Ross Rosenberg y el síndrome del imán humano

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El síndrome del imán humano es un concepto forjado por el psicólogo y terapeuta Ross Rosenberg y que también da título a un libro que ya ha registrado ventas récord. La novela narra la realidad descubierta por Rosenberg: tendemos a sentir una poderosa atracción hacia personas que tarde o temprano nos harán sufrir.

Según la tesis de Ross Rosenberg el fenómeno llamado química entre dos personas no sería más que la expresión de una posible atracción disfuncional . Hay dos impulsos que conforman esta química: uno de amor y otro de guerra. Es decir, existe una fuerte atracción entre personas con las que acabaremos entrando en conflicto.

Se puede decir que para que se dé la danza de la codependencia es necesaria la participación de dos personas: el narcisista que toma el control y el codependiente que se adapta al ritmo de su pareja.

-Ross Rosenberg-

Esto explicaría por qué tan a menudo No fijamos nuestra atención en personas con grandes virtudes o que ofrecen estabilidad y ternura. . Por el contrario, no es raro que a nivel de química y la atracción amorosa, aquellos que parecen menos equilibrados tienen más éxito. Este fenómeno se explica por el síndrome del imán humano.

¿Pero qué es exactamente? Profundicemos juntos en el tema.

El síndrome del imán humano de Ross Rosenberg

Cuando las personas que son víctimas del síndrome del imán humano se encuentran, sienten que surge entre ellas una atracción muy fuerte. el poderoso sentimiento de que el otro es especial y que existe una conexión particular. También existe el intenso deseo de acariciar a esa persona o en general de tener un contacto fisico consigo.

Se dejan llevar por esta atracción y inician una relación que suele ser muy intensa. Ambos sienten que el otro es el amor de su vida. Una persona que lo complete y lo haga feliz.

Sin embargo, los conflictos por celos, diferencias de opinión, posesividad, etc., no tardarán en llegar. La misma persona que antes nos hacía inmensamente felices, ahora se convierte en causa de un enorme sufrimiento. Las dos personas involucradas se lastiman y su vínculo se convierte en una verdadera guerra. Sin embargo, les resulta extremadamente difícil separarse.

Narcisismo y codependencia

Según Ross Rosenberg, el síndrome del imán humano es un fenómeno que suele darse entre dos tipos de personas : codependientes y narcisistas. Naturalmente, como señala la psicóloga, toda relación implica un cierto grado de dependencia. El problema surge cuando esta se convierte en la nota predominante y genera un verdadero drama en quien la vive.

El codependencia lleva a uno de los miembros de la pareja a entregarse al otro sin límites. Se esfuerza por dar lo mejor de sí mismo sin filtros ni medias tintas. Por su parte, el otro o el narcisista recibe con agrado esta demostración de afecto incondicional, reaccionando con atención y cuidado. Hasta este punto todo parece color de rosa.

Sin embargo De repente el narcisista quiere más. Incluso si el compañero lo está dando todo el narcisista sentirá que falta algo. Progresivamente no encontrará satisfactorio lo que recibe y empezará a pedir o exigir más.

El codependiente por su parte se sentirá cada vez menos válido. Creerá que su pareja ya no lo necesita. Esto lo llenará de inseguridad y se esforzará por dar cada vez más, acabando sintiendo los efectos de la indolencia de su pareja.

Sufrimiento sin fin

Las personas involucradas en el síndrome del imán humano crean relaciones que con el tiempo se vuelven dolorosas y asfixiantes. Sin embargo, el atracción continúa, a veces incluso volviéndose más fuerte independientemente del daño mutuo infligido.

Por alguna razón el codependiente quiere seguir siendo controlado; a su vez, el narcisista necesita desesperadamente a su adulador. Por eso luchan por poner fin a una relación que, en última instancia, los daña a ambos: alimenta su desequilibrio.

El mecanismo es similar al que ocurre después de una adicción a sustancias . Al principio la sensación es increíblemente placentera y produce una intensa euforia. Algunos llegan incluso a llamarlo felicidad. Con el tiempo, esta sensación va desapareciendo poco a poco, dejando lugar a un gran sufrimiento, pero las personas siguen atadas a la idea de ese placer inicial. De una forma u otra siguen buscando esa sensación de forma compulsiva.

Desde el punto de vista psicológico, el codependiente y el narcisista son totalmente opuestos. Por la misma razón también son complementarios. No es casualidad que hablemos de la otra mitad de la manzana aunque en este caso hablamos de una situación patológica.

El síndrome del imán humano de Ross Rosenberg nos muestra por tanto por qué amamos a quienes nos hacen sufrir. También revela que este fenómeno se refiere más a patologías individuales que alimentan a la pareja que a amores verdaderamente grandes y atormentados.

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