
Entre los efectos científicamente comprobados de la práctica de la meditación encontramos algunos que influyen en la química del cuerpo. De hecho Hoy veremos cómo se relacionan la melatonina y la meditación .
Además de mejorar y aumentar la energía y la paz mental, algunas investigaciones muestran que meditar regularmente aumenta los niveles de melatonina. Esta hormona nos ayuda a regular el ritmo y la calidad del sueño ya que su presencia en la sangre aumenta durante las horas de sueño.
La melatonina es el fruto del aminoácido triptófano. Esta hormona viene producida por la glándula pineal . Esta glándula es conocida desde hace varios cientos de años como la sede del alma y en muchas culturas se considera uno de los puntos hacia los que dirigir el flujo de energía durante la meditación.

¿Qué nos dicen los estudios sobre la melatonina y la meditación?
La asociación entre la melatonina y la meditación fue objeto de estudios en profundidad por parte de investigadores de la Universidad de Massachusetts en 1995. este estudio reveló datos muy significativos sobre esta relación.
El objetivo del estudio antes mencionado fue verificar la asociación entre la práctica regular de la meditación consciente y el aumento de los niveles fisiológicos de melatonina. Para ello, el equipo recolectó muestras de orina de los participantes del estudio durante la noche para aislar la 6-sulfatoximelatonina.
Este elemento es producto del deterioro de la melatonina lo que nos proporciona datos valiosos sobre los niveles de esta hormona en sangre. Estudios anteriores ya han demostrado que la melatonina es fotosensible, pero este estudio también sugiere que es psicosensible.
Melatonina y meditación
Los resultados del estudio fueron importantes: Se encontraron niveles significativamente más altos de melatonina entre las personas que meditaban
Otro estudio similar confirmó que meditar antes de ir a dormir eleva los niveles de melatonina durante la noche siguiente pero no durante las siguientes si no hemos meditado durante el día. Esto sugiere que la meditación debería ser una práctica regular.
La evaluación de la correlación fisiológica de los niveles superiores de conciencia durante el sueño ha proporcionado información válida: las personas que meditan regularmente pasan más horas durmiendo en la fase de onda lenta con mayor potencia theta-alfa y actividad delta de fondo. También se encontró una mejora significativa durante el sueño REM.
¿Cómo funciona esta correlación?
La meditación regula el sistema hipotálamo-pituitario-suprarrenal y por tanto también los niveles de cortisol y catecolaminas. Otros estudios demuestran que la meditación aumenta la dehidropiandrosterona, algunas hormonas hipofisarias como la hormona del crecimiento, la hormona que estimula la tiroides, la prolactina y obviamente la melatonina.
Este último ejerce un efecto hipnótico sobre el individuo gracias a la inhibición del núcleo supraquiasmático. además de actuar como antioxidante e inmunomodulador. Además de ser un importante antioxidante, genera una agradable sensación de bienestar.
La meditación se ofrece como una alternativa válida ya que favorece la concentración; no sólo por su impacto en los niveles de melatonina sino también por su impacto en los niveles de sus precursores especialmente en serotonina y con noradrenalina. Básicamente, ralentiza el metabolismo hepático y estimula la síntesis de la glándula pineal.

Melatonina y envejecimiento
El envejecimiento afecta la secreción de melatonina. y por tanto altera significativamente la calidad del sueño en la vejez. A medida que envejecemos, nuestra actividad simpática y parasimpática se reduce significativamente.
Esto provoca una activación autónoma y en consecuencia reduce la calidad de nuestro sueño reparador. Por el contrario, meditando conseguimos modular funciones autónomas durante el sueño. La actividad de la onda theta de la línea media frontal que se origina en la corteza cingulada anterior parece controlar la actividad parasimpática.
Conclusiones
A la luz de las fuentes bibliográficas y de los estudios mencionados podemos llegar a la conclusión de que meditar regularmente, en particular la meditación vipassana, activa cambios y aporta beneficios generales. Estos cambios tienen muchas similitudes con las funciones reparadoras y autorreguladoras del sueño.
La capacidad de la meditación para Modificar diversos mecanismos generados por el sueño. lo convierte en un elemento a través del cual podemos mejorar significativamente nuestro estado de salud y restablecer la homeostasis del cuerpo y la mente. Sin mencionar que abre la puerta a una mejor comprensión de los mecanismos del sueño y la conciencia.