
¿Cuántas veces escuchamos a la gente decir que no podemos cambiar porque estamos hechos así? ¿Cuántas veces has escuchado que no podemos comportarnos de otra manera porque tenemos inclinaciones muy específicas que no nos permiten actuar de otra manera? Sí, hablamos de personalidad: el conjunto de características que nos definen y nos hacen únicos. Pero ¿hasta qué punto es posible cambiar la personalidad?
La personalidad no es un concepto enteramente definido por nuestros genes y precisamente en virtud de ello podemos intervenir para realizar algunos cambios. De hecho, si miramos al pasado nos daremos cuenta de cómo a lo largo de la vida hemos conservado algunas partes de nuestra personalidad mientras que otras no. Quizás ahora seamos más amables o más irascibles, más ordenados o anárquicos, más melancólicos o luchadores, etc.
Este es un concepto muy importante en psicología y por eso mismo hemos querido dedicar este artículo a la personalidad y a cómo podemos incidir conscientemente en posibles cambios.
¿Qué es la personalidad?
Hay muchas definiciones de personalidad, quizá demasiadas. Sin embargo, la mayoría coincide en definir la personalidad como un constructo psicológico que se refiere al conjunto de Características (psicofísicas) que posee un individuo y que determinan sus tendencias conductuales, de pensamiento y emocionales.
Todas las características personales existentes se pueden dividir en dos tipos: características de comportamiento y características de carácter. Si las primeras son tendencias conductuales de carácter genético y biológico (nacemos con estas características), las segundas son el resultado de la interacción del individuo con el entorno.

para resumir Las características de comportamiento contienen algunos rasgos básicos y universales. como la búsqueda de sensaciones, el rechazo del peligro, la impulsividad, la actividad y la perseverancia. Por otro lado, en el grupo de características del carácter encontramos la autodirección (confianza y capacidad para dirigir la conducta hacia objetivos del propio interés), la cooperación y trascendencia (el gusto por lo estético y lo espiritual).
Todas estas características, tanto de comportamiento como de carácter, forman la personalidad y nos diferencian de los demás. dicho de otra manera todas las personas tienen estas características en su equipaje y sí diferenciar unos de otros dependiendo de la presencia más o menos marcada de una característica particular. En psicología técnicamente no decimos que alguien tenga muy baja impulsividad o muy alta tenacidad porque las características son conceptos graduales.
-H.K. Rowling-
¿Hasta qué punto uno puede cambiar su personalidad?
Muchas veces nos preguntamos si es posible cambiar nuestra personalidad. La respuesta es muy clara: sí es posible cambiar tu personalidad e incluso decidir la dirección e intensidad de este cambio. Más allá de que buena parte de la personalidad se hereda, no se trata de una configuración genética definitiva como en el caso de algunas enfermedades (la síndrome de X frágil o el de Down por ejemplo). Y como la personalidad es simplemente un filtro a través del cual nos relacionamos con el mundo y el mundo mismo cambia constantemente, nuestra personalidad también cambia.
Los rasgos característicos son más fáciles de cambiar: la influencia genética sobre ellos es menor y se han desarrollado principalmente en interacción con el medio ambiente. Cuando en terapia intentamos cambiar características temperamentales como la impulsividad, el paciente suele experimentar una mayor resistencia al cambio. Sin embargo, con perseverancia y dedicación en muchos casos se logran resultados positivos.
Incluso en el caso de las personas mayores es posible cambiar la personalidad. Generalmente cuanto más adulta sea la persona, mayor será su resistencia al cambio. Lo que intentamos es cambiar nuestra forma de ser, aquello que nos identifica y en el que nos reconocemos. Una forma de ser que nos acompaña desde hace muchos años.
Por esta razón
¿Cómo cambiar tu personalidad?
Para observar cambios en la personalidad es necesario un proceso profundo y constante trabajo psicológico . En primer lugar, es fundamental que la propia persona quiera cambiar. En segundo lugar, debemos aspirar a un pequeño cambio cada día.
Los cambios duraderos y positivos son los que se cocinan a fuego lento. Si planeas cambiar tu personalidad de la noche a la mañana porque estás harto de cómo has sido, estás seguro de que tu misión será desastrosa. Terminarás estrellándote contra una pared y aunque logres algunos cambios (a veces suceden milagros) lo más probable es que vuelvas al punto de partida en poco tiempo.

Recuerde: su sistema psicológico necesita tiempo para reestructurarse y aprender a cambiar su funcionamiento. Debe identificar las características que desea cambiar y los comportamientos diarios relacionados con esas características. Haz una lista de todo lo que quieres cambiar y comienza por las transformaciones menos importantes que requieran el menor esfuerzo. Como en una cadena, terminarás actuando sobre una característica tras otra.
-J. L. Borges-
Para cambiar la personalidad también es necesario poder hacer una evaluación objetiva del mencionado cambio. En otras palabras Además de identificar las características que desea cambiar, debe equiparse con unidades de medida para medir los cambios. Por ejemplo, si la característica a cambiar es la impulsividad También es necesario comprender cómo darse cuenta de si realmente ha mejorado en este sentido. Un posible sistema de evaluación es la capacidad de detenerse y contar hasta diez ante algo que te enoja.
Si hay algunas características personales nuestras que no nos gustan o que nos crean problemas, el consejo es buscar la ayuda de un psicólogo. De hecho, si a pesar de este artículo aún tienes algunas dudas, el psicólogo podrá evaluar tus características personales y darte los mejores consejos para cambiar tu personalidad.