabaña y curiosamente está afectando a un gran número de personas.

¿Te sorprende? ¿Quién de nosotros no puede esperar a volver a estar en contacto con el mundo real, la calle, la luz del sol y la calidez de la ciudad o el barrio? Sin embargo, en la práctica hay cientos de personas que se sienten invadidas por un sentimiento de angustia ante la mera idea de cruzar el umbral de su casa.

Lo primero que hay que aclarar es que se trata de una reacción normal: no es un trastorno psicológico. . Haber pasado muchas semanas aislado ha acostumbrado nuestro cerebro a esa seguridad que sólo encontramos entre las cuatro paredes del hogar.

A esto hay que añadir otra consideración: el Coronavirus no ha desaparecido. El riesgo de contagio sigue presente y es comprensible que el miedo a enfermarse aumenta la inseguridad y el miedo a salir. fiebre de cabina en inglés es una experiencia ya descrita a principios del siglo XX. Veamos de qué se trata.

¿Qué es el síndrome de la cabina?

Las primeras descripciones clínicas del síndrome de la cabaña se remontan a la era de la fiebre del oro del siglo XX en los Estados Unidos. Los buscadores se vieron obligados a pasar meses enteros dentro de una cabaña.

El aislamiento impuesto por la necesidad de concentrar la actividad en determinadas épocas del año hizo sentir sus efectos: negativa a volver a la civilización desconfianza hacia los demás estrés y ansiedad.

Un cuadro sintomático que también era común entre los fareros antes de la automatización y que se adapta muy bien a la actual situación de cuarentena. Por ello, los psicólogos han rescatado el síndrome de la cabaña para explicar la realidad que viven muchas personas en estos momentos. Pero ¿qué es la fiebre de cabina?

¿Cómo reconocer el síndrome de la cabaña?

    Uno de los síntomas más comunes es el letargo.. Es típico de esta afección sentirse cansado con brazos y piernas entumecidos, necesidad de largas siestas y dificultad para levantarse por las mañanas.
  • Puede experimentar síntomas cognitivos como dificultad para concentrarse y mala memoria .
  • Desmotivación.
  • Ansia de ciertos alimentos para calmar la ansiedad.
    El síndrome de Hut a menudo se manifiesta con un cuadro emocional específico.: tristeza miedo angustia frustración.
    La característica más evidente por otro lado es el miedo a salir.que muchas veces está disfrazado. Quienes padecen este síndrome simplemente manifiestan pocas ganas de salir porque se sienten cómodos en casa donde hay todo lo que necesitan.

Miedo a volver a la normalidad. ¿Qué hacer?

El síndrome de Hut está más extendido de lo que podría pensarse, hasta el punto de que la Universidad de Pekín ya ha desarrollado una escala para evaluar su incidencia.

Ciertamente no es una sensación cómoda, especialmente en un coro de personas que pisan el freno para recuperar su vida, la normalidad y la posibilidad de salir. Por tanto, es importante comprender y respetar la actitud de quienes en este momento no esperan con ansias la fase en la que podamos retomar el contacto con el mundo exterior. Aquí hay algunas estrategias útiles a seguir.

Date tiempo, las sensaciones que experimentas son comprensibles

Como decíamos, el síndrome de la cabaña no es un trastorno psicológico. Simplemente describe una situación emocional normal tras un contexto de aislamiento que duró varias semanas. Por tanto, no alimentes el miedo y la ansiedad con la idea de haber perdido el control de la situación. Las emociones que sientes son completamente comprensibles.

La solución es darse tiempo. No tienes que salir hoy si no quieres. Puedes proceder en pequeños pasos. Empiece por llegar a la puerta de entrada, ábrala sin salir. Mañana podrás dar unos pasos y volver atrás. Cuando estés preparado podrás arriesgarte a dar un paseo.

Hábitos y metas

El cerebro necesita rutinas para gestionar el tiempo para sentirse seguro y no dar demasiado espacio a rumia . Para reducir los efectos del síndrome de la cabaña, intenta reducir el tiempo de descanso, evitando especialmente pasar muchas horas en la cama o hacer siestas largas.

Establece una rutina y apégate a ella. Divide tu día en periodos de trabajo o limpieza de la casa, tiempo para comer sano y hacer ejercicio. Y lo más importante, establece una hora a la que saldrás de casa.

Busque apoyo si siente la necesidad

Cuando la idea de salir de casa te aterroriza y no tiende a aliviarse Es importante pedir ayuda . Si sientes que te resulta imposible cruzar la puerta o que el simple hecho de imaginarte en la calle te provoca ansiedad, puede que sea el momento de buscar ayuda profesional.

Estamos viviendo una situación sin precedentes y en estos meses tendremos que afrontar múltiples retos psicológicos. Debemos estar preparados para ser más sensibles, más humanos y estar cerca de los demás para superar juntos esta crisis.

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