Actitudes que destruyen las relaciones

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Desde el desprecio hasta la crítica pueden ser actitudes fundamentales para la ruptura de amistades familiares o románticas.

A veces sucede que la forma en la que expresamos nuestros pensamientos o la conducta que demostramos deja mucho que desear. Somos groseros y vulgares y no tomamos en consideración los sentimientos de los demás. Algunas de estas conductas pueden doler tanto que en muchas ocasiones acaban rompiendo amistades entre parejas y familias. Dicho esto, ¿cuáles son las actitudes que destruyen las relaciones y nos causan sufrimiento?

En resumen es la crítica al desprecio del contraataque y de 'rendición final.

Actitudes que destruyen las relaciones personales

Cuando alguien responde de manera grosera o irrespetuosa a un comentario inocente, sin querer activa la parte emocional de nuestro cerebro. No de forma positiva sino negativa.

Es así como esta activación nos plantea un dilema entre dos acciones con el objetivo de protegernos: huir o luchar. enojo . Una u otra elección dependerá del grado de oposición u hostilidad que sintamos en ese momento.

En las actitudes que destruyen las relaciones hay rastros de ira, desprecio y a veces resentimiento.

Sin embargo, el efecto que produce en nosotros ese comentario suele ser el mismo: irritación, enfado y disgusto hacia quien lo dice. Es así como si cada vez que la encontramos adopta la misma actitud y nos ataca verbalmente acabaremos cansándonos de ella. A nadie le gusta rodearse de personas que continuamente le generan malestar. Por eso decidiremos terminar la relación.

Crítica

Siempre dejas todo en el suelo nunca te lavas las manos antes de comer llegas tarde sistemáticamente nadie lo soporta son ejemplos de críticas no constructivas. Además de no ir acompañadas de una conducta que sustituya a la no deseada, contienen adverbios decisivos y sentenciadores (siempre nunca). Expresiones que no dejan margen a la comprensión ni a la flexibilidad.

Bien La crítica puede convertirse en una sugerencia constructiva o ser reemplazada por un comentario menos dañino. Así lo evitaremos discusiones malentendidos y el deterioro de nuestras relaciones.

A las frases de los ejemplos anteriores podríamos añadir si dejas todo en el suelo tendré que recogerlo. Y ya tengo suficientes compromisos hoy. Me gustaría que me ayudaras. O cuando llegas tarde me avergüenzas. No me gusta tener que justificarte cada vez que sucede.

Desprecio

Si bien la crítica se manifiesta principalmente en forma oral El desprecio se puede realizar de dos maneras: gestual y verbalmente.

En el primer caso se trata de una forma menos directa pero igualmente destructiva. Veamos algunos ejemplos.

Ambos casos Aunque no son muy evidentes, son muy dolorosos para quien los padece.

No hay peor forma de desprecio que la indiferencia

el lenguaje de sarcasmo es otra forma de desprecio. Una forma de agresión oculta, mal entendida o realizada en el momento equivocado puede doler mucho.

Contraataque o retirada: actitudes que exacerban el conflicto

A veces Creemos que sólo tenemos dos opciones cuando nos atacan: contraatacar o huir. Si optamos por lo primero, la acción más lógica es responder automáticamente a la otra persona como lo primero que nos viene a la cabeza. Y normalmente no es algo agradable.

Esto a su vez le provoca malestar que puede llevarla a atacarnos nuevamente. Así que ambos entraremos en un círculo vicioso peligroso y difícil de detener.

Contraatacar es uno de los comportamientos que destruyen las relaciones. Una trampa que si no eres capaz de gestionar puede provocar graves consecuencias, incluidas heridas emocionales difíciles de sanar.

De lo contrario La retirada es similar a la rendición en el campo de batalla. Es la consecuencia de una feroz lucha de poder entre dos personas. Así, después de semanas o meses de continuos ataques, críticas o burlas, uno de los dos participantes decide darse por vencido: buscar el diálogo y no el choque.

A su vez, esta actitud exaspera a la otra parte que sigue esperando un ataque con el que alimentar el suyo. Pero al final, al no obtener ninguna respuesta hostil, acaba enfadándose, gritando y desesperando. Algunas personas no saben respetar los momentos de respiración de los demás y en lugar de esperar aumentan el conflicto con sus propios comportamientos.

Como hemos visto, las actitudes que destruyen las relaciones personales no son agradables ni tampoco sus consecuencias. Somos conscientes de que si alguien nos critica (de forma no constructiva) difícilmente seremos sus amigos o que si nos quejamos constantemente con nuestros pareja es probable que se aleje de nosotros. A pesar de esto, seguimos adoptando estos comportamientos.

A veces es mejor detenerse en el camino para respirar y tomar conciencia de lo que está pasando que continuar a toda velocidad sin considerar las consecuencias de tus actos.

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