
Los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de una mano. Este concepto es bastante evidente para todos aquellos que ya han llegado a un determinado punto del ciclo vital y han acumulado varios
Por lo general, nos esforzamos por mantener buenas relaciones y conectarnos profundamente. Buscamos cómplices, alguien con quien podamos contar. amigos cuya alma podemos abrazar y del cual podemos explorar cada sentimiento dado.
Sin embargo, no siempre lo logramos y la mayoría de nuestras amistades terminan siendo temporales o superficiales, no como queríamos que fueran. En otras palabras, no tenemos muchos mejores amigos.

Sólo la mitad de los que consideramos mejores amigos lo son
Si calculamos todos los amigos especiales que creemos tener, aquellos con una etiqueta exclusiva que atribuimos en lo más profundo de nuestro corazón, obtendremos una cifra concreta. Ahora esta cantidad hay que dividirla por la mitad: este es el número de nuestros verdaderos amigos.
Así lo confirma un estudio nacido de la colaboración entre la Universidad de Tel Aviv y el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Según se desprende de esta investigación, sólo la mitad de los que consideramos mejores amigos lo son
Y una suerte de máquina de la amistad que, mediante un algoritmo, consigue evaluar la bidireccionalidad y reciprocidad presentes en nuestras relaciones.
De alguna manera el algoritmo intenta comprobar si aquellos que consideramos verdaderos amigos tienen la misma opinión que nosotros y nos sitúan en el lugar de ellos. Corazón similar a aquel en el que los colocamos.

Los resultados obtenidos gracias a esta máquina indican que sólo la mitad de los que consideramos mejores amigos piensan lo mismo de nosotros .
El estudio se llevó a cabo con 84 participantes y luego se completó con una encuesta a estudiantes de Israel, Estados Unidos y Europa. Erez Shmueli, director de la investigación, afirma que:
Se encontró que el 95% de los participantes creía que sus relaciones de amistad eran mutuas. Si consideramos que alguien es nuestro amigo, esperamos que esa persona piense lo mismo de nosotros. En realidad no es así: sólo el 50% de los entrevistados entraban en la categoría amistad de dos vías

Las verdaderas amistades son raras
Las verdaderas amistades son raras. Esto no te sorprende, ¿verdad? Pero lo es de todos modos
Las circunstancias de la vida nos unen o nos separan de las personas que creemos (o pensamos) que son amigos. Por tanto, lo importante no es la cantidad sino la calidad. Con el paso del tiempo y la acumulación de experiencias aprendemos a amar más a nuestros compañeros de vida pero el número de estos últimos se reduce
En sí mismo este hecho no es negativo ni extraño: es la simple ley de la vida. Con el tiempo, los sentimientos se vuelven más intensos hacia quienes más confianza nos generan y quienes más nos aportan. vibraciones .
A menudo es una cuestión de instinto e intimidad: si sentimos que la otra persona puede hacernos sentir bien seremos invadidos por la confianza y los sentimientos positivos . Esto nos acercará a las personas que nos agradan y nos ayudará a construir amistades honestas.
Imágenes cortesía de Kristina Webb