El poder de una sonrisa en 3 experimentos

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Gracias a diversos experimentos sobre el poder de la sonrisa realizados en diferentes partes del mundo, hoy sabemos que no basta con sonreír sino que la sonrisa debe ser sincera y reflejo de sentimientos genuinos.

Sonreír es una de esas facultades exclusivas del ser humano aunque a veces intentemos ver sonrisas en gatos, perros o elefantes. Esta es una expresión con un fuerte impacto y prueba de ello la da Varios experimentos sobre el poder de la sonrisa han conducido casi todos a esta conclusión.

Cualquiera puede comprobar el poder de una sonrisa en el día a día y sacar sus propias conclusiones. Por ejemplo, intenta pedirle un favor a alguien con una expresión seria y luego haz lo mismo mientras sonríes. Es probable que la reacción de nuestro interlocutor sea diferente.

Los dioses también se activan. mecanismos inconscientes que nos permiten entender si una persona sonríe sinceramente o no. Si el gesto no es genuino se desencadena el efecto contrario: nos volvemos desconfiados. Este mecanismo es parte de lo descubierto por algunos experimentos sobre el poder de la sonrisa. Veamos tres.

Cada sonrisa te hace un día más joven.

-proverbio chino-

1. Pegamento social: un experimento sobre el poder de la sonrisa

Uno de los experimentos más interesantes sobre el poder de la sonrisa fue realizado por el científico Ron Gutman, que estudia este tema desde hace varios años. Las conclusiones de su investigación fueron publicadas en la Revista Forbes en un artículo titulado El poder desaprovechado de la sonrisa.

Este estudio nos ofrece un dato interesante. Un mono joven fue colocado junto a dos personas, una de ellas sonreía y la otra no. el animalito se acercó a la persona sonriente. La prueba se repitió varias veces y el resultado fue siempre el mismo. Lo mismo sucede entre los humanos.

El artículo revisa un estudio realizado por la Universidad de Upsala en Suecia sobre las reacciones provocadas por diferentes expresiones faciales. Se ha concluido que las personas que sonríen tienden a contagiar su optimismo. De ello se deduce que sonreír es contagioso desde un punto de vista evolutivo. Ayuda a unir a las personas ya que actúa como pegamento social.

2. Sonreír genera un recuerdo más intenso

La Universidad de Duke (en Estados Unidos) llevó a cabo otro experimento sobre el poder de la sonrisa. Se pidió a 50 voluntarios que interactuaran con un empleado de una agencia de viajes imaginaria. Algunos fueron recibidos por una mujer seria, otros por una triste; el resto de una mujer sonriente.

Al final Todos los que habían interactuado con la mujer sonriente dijeron que se sintieron atraídos por el tema en cuestión. y que se sintieron más motivados para querer volver a hacer negocios con ella. Por tanto, los científicos han llegado a la conclusión de que en presencia de una persona sonriente se activa la corteza orbitofrontal es decir, un área del cerebro asociada a la recompensa.

Al mismo tiempo se comprobó que una cara sonriente genera un recuerdo más intenso. Dado que produce una experiencia gratificante, tendemos a registrarla más claramente en nuestra memoria. Asimismo, tendemos a estar más abiertos a las peticiones de personas que sonríen.

3. Las sonrisas falsas no son particularmente útiles

En 1980 el psicólogo alemán Fritz Strack de la Universidad de Wüzburg realizó otro experimento sobre el poder de la sonrisa. A pesar de utilizar una metodología precaria, los resultados de sus estudios se han vuelto muy populares. Han demostrado que si una persona está triste o de mal humor y se obliga a sonreír de forma falsa, su estado de ánimo tenderá a mejorar.

Sin embargo, otros 17 investigadores de diferentes partes del mundo replicaron el experimento de Strack pero obtuvieron resultados poco claros. Por eso el investigador Eric-Jan Wagenmakers de la Universidad de Amsterdam decidió realizar un análisis detallado del tema en cuestión.

En su investigación participaron 1.894 personas y un método muy riguroso. Al final se llegó a la conclusión de que No hay razón para pensar que obligar a tu cara a sonreír mejora el estado de ánimo de una persona. De hecho, los investigadores no identificaron ningún cambio subjetivo tras una sonrisa forzada.

Todo esto nos permite afirmar que el poder de la sonrisa no depende únicamente de la expresión facial sino que debe ir acompañada de un sentimiento verdadero para que tenga el efecto deseado. Sabemos con certeza que podemos buscar estímulos útiles para sonreír y a partir de ahí descubrir si es cierto que nuestro estado de ánimo cambia significativamente.

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