
No importa qué camino elijamos, si el más corto o el más largo. No importa si el camino elegido atraviesa un bosque, una montaña o discurre junto al mar. En todos ellos encontraremos obstáculos porque la vida es un camino en zigzag con periodos de calma, días soleados y tormentas de nieve. A pesar de ello, no debemos rendirnos, nuestra voluntad es inflexible y rara vez retrocedemos. Porque puedes hacer cualquier cosa en la vida excepto rendirte.
Shakespeare decía que somos como jardines y que la voluntad es el jardinero que nos cuida. Y esta es una gran verdad. La psicología de la motivación nos recuerda que ningún motor es tan poderoso como la energía que une emociones, pensamientos y conductas encaminadas a un mismo fin.
No hay obstáculos que nos bloqueen si actuamos con confianza recordando lo que merecemos.
A veces el destino nos sorprende con giros repentinos donde sentimos que ya no tenemos control sobre nuestras vidas en el que emergen multitud de miedos. ¿Cómo manejar estas situaciones? ¿Cómo honrar ese deber vital de no rendirse nunca? Hablamos de ello en este artículo porque como ya se dijo en la vida puedes hacer cualquier cosa menos rendirte.

Puedes hacer cualquier cosa en la vida excepto rendirte.
A lo largo de la vida tenemos tiempo y oportunidad para casi todo . Por ser feliz o triste. Reír o caer en la desesperación. Amar y odiar, admirar o desconfiar.
El ritmo nómada y la mente curiosa nos han llevado a diferentes lugares en nuevos países donde experimentar sensaciones inesperadas. Aprendemos y desaprendemos. Corregimos nuestros errores y cometemos otros nuevos.
En este fluir de ciclos y fases de la vida siempre hay un compañero de viaje que actúa como copiloto: la fuerza de voluntad. . Nos empuja a no rendirnos, toma el timón en las situaciones más difíciles para mantenernos a flote.
Esta dimensión psicológica está muy ligada a las emociones. Y como es fácil imaginar, el estado de ánimo no siempre está de nuestro lado. Hay días en los que la ansiedad se convierte en una carga insoportable así como la maraña de tristeza y el laberinto de la frustración.
En esos momentos es fácil rendirse y decirse a uno mismo que nada es importante y que es mejor quedarse quieto y dejarse arrollar por la tormenta. No deberías rendirte en (casi) ningún momento de la vida .
Nutre la fuerza de voluntad que te impide rendirte
Según lo declarado por el Asociación Americana de Psicología (APA) la mayoría de los investigadores definen la fuerza de voluntad de la siguiente manera:
- Capacidad de comprometerse con uno mismo y con el propio bienestar.
- Herramienta para aprender gestionar las emociones . Comprender cómo los miedos nos bloquean cuando intentamos superar un obstáculo o una adversidad.

Pensar que puedes hacerlo: el secreto de la autoeficacia
Decirnos a nosotros mismos que lo lograremos es el mantra más útil para usar en tiempos difíciles. Disponemos de recursos internos suficientes para poder actuar, resolver y gestionar. es cierto que nadie nos enseñó a ser fuertes pero hay ocasiones en las que no queda más remedio que levantarse y hacer su propio camino.
Albert Bandura fue el primero en hablar de la importancia de trabajar la autoeficacia o confianza en nuestra capacidad para conseguir algo, superarnos y tener éxito. Lo mismo Bandura nos dio un claro ejemplo de cómo esta dimensión psicológica puede ayudarnos.
Imagínese estar en una habitación donde sólo hay una salida: una puerta vieja y oxidada cerrada con llave. Disponemos de cien llaves que también están viejas y oxidadas y entre todos ellos está precisamente el que nos permitirá salir .
La autoeficacia es la certeza de que tarde o temprano encontraremos esa clave. Puede que lleve algo de tiempo e incluso que tengamos que probar 99 antes de encontrar el adecuado.
Puedes hacer cualquier cosa en la vida y las personas que no se rinden huelen a esperanza.
A veces es necesario aceptar la realidad. Hay momentos para rendirse dar un paso atrás o retirarse de determinadas batallas no sólo es lo correcto; pero también el más saludable . No hay dudas. A pesar de ello, en el 99% de los casos nos vemos obligados a seguir adelante y despertar en nuestro interior el coraje y la esperanza para no rendirnos.
Como dicen, la batalla con peor resultado es la que no peleamos. La vida nos regala momentos inolvidables pero en determinados casos podemos pasar de la calma a la tormenta en cuestión de segundos. Y en esos momentos no queda más remedio que abrir el paraguas de la esperanza y bailar bajo la lluvia esperando el abrazo del sol de la mañana.
Porque el mañana siempre nos espera cuando decidimos no rendirnos cuando nos atrevemos y despertamos coraje dentro de nosotros mismos . Recordemos esto.