El Show de Truman y el despertar de la conciencia

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Veinte años después de su distribución El show de Truman (1998 Peter Weir) sigue siendo un punto de referencia para tratar temas relacionados con la filosofía y la psicología. Haciendo uso de la medios de comunicación y el simbolismo de la película

Conciencia y conciencia: tejidos con el mismo hilo

Para comprender qué es el despertar de la conciencia, es importante aclarar la diferencia entre conciencia y conciencia. La definición oficial de conciencia es la propia actividad mental del individuo que le permite sentirse presente en el mundo y en la realidad. Allá conciencia es más bien el acto psicológico a través del cual el sujeto se percibe a sí mismo en el mundo. El despertar de la conciencia se produce cuando el individuo no sólo es consciente de estar en el mundo de su existencia sino de ser alguien en relación con él.

También puede interpretarse como la conciencia de la propia trascendencia. Representa el momento en el que se enciende una luz en nuestro interior haciéndonos dudar de todo lo que siempre hemos creído. en ese momento podemos elegir si quedarnos satisfechos con lo que ya sabemos o superar nuestros miedos e inseguridades y salir de la cueva.

El mito de la cueva

La alegoría de la cueva es obra del filósofo griego Platón (427-347 a.C.) y es el símbolo del conocimiento humano. Según este mito El hombre no sería más que un prisionero en una cueva. y el mundo tal como él lo conoce es sólo el reflejo o proyección de la realidad. La verdadera realidad está fuera de la cueva, es difícil de imaginar si nunca hemos salido de la cueva y estamos acostumbrados a vivir y trabajar en una especie de sombra o reflejo de ella. En este sentido no somos conscientes de la existencia de la realidad o lo somos pero le tenemos miedo.

Pero ¿qué representa la cueva en la vida cotidiana? Podría ser la familia, el hogar o el entorno en el que crecimos. Y

En virtud de nuestra constante búsqueda de seguridad, hacemos nuestra tendencia a abrazar las ideas y valores de las personas que amamos. En este sentido ni la empresa ni el familia nos enseñan a ver (aunque podemos observar). No nos ayudan a desarrollar un punto de vista crítico sobre las cosas. Pocos niños tienen la suerte de crecer en un entorno que les impulse a analizar, comparar y desarrollar sus propias opiniones, así como a practicar la autoconciencia.

El despertar de la conciencia en El show de Truman

El personaje principal de la película. El show de Truman Truman es un hombre que nunca ha tenido la oportunidad de decidir nada en su vida. Desde su nacimiento ha sido adoptado por el programa de televisión del que él mismo es protagonista y cada elección que hace (prometerse, casarse, comprar una casa, trabajar...) no la hace él sino que está guiada por el creador del programa que en este caso se equipara a un dios.

Truman vive feliz y ajeno a todo esto dentro de lo que es una especie de cúpula construida para parecerse a una ciudad. Incluso cuando sospecha algo o tiene dudas, todavía no puede abandonar el mundo en el que se ve obligado a vivir porque infancia (por ejemplo, el miedo al mar vinculado al trauma de perder a su padre). Llega un momento, sin embargo, en el que Truman debe dar lugar a sus dudas porque su mundo ya no es el mismo de antes.

En realidad, todos somos Truman. La única posibilidad que tenemos de ser auténticos es que nuestra conciencia despierte y que esa chispa se encienda en algún lugar de nuestro ego. Y es sólo nuestra voluntad puede permitirnos superar el miedo a lo que nos espera .

El acto de libertad más puro que existe es pensar.

El show de Truman zona de confort t y del nuestro ambiente estimulado por la sensación de que alejándonos podremos ver las cosas con mayor claridad … Y luego preguntarnos: ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Son suficientes mis certezas para mí? ¿Qué creo realmente? ¿Cuál es mi verdad?

Nuestras respuestas deben tener mayor importancia que las de los demás ya que están dictadas por nuestro Ser; las respuestas correctas son aquellas hechas especialmente para nosotros y para nadie más. Es fácil pensar que no somos libres porque estamos atados por mil responsabilidades como la familia, el estudio, el trabajo; pero la verdad es que El acto de libertad más verdadero y accesible es pensar.

Cuando elegimos refugiarnos en nuestras certezas a la sombra de lo que nos han enseñado, impedimos que nuestro ego progrese. En cambio, cuando superamos el miedo a lo desconocido y al conocimiento apropiado, iniciamos un camino de adquisición de principios, valores e ideas nuestras, sanas y auténticas, menos disonantes. recordemos eso Superar nuestros límites sólo puede llevarnos a ser más libres y para ello los ingredientes necesarios son la conciencia y una prueba de valentía. .

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