Padres divorciados: la reacción de los hijos depende de la edad

Tiempo De Lectura ~3 Mínimo

Muchos padres piensan que la separación sólo les afecta a ellos.En realidad, esto no es cierto si hay niños involucrados. Aunque se les preste poca atención, los pequeños sufren con el divorcio, las discusiones, los malentendidos y todo lo que puede derivar de la ruptura. Los padres que se divorcian pueden ser una situación que muchos niños tal vez no puedan manejar por sí solos. Además, es normal que tengan dudas al respecto y necesiten que alguien con paciencia y comprensión se las aclare.

No es casualidad que muchos niños de padres divorciados acaben teniendo problemas en el colegio que algunos empiezan a experimentar alcohol y drogas a edades muy tempranas o que dejan de comunicarse con la familia. Los niños sufren tanto como sus padres y más aún porque ven que una de las primeras relaciones que tienen como referente falla.

El 60% de los hijos de divorciados necesitan someterse a tratamiento psicológico

Padres divorciados: las consecuencias dependen de la edad

Las consecuencias de la separación no son las mismas si el niño tiene 6 años o 2. De hecho, las circunstancias cambian y el nivel de madurez es muy diferente. Por esta razón Dependiendo de la edad del niño, éste se verá más o menos influenciado por la separación de sus padres. Un elemento sin duda a tener en cuenta ya que todo lo que le influya a esta edad le afectará años por venir.

Un niño que tiene menos de 2 años no entiende qué es un divorcio y mucho menos las consecuencias que se derivan del mismo. A pesar de ello, comprende que algo anda mal o es diferente, que hay cambios en el estado emocional de los padres y comprende si están ausentes o no. Esta ausencia se traduce muchas veces en un sentimiento de abandono y, debido al clima circundante, puede tener importantes consecuencias psicológicas si no se transmite la seguridad necesaria.

Un niño de entre 2 y 3 años se encuentra en una fase muy delicada de pleno desarrollo. Si la separación tiene un gran impacto en el niño, la consecuencia puede ser un retraso importante en su desarrollo: retraso en la adquisición de determinadas habilidades psicomotoras, dificultad en el aprendizaje del lenguaje y problemas en el control de los esfínteres. A esta edad un niño no entiende lo que implica un divorcio, sólo quiere que sus padres sigan juntos, lo cual es un sueño para él.

Si el niño tiene entre 3 y 5 años ya sabe (o al menos entiende) qué es un divorcio y lo que conlleva entonces hará muchas preguntas.El problema surge cuando uno encuentra respuestas al propio deseo de encontrar respuestas. mentiras que no le convencen y que, en consecuencia, alimentarán su sospecha de que el mundo se ha transformado en un lugar muy inseguro. Entre los miedos que se pueden fomentar está el miedo a quedarse solo o a que alguno de los padres lo abandone. Por este motivo puede ser posesivo con uno de ellos (o con ambos).

Los niños pueden reaccionar con ira, tristeza o enfado ante la posibilidad de un divorcio como evidencia de que a ellos también les afecta.

El niño de entre 6 y 12 años es mucho más empático e incluso puede ponerse en el lugar de sus padres incluso si a menudo alimenta la esperanza de que seguirán juntos. Los adultos lo hacen a veces ¿por qué no debería hacerlo un niño?

Sin embargo, hay que tener cuidado porque una decepción en este sentido -entender que esto no sucederá- puede tener un gran impacto emocional, incluso mucho más fuerte que la propia separación. No es lo mismo pensar que una situación es transitoria que pensar que es permanente: probablemente la adaptación a implementar sea la misma pero el impacto emocional no será el mismo.

Por tanto, hay que considerar que un niño a esta edad, a pesar de su madurez, está lejos de haber completado su desarrollo emocional. Hay procesos que no entenderá, como el hecho de que dos personas enamoradas hayan decidido no estar más juntas. La sensación de vivir en un mundo cuyas reglas complejas se le escapan podrían prevalecer.

En este grupo de edad el niño podría desarrollar dos estrategias de comparación. Puede desaprender habilidades emocionales que ha aprendido o parecer fuerte mientras oculta un dolor y un miedo profundos. En el segundo caso aprende a no expresar sus sentimientos que influirán en su vida de adulto.

Padres divorciados y comunicación con los hijos.

Una separación provoca diferentes efectos según la edad del niño. Por eso, aunque nos sintamos destruidos y no tengamos ganas, siempre debemos hacernos cargo de las dudas y preocupaciones de los más pequeños, comunicarnos con ellos y hacerles saber que a pesar de todos los cambios que sucederán siempre los querremos y podrán contar con nosotros.

También debemos pensar que el niño se entrega culpa De Probablemente crea que su comportamiento llevó a sus padres a querer separarse. Los padres necesitan hablar con él y hacerle entender que él no es responsable -ni culpable- de lo que está pasando.

Al hacerlo, hay que intentar ser claro con el pequeño. De nada sirve tapar lo sucedido creyendo que no entenderá la situación. I niños entienden más de lo que pensamos (especialmente lo que piensan los padres) y necesitan saber qué pasó. Ser claro y directo, no mentir y adaptar la conversación a su edad es muy importante para que se sienta querido.

Muchos padres divorciados intentan poner a sus hijos en contra del otro progenitor, lo que resulta enormemente doloroso y perjudicial.

Muchas parejas se centran en sí mismas sin pensar en las emociones de sus hijos. Esto los hace sentir abandonados o despreciados. Sin embargo, no puedes evitar hablar con ellos sobre una situación tan importante. Porque aunque no lo veas, probablemente estén manejando una herida que si no se trata se irá haciendo cada vez más grande con el paso de los años.

Entradas Populares