
Entre 1961 y 1963, el psicólogo canadiense Albert Bandura llevó a cabo un experimento para analizar el comportamiento de los niños tras ver a los adultos actuar agresivamente contra un muñeco. El experimento del muñeco Bobo es la demostración empírica de una de sus teorías más conocidas: la teoría del aprendizaje social .
Esta teoría afirma que gran parte del aprendizaje humano se produce a través del contacto con el entorno social. Al observar a los demás adquirimos ciertos conocimientos, habilidades, estrategias, creencias y comportamientos. De esta manera cada individuo aprende la utilidad, conveniencia y consecuencias de diferentes conductas centrándose en determinados modelos y se comporta en base a lo que cree que es el resultado de sus acciones.
El aprendizaje es bidireccional: aprendemos del entorno y el entorno aprende y cambia gracias a nuestras acciones.
-Alberto Bandura-
La investigación de Bandura
Albert Bandura es considerado uno de los mayores genios en el campo del aprendizaje social. Recibió el título de Doctor honoris causa por universidades de varios países gracias a su aporte a la psicología. Una investigación realizada en 2002 vio esto en el cuarto lugar entre los psicólogos de referencia más citados de todos los tiempos después de Skinner Freud y Piaget .
Bandura no estuvo de acuerdo con la posición del conductistas porque creía que subestimaban la dimensión social del comportamiento humano. Por esta razón centró su estudio en la interacción entre el estudiante y el entorno para explicar los procesos de aprendizaje.

En 1961 este investigador comenzó a analizar diferentes métodos para tratar a niños demasiado agresivos, identificando los origen de la violencia en sus comportamientos. Así inició su investigación más famosa y conocida en todo el mundo: El experimento del muñeco Bobo. Veamos de qué se trata.
El experimento del muñeco Bobo
Alberto Bandura Desarrolló este experimento con el objetivo de proporcionar una base empírica para su teoría. Los resultados obtenidos cambiaron el rumbo de la psicología de la época ya que el experimento del muñeco Bobo fue el precursor del comportamiento agresivo de los niños.
El experimento se basó en la demostración de que los niños aprendían algunos comportamientos imitando las acciones de los adultos. En el estudio participaron 36 niños y 36 niñas de entre 3 y 5 años, todos alumnos de la escuela infantil de la Universidad de Stanford.
Los niños fueron divididos en tres grupos: 24 fueron expuestos al modelo agresivo, 24 al modelo no agresivo y el resto al grupo de control. Los grupos a su vez se dividieron por género (masculino y femenino). Los investigadores se aseguraron de que la mitad de los niños estuvieran expuestos a las acciones de adultos del mismo sexo y la otra mitad a algunos del sexo opuesto.
Tanto en el grupo agresivo como en el no agresivo. Cada niño observó individualmente el comportamiento de un adulto hacia el muñeco Bobo. (un muñeco inflable de plástico de un metro y medio de altura que recuperaba el equilibrio tras balancearlo).
En el escenario del modelo agresivo, el adulto empezó a jugar con los juguetes de la habitación durante aproximadamente un minuto. Después se comportó agresivamente con la muñeca golpearla o usar un martillo de juguete para golpearle la cara. en el grupo control no hubo observación previa de interacción con ningún modelo.
Después de la observación, los niños debían ir uno a uno a la habitación con los juguetes y el muñeco Bobo. Fueron filmados con cámaras de video para registrar su comportamiento luego de observar las acciones del modelos adultos .

Conclusión
Bandura estableció que Los niños expuestos al modelo agresivo tenían más probabilidades de participar en agresiones físicas .
En cuanto a los resultados de las diferencias de género totalmente confirmados. los niños estaban más influenciados por modelos del mismo sexo.
Además, entre los niños que habían presenciado el escenario agresivo, el número de agresiones físicas mostradas fue mayor en los niños que en las niñas. Es decir, los niños mostraron más agresión cuando observaron modelos masculinos agresivos.
Por otro lado, en 1965 se realizó un experimento similar al del muñeco Bobo. establecer los efectos de premiar o castigar las conductas malas y violentas. Las conclusiones obtenidas confirmaron la teoría del aprendizaje observacional: cuando los adultos son recompensados por un comportamiento violento, los niños son más propensos a golpear al muñeco. Sin embargo, cuando los adultos son regañados, los niños dejan de golpear al muñeco Bobo.
En todas las sociedades y en todas las comunidades existe o debe existir un canal, una salida por la que puedan liberarse las energías acumuladas en forma de agresión.
-Frantz Fanon-
Como hemos visto Los niños tienden a imitar lo que ven en sus modelos o figuras de referencia. por este motivo es muy importante prestar atención a los comportamientos y actitudes que adoptamos en el entorno familiar y educativo.