
Olvidar un amor es como intentar arañar una superficie de grafeno: imposible. Porque hay recuerdos, historias y experiencias inolvidables que han sido escritas con pasión y con esa magia que deja huellas imborrables en nuestra memoria. Lo queramos o no, es imposible borrar los amores de ayer porque ellos también nos ayudaron a ser quienes somos hoy.
El escritor libanés Khalil Gibran dijo en uno de sus cuentos que el corazón debe romperse en cierto punto para poder abrirse de verdad. Quizás sea cierto que se aprende a amar y que los corazones rotos son los que esconden mayor sabiduría entre las líneas de sus cicatrices. En cualquier caso y más allá decepciones experimentadas y hay un hecho evidente acerca de la felicidad que se disfruta: el cerebro nunca olvida lo que alguna vez amó.
Poco importa que nos den fórmulas mágicas, consejos o estrategias sofisticadas para borrar de nuestra memoria a esa persona que alguna vez amamos más que a nada. No sirve de nada. Porque lo vivido no se olvida; simplemente terminamos aceptando esta ausencia aceptando lo que ha sido (y ya no puede ser) y dándonos la oportunidad de ampliar nuestro caudal de experiencias y aprendizajes.
La cuerda cortada se puede volver a anudar, se puede agarrar pero ya está cortada. Tal vez nos volvamos a encontrar pero donde me abandonaste ya no me encontrarás.
-Bertolt Brecht-

Olvidar un amor es imposible para nuestro cerebro
Dejar atrás una relación y terminarla cuanto antes es a veces necesario. es por el bien de los dos preservar la dignidad y para evitar lastimarse. Como bien se dice: una ruptura a tiempo es la única manera de salir de ella en una sola pieza . Independientemente de si el final de una relación se acuerda mutuamente o lo emprende sólo uno de los dos socios, el sufrimiento que sigue suele ser inmenso.
Algunos estudios indican que por lo general se necesitan entre 6 y 18 meses para superar verdaderamente una ruptura. Olvidar un amor es imposible porque nadie puede cambiar sus recuerdos cuando se lo ordene. Sin embargo podemos regular el impacto emocional y hacer del duelo un camino básico y necesario a través del cual gestionar los sentimientos para aceptar la nueva situación.
Como bien sabemos El amor es una emoción intensa que a veces resulta caótica y hasta confusa. Ninguna relación es igual, por eso hay a quienes les cuesta más afrontarla mientras que a otros la siguen adelante con facilidad. En cualquier caso, olvidar un amor es imposible debido a las características de nuestro cerebro. Veamos más detalles a continuación.
Memoria emocional y marcadores somáticos.
Los seres humanos somos esencialmente criatura emotiva que un día aprendió a razonar . Las emociones son esa columna vertebral que nos conecta entre nosotros. Gracias a ellos establecemos vínculos, nos apegamos, identificamos riesgos y promovemos nuestro bienestar.
Todo esto explica por qué el amor es tan importante para el cerebro. Es ese tejido el que nos hace sentir seguros y valorados en ese grupo social que constituye una pareja. Amar y ser amado da calma combate el estrés y el miedo. Como Hechos como una traición, una decepción, una ruptura inesperada o acordada siempre causan dolor.
Por otro lado está nuestra memoria emocional. Cuando establecemos un vínculo emocional con alguien se crean múltiples marcadores somáticos. Son experiencias que el cerebro asocia a sensaciones emocionales intensas: besos, caricias, abrazos, olores, conversaciones y momentos de complicidad… Todo ello constituye la huella del bienestar, la felicidad, la ilusión del placer, etc.
Estos marcadores emocionales, así como los somáticos, se crean a través de neurocircuitos muy resistentes. En otras palabras, siempre permanecerán ahí. Por eso, a veces basta con oler un olor o visitar un lugar concreto para que en ese instante afloren no sólo los recuerdos sino también las sensaciones vividas en un momento pasado concreto.

Hay amores que representan una parte de nosotros y de nuestra historia.
Si olvidar un amor es imposible también se debe a un hecho más que evidente. Si pudiéramos borrar esa relación de nuestra memoria también nos borraríamos a nosotros mismos. Las personas no sólo están hechas de carne y hueso sino también de historias.
Entre los recuerdos vinculados a un amor pasado por lo tanto, nuestro antiguo yo también se encuentra. Una versión más joven e ingenua de nosotros mismos que dejamos que alguien nos lleve con nosotros mismos. El cerebro nunca elegirá olvidar esa versión de nuestro yo pasado.
Hacerlo significaría dar un paso atrás en nuestro crecimiento personal; porque todo lo que vivimos, sentimos e incluso sufrimos nos permitió ser quienes somos hoy. Por tanto, sería una pena prescindir de cualquier coma o fragmento de nuestro camino vital. Para bien o para mal, eso es lo que somos y lo bonito es que tenemos la oportunidad de seguir escribiendo mejores historias porque siempre vale la pena vivir el amor.