
A menudo hablamos de primos. el valor que tienen nuestros primos durante los primeros juegos, los primeros intercambios y los primeros cariños.
digamos que la amistad entre primos es una amistad especial dentro del mismo árbol genealógico ; aunque no formen parte de nuestra vida diaria, ocupan un lugar especial en nuestro pensamiento y quedan grabados en nuestra memoria.
Los primos constituyen vínculos fundamentales en nuestra vida y si hay una buena relación pueden convertirse en magníficos pilares que reflejen hermosas y tiernas sonrisas en nuestros rostros.
Los primeros amigos son nuestros familiares.
Cualquiera que haya tenido el honor y el placer de crecer con sus primos al lado lo sabe. Cuántas ganas tienes de reuniones, de tardes para jugar, de historias que contar, de tardes para hablar durante horas, de discusiones y de una paz casi obligatoria.
Hagamos las paces y abracémonos dijeron nuestros padres y tíos . ¡Qué difícil fue hacerlo pero qué rápido se olvidó la disputa! ¿Por qué? Porque cuando éramos pequeños sabíamos que cada segundo de juego era un tesoro preciado que no podíamos descuidar y quejarnos significaba hacerlo.
El tiempo era dorado y los reproches no merecían perder momentos de diversión en compañía de nuestros primos; en cualquier momento nos hubieran llamado para cenar o nos hubieran pasado a buscar para irnos.
Aprendimos con nuestros primos. incluso alejarnos de la realidad para sumergirnos en una mundo encantado que nos hizo volar a lugares llenos de imaginación y diversión.
Los primos: amigos
Tardes de juego y secretos compartidos hicieron memorables estos momentos de nuestra infancia.
Asimismo La relación que mantienen padres y tíos muchas veces se refleja en el clima que se establece en el juegos y en la relación de los primos. Si los hermanos pueden pasar tiempo juntos acabarán ayudando a sus hijos a establecer una relación duradera, estable y libre de conflictos cotidianos que a veces pueden eclipsar la belleza de esta etapa y de este momento.
Así como ocurre en las relaciones con personas especiales que se aman, dicen que un primo ve la primera lágrima, agarra la segunda y sostiene la tercera.
A medida que vamos creciendo se despierta entre primos una especial complicidad que se traduce en una permanencia emocional única. Sabemos que están ahí aunque no nos veamos, somos conscientes de que la distancia física no vence a un sentimiento y podemos apoyarnos y cuidarnos unos a otros sin duda.
Si esta relación está bien cimentada que puede durar toda la vida, transformándose en una amistad maravillosa dentro del árbol genealógico, una amistad que nos ayuda a crear una complicidad exquisita, un postre tan sabroso que nos endulza las sonrisas (algunas de nostalgia pero sobre todo de felicidad). Felicidad que marca una vida y muchas fases, felicidad que no se puede sustituir y que nos hará llevar siempre lo nuestro. Corazón La belleza de tener a nuestros primos.