
Un matrimonio se vuelve tóxico cuando al menos un miembro de la pareja sufre más de lo que es feliz.
La dependencia emocional, la conducta posesiva, los celos, la manipulación o las discusiones frecuentes son indicadores que la relación no va bien. Estos comportamientos también indican desigualdad entre los dos socios. Uno conquista terreno y ejerce control, el otro permanece en las sombras y puede ser manipulado.
Una relación de pareja sana da placer, felicidad y bienestar. En un matrimonio tóxico, una o ambas partes se sienten infelices, tristes o ansiosas la mayor parte del tiempo que pasan con la otra persona. Este sufrimiento provoca un grave desgaste emocional tanto en la pareja como en el núcleo familiar. Veamos cuáles son los signos más comunes de un matrimonio tóxico.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una manzana y que la vida sólo tiene sentido cuando logramos encontrar la otra mitad. No nos dijeron que nacemos enteros que nadie en nuestras vidas merece cargar sobre sus hombros la responsabilidad de completar lo que nos falta.
-John Lennon-
La dependencia emocional crea vínculos tóxicos
El dependencia emocional es una trampa psicológica que vincula la posibilidad de ser feliz al vínculo con otra persona.
Las personas dependientes reconocen el maltrato y el desprecio que sufren cada día pero son incapaces de dejar de depender de su pareja. Incluso se disculpan por cosas que no hicieron, se muestran obedientes y atentos a cada detalle para que el pareja Siéntete a gusto incluso si esto significa menoscabar tu bienestar. Buscan la aprobación y el cariño de los demás.

En la base de la dependencia emocional puede haber una baja autoestima que lleva al sujeto a no sentirse a la altura de su pareja. Estas personas son extremadamente críticas consigo mismas y se sienten culpables por el desprecio mostrado por su pareja. ellos no saben eso tal desprecio es directamente proporcional a su actitud sumisa.
La persona adicta vuelve continuamente al vínculo tóxico dignidad y la autoestima de la persona adicta.
No hay amor capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.
Señales para reconocer un matrimonio tóxico
El amor y la adicción son incompatibles, si coexisten terminan destruyéndose mutuamente. Si esto sucede, aunque la relación de pareja continúe, el amor irá decayendo hasta convertirse en una necesidad de sentirse bien para ser feliz. Esto conducirá a pisotear los límites del respeto y resultará en un control obsesivo que, junto con la necesidad aprobación dominará la relación.
Las emociones perturbadoras y las relaciones tóxicas se han identificado como factores de riesgo de algunas enfermedades.
En el amor es normal discutir. No hay nada de malo en tener opiniones diferentes y expresarlas. El problema surge cuando las discusiones se vuelven rutinarias y los límites dejan de existir. Aquí tienes las siete señales para reconocer un matrimonio tóxico:
- No hay respeto mutuo.
- Un miembro de la pareja domina al otro.
- No hay ningún esfuerzo por hacer feliz a tu pareja.
- Estar enamorado se confunde con obsesión.
- Culpas a tu cónyuge por todo o siempre te sientes culpable.
- Siempre justificas el comportamiento de tu pareja.
- Las discusiones son constantes.

Todas estas señales crean una atmósfera de inquietud que impide mantener una relación sana . No hacen ningún bien a nadie, todo lo contrario, hasta el punto de que pueden volverse patológicos. Debido a esto
La dependencia encadena y manipula la independencia ofrece alas para volar. Intentemos cuidarnos y querernos para crear vínculos de calidad.
No puedes depender de nadie para ser feliz. Ninguna relación te dará paz que no hayas formado ya dentro de ti mismo.
 
             
             
             
             
             
             
             
             
						   
						   
						   
						   
						   
						   
						  