Fobia impulsiva: qué es y cómo se trata

Tiempo De Lectura ~7 Mínimo

La fobia impulsiva es el miedo intenso a seguir un impulso, perder el control y hacerse daño a uno mismo o a los demás. Algunas clasificaciones diagnósticas consideran la fobia a los impulsos como una variante del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). De hecho, se trata de un pensamiento intrusivo que invade o se apodera de la mente del sujeto y lo induce a implementar algún tipo de conducta o pensamiento (compulsión) con el fin de domar la ansiedad provocada por el propio pensamiento.

Veamos a continuación cómo reconocer la fobia a los impulsos y cómo se trata.

¿Cómo reconocer la fobia a los impulsos?

Desde un punto de vista clínico, la fobia a los impulsos se considera una variante del TOC. Diagnóstico caracterizado por un miedo intenso a los propios impulsos.

Las principales características clínicas que definen este trastorno son:

    Pensamientos invasivos que giran en torno a la posibilidad de seguir un impulso y perder el controlar .
  • El contenido de este pensamiento anticipa una agresión hacia uno mismo o hacia los demás.
  • Miedo intenso que surge por el mero hecho de experimentar estos pensamientos.
  • Impulsar la implementación de conductas de prevención o evitación para evitar que estos pensamientos se hagan realidad.

¿Cuáles son los impulsos más frecuentes?

Cualquiera que acuda a un terapeuta y reciba el diagnóstico de fobia a los impulsos suele ser capaz de identificar su problema. Es ese tipo de pensamiento el que desencadena el miedo a dañar a los seres queridos. (pareja, padres, hijos) o a sí mismo (tirarse desde el balcón o debajo del metro o desviarse bruscamente mientras circula por la autopista). En cualquier caso, se observa en el paciente una fusión entre pensamiento y acción.

La fobia impulsiva suele seguir una dinámica precisa.

    el temay perder el control.
  • Este pensamiento o imagen se evalúa como catastrófico .
  • Por lo tanto la persona utiliza todos los recursos psicológicos que posee para borrar estos pensamientos o imágenes .
  • Dado que centrarse en el pensamiento es una estrategia equivocada, la angustia provocada aumenta y los pensamientos anticipatorios se vuelven aún más poderosos.
  • Finalmente, al no poder controlar el contenido de los pensamientos (nadie es capaz de hacerlo), la idea de perder el control se afianza en el sujeto, haciendo que el miedo sea más intenso.

Las personas que acuden al psicólogo por una fobia impulsiva generalmente refieren pensamientos que desencadenan el miedo a dañar a sus familiares (pareja, padres o hijos).

Las consecuencias más frecuentes de la fobia a los impulsos

Cualquier trastorno obsesivo compulsivo o fobia (si el objeto del miedo está presente todos los días) provoca una disminución significativa en calidad de vida del paciente.

Esto es consecuencia de que el sujeto intenta controlar el miedo y prevenir situaciones que le provoquen ansiedad. Progresivamente y sin darse cuenta acaba renunciando a diversos aspectos de su vida personal. Gran parte de su energía se dirige a intentar controlar el miedo.

Al mismo tiempo, una de las principales consecuencias de la fobia a los impulsos es la sensación de que el enemigo ambos dentro de sí mismo. Al tratarse de un trastorno egodistónico (hay una disonancia entre lo que la persona piensa y quiere), la autoexigencia por el control de los propios pensamientos es muy alta. La sensación resultante es la de luchar contra uno mismo.

En otras palabras, el sujeto siente que la obsesión y el miedo a sus propios impulsos dominan su atención. Al mismo tiempo los percibe como elementos externos y por tanto controlables. Al fracasar en esta tarea siente que él es el origen de su obsesión, de ahí la sensación de luchar contra lo que dice su cabeza.

A la larga, esta lucha interna provoca ansiedad y depresión que también deben abordarse en la terapia.

¿Qué tratamiento existe para la fobia a los impulsos?

El tratamiento para la fobia impulsiva sea cual sea el objeto de la obsesión (independientemente de que implique daño a uno mismo o a otros) debe ser siempre psicológico. Se puede complementar si la ansiedad es extrema con un tratamiento psicofarmacológico prescrito por un psiquiatra. En general, el abordaje terapéutico de esta fobia sigue las líneas de tratamiento utilizadas para los casos de TOC.

Cualquier tipo de TOC o fobia (si el objeto del miedo está presente todos los días) provoca una disminución significativa en la calidad de vida del paciente.

Digamos que siempre debe ser psicológico porque él psicólogo tiene la formación y experiencia necesaria para que el paciente logre cambios en los siguientes puntos (utilizando diferentes técnicas psicoterapéuticas).

  • Entender cómo surgió el problema y cuál es su nivel actual de operación.
  • Evaluar e identificar las soluciones ya intentadas por el paciente y que han fracasado.
  • Dar fuerza a soluciones ya probadas que realmente funcionan.
  • Ayudar al paciente a comprender cómo funciona su mente y su trastorno y así tener un mayor control sobre lo que sucede.
  • Desata a la persona de sus pensamientos. Pensar en un gesto no significa hacerlo ni poder hacerlo ni aumentar la probabilidad de que esto suceda.
  • Recuperar aspectos de la vida que la persona aprecia pero que ha acabado descuidando.
  • Prevenir recaídas y consolidar las herramientas psicológicas adquiridas.

Al final Cabe señalar que aunque existen diferentes enfoques psicológicos en el tratamiento de la fobia a los impulsos, sólo disponemos de estudios sobre la efectividad de las estrategias cognitivo-conductuales.

Esto no significa que otros enfoques no sean válidos sino que esto no ha sido demostrado científicamente.

Si leyendo te has identificado como una persona con fobia a los impulsos, ten en cuenta que se trata de un problema psicológico. Cuanto antes lo afrontes, antes te desharás de él.

Entradas Populares