
Criar niños independientes y seguros de sí mismos requiere ante todo saber cuándo intervenir y cuándo propiciar espacios para que adquieran habilidades propias que asimilarán ante los desafíos y dificultades. El arte de criar a un niño y su educación requiere grandes dosis de paciencia, toneladas de cariño y una mirada sabia capaz de comprender sus necesidades.
Hace unas semanas se publicó uno interesante. libro sobre educación desde el título Criar niños independientes y seguros de sí mismos (Criar niños independientes y seguros de sí mismos) en el que dos psiquiatras infantiles, Wendy Moss y Donald Moses, reflexionan sobre el modelo de crecimiento de muchos padres en la actualidad.
Ayúdame a hacerlo yo mismo.
-María Montessori-
Hemos llegado al punto donde Una de nuestras principales prioridades es resolver todos los problemas de nuestros hijos. Es más, a veces incluso nos adelantamos a ellos preocupándonos de que tengan una vida fácil, gratificante y siempre plácida. Así, si por un lado les transmitimos una aparente calma casi idílico por otro sentimos placer al saber que todo está en orden.
Todo esto es ciertamente comprensible y, en la mayoría de los casos, deseable. Pero conviene recordar que hay quienes llevan esta tendencia al extremo. Abrirles el camino cada día y en cualquier circunstancia significa privarles de una habilidad necesaria: el funcionamiento ejecutivo.
Los psiquiatras infantiles Wendy Moss y Donald Moses definen el funcionamiento ejecutivo como ese conjunto de habilidades a través de las cuales uno aprende a ser responsable de su mundo, organizarse, gestionar sus asuntos, aprender de los errores y desarrollar un sentido de autoeficacia. Veamos qué estrategias podemos implementar para criar niños independientes y seguros de sí mismos.

Criar niños independientes y seguros de sí mismos.
1. Saber cuándo intervenir y cuándo acompañar desde lejos
La educación de un niño es como una danza donde en un instante hay un abrazo en el siguiente instante Incluso en los momentos en los que dejas a tu pareja de baile para realizar tus pasos y movimientos con absoluta libertad, él sigue estando presente, guiándote a distancia.
Saber cuándo actuar y cuándo distanciarnos de nuestros hijos requiere ante todo la aplicación de algunas reglas básicas de convivencia y un marco de actuación en el que cada miembro de la casa tiene sus responsabilidades. Una responsabilidad asumida y cumplida en el día a día otorga derechos y en esta dinámica se pacta entre los miembros de una familia donde los niños podrán crecer seguros y felices sabiendo lo que se espera de ellos en cada momento.
2. Confianza
Para criar hijos independientes es necesario darles confianza ; confiar en nosotros mismos como padres o educadores y confiar en ellos mismos. De esta manera el pequeño crece en un ambiente en el que se nutre constantemente, donde el cariño y la atención están siempre disponibles y no existe miedo ni barrera que le impida comunicar miedos y necesidades; por tanto gozará de mayor confianza al sentirse capaz de hacer cualquier cosa.
3. Aprenda a tomar decisiones saludables
¿Qué se entiende por decisión saludable? Las decisiones saludables o alentadoras son aquellas que permiten que un niño aprenda abriéndose camino asumiendo responsabilidades a través de las cuales entiendan que las acciones tienen consecuencias y que las conductas negativas causan un impacto en ellos mismos y en el entorno que los rodea. Además, también son quienes enseñan que pedir consejo es positivo y que a veces la elección que uno hace no tiene por qué coincidir con la de los demás.
Asimismo, para criar hijos independientes es necesario considerar que cada niño tiene su propia personalidad, gustos y pasiones. Como adultos no podemos mediar en todas sus decisiones y elecciones pero podemos guiarlos y aconsejarlos.

4. Asumir la responsabilidad de los asuntos grandes y pequeños
Hacer responsable a un niño requiere de tres elementos: tiempo, paciencia y cariño. Al crecer, los principales enemigos son el deseo de que los pequeños adquieran rápidamente una gran cantidad de habilidades y, en ocasiones, nuestra falta de capacidad para gestionar estos retos diarios que surgen cuando menos lo esperamos.
Una forma de avanzar en este sentido es entender que los niños son capaces de asumir responsabilidades desde una edad temprana. A los 3 años, por ejemplo, ya son capaces de guardar los juguetes y ayudar en pequeñas tareas del hogar como poner y recoger la mesa, regar las plantas, cuidar a las mascotas, etc.
La aplicación temprana de reglas, deberes y responsabilidades les ayudará a crecer sabiendo que pueden realizar tantas actividades que asumir responsabilidades es sinónimo de crecimiento y que completarlas con éxito fortalece su autoestima.
5. Tolerancia a la frustración
Una estrategia fundamental para criar niños independientes y responsables es ayudarlos a desarrollar la paciencia y la capacidad para afrontar los pequeños obstáculos diarios. Deben tener la oportunidad de experimentar y tolerar frustración para luego transformarnos en adolescentes y adultos seguros de sí mismos.
Nunca debemos dudar del poder de la palabra no cuando sea necesario. Una respuesta negativa a su debido tiempo y en el momento adecuado genera grandes beneficios duraderos.

6. Desarrollar el autocontrol
Enseñar a los niños a mirar dentro de sí mismos, navegar y comprender sus propios universos emocionales les permitirá gestionar mucho mejor los problemas y retos diarios. Para ello no hay nada mejor que proporcionarles un crecimiento y una educación basada en los recursos de la inteligencia emocional.
7. Habilidades sociales
Desarrollar correcto habilidades sociales en los niños les ayudará a construir relaciones más satisfactorias tener una imagen más segura de sí mismo y desarrollar una competencia social adecuada y estimulante. No olvidemos que establecer una correcta empatía y una buena asertividad les permitirá tener a su alrededor más vínculos positivos con los que evitar dinámicas de bullying y sobrevivir de forma más saludable en su recorrido social y emocional.

Para concluir en la aventura de criar niños independientes, seguros de sí mismos y sobre todo felices, no podemos olvidarnos de un aspecto clave: nosotros mismos. Son los padres, los abuelos y todo agente social que forma parte del entorno inmediato del niño quienes educan con el ejemplo. que nutre o inepta, impulsa las alas del pequeño o lo conduce a una jaula en la que existen indecisión, dependencia y frustración.
Hagamos las cosas bien, recordemos que las palabras dejan huellas, que los afectos nutren y que los ejemplos dibujan caminos.