Mi querido yo, perdón si te hice sufrir

Tiempo De Lectura ~3 Mínimo
A veces nos traicionamos a nosotros mismos por un poco de aprobación de los demás. Dejamos de escucharnos y usamos mil máscaras para ocultar nuestra verdadera identidad. El precio a pagar es alto: sufrimiento y soledad.

Querida, lo siento si te hice sufrir tanto. . Ahora que estoy frente al espejo y he encontrado el coraje para mirarte a los ojos me gustaría que me escucharas. Tengo muchas cosas que contaros y tantos arrepentimientos que no puedo seguir viviendo como si nada. No estaría bien.

Más de una vez busqué esta conversación contigo pero no estaba lista. El dolor, la decepción y el miedo de enfrentar todo lo que te he causado en estos años cerraron mi garganta y bloquearon las palabras... Preferí fingir que no era nada y en realidad llegué a creerlo.

Sabes que creemos que estamos preparados y lo suficientemente fuertes para poder enfrentar cualquier cosa menos como nos engañamos a veces … Me pasó a mí: caminaba con los ojos vendados.

En este momento sé mirarte a la cara y reconocerte en el espejo. . Ya no huyo de ti ni de mis complejos. Ya no eres invisible a mis ojos. Te veo, te veo. Lo acepto.

Reencontrarme contigo y redescubrirte me hace sentir feliz pero todavía siento un escozor que no me deja disfrutarte plenamente. De hecho, ¿qué es la reconciliación sin pedir perdón? Es para fortalecer nuestro vínculo que le escribo esta carta.

La peor soledad es no estar a gusto con uno mismo.

-Mark Twain-

Perdóname por tal malentendido.

Querida, siento haberte hecho sufrir tanto. . Por haberte olvidado, ponerte en un segundo plano e incluso por haberte negado o disfrazado de quien no eres. Para todos mis disfraces y máscaras...

Sé que cada vez que me sentí avergonzado de ti te lastimé . El rechazo es uno de heridas más profundas . Te negué y por eso me negué a mí mismo. Ocultar quiénes somos es la peor traición. Se está volviendo invisible a nuestros ojos. ¡Cuánto duele!

Sigo recordando lo mal que pensé en ti, en mí, en nosotros. El desprecio que sentí. No hubo nada que hiciste bien. Recuerdo haberte molestado con preguntas para culparte sin darte nunca la oportunidad de defenderte. Si no fuera tu cuerpo, fuera tu carácter o tu comportamiento, apenas podría tolerarte. En esos momentos pensé que no tenías nada que ofrecerme o al menos nada digno de valor.

Querida, lo siento por exigir por azotarte con mis palabras destructivas por criticar todo lo que no cumplió con mis expectativas. Ahora sé que cuando te hablé no tuve mucha consideración y que si esperabas un gesto afectuoso de mi parte te respondí con frialdad. Disculpe. En lugar de abrazarte, me alejé, generando una espiral de malestar cada vez más profunda.

Son muchas las veces que te he olvidado; muchas veces te hice callar mientras me pedías ayuda desde dentro. Lo siento. Te di la espalda a mí y a nosotros dos hasta que no pude soportarlo más. ; hasta que sentí mi pecho estallar por la presión que me aplastaba y mi alma ya no recordaba la última vez que se sintió bien, tranquila y feliz. Y luego el colapso.

Y aunque no deseo que nadie se sienta así gracias a este naufragio mío descubrí que aún existías y estabas ahí esperando que tarde o temprano volvería a mirarte. Una vez más déjame disculparse por el daño que te he hecho.

Querida te propongo un trato

A partir de ahora quiero que nuestro vínculo cambie. Quiero protegerte. Por eso te ofrezco un trato: apostemos por nosotros. Yo sobre ti, tú sobre mí. Seamos uno en lugar de falso héroe y verdugo. . Nos convertimos en cómplices.

Prometo escucharte aunque a veces me resulte difícil. Sé que tienes cosas importantes que decirme. A partir de hoy ya no te quitaré la palabra sino todo lo contrario. En la medida que me lo permitan, me aseguraré de que puedas expresarte con más fuerza. Quiero conocerte, redescubrirte, saber todo sobre ti; lo que te gusta y lo que no, en lo que eres bueno y lo que dejaste sin terminar... Todo.

No puedo asegurarte que nunca más te lastimaré. No puedo prometerte eso. Todos cometemos errores pero te aseguro que nunca lo haré con malas intenciones y que pensaré en nosotros. a nuestra felicidad a quienes somos. Porque después de usar tantos disfraces me di cuenta que si no está contigo no está con nadie. Pagué el precio de la traición y puedo decirles que esta es una de las peores experiencias de mi vida.

Te respetaré y cuando estés enfermo. sentiré empatía hacia ti . Me pondré en tu lugar en todo lo que has vivido y trataré de entenderte. Ya dejé de culparte y no me detendré en el por qué sino en el para qué. Sólo así podré comprender lo que os pasa, lo que os sacude o os preocupa.

Abrazaré tus miedos y tus heridas. Mi experiencia me ha enseñado que no se mejora si no se habla, se escucha y se comprende. Luchar contra la ira y el odio me aleja de ti y me sumerge en la ansiedad en el tristeza y con dolor. Y no quiero esto ni para ti ni para mí.

Sé que la vida es dura y que también llegarán los días de la tensión del fracaso; estos son esos momentos en los que te gustaría dejarlo todo o cambiar de rumbo pero déjame decidir junto a ti. Te lastimé, te decepcioné; Sin embargo, querida, te pido que lo intentes.

Contigo quiero tender puentes hacia el bienestar y la aceptación. Deseo ser uno contigo para no estar más separado. Quiero que este vínculo crezca y nos llene de paz y amor. Quiero volver a tomar tu mano y esta vez no volverte a soltar nunca más.

¿Qué dices si aceptas el trato?

La relación más importante de tu vida es la que tienes contigo mismo.

-Steve Maraboli-

Entradas Populares