
Debido a la creciente desigualdad social en las sociedades modernas, una parte de la población se ve cada vez más obligada a vivir con pocos recursos. Todos los días nos bombardean con imágenes de las desgracias que les suceden a nuestros semejantes. En este contexto De fondo aparecen palabras como caridad y solidaridad. .
Es natural preguntarnos ¿hasta qué punto somos responsables de la vida y el destino de los demás? Vivimos en un mundo donde el concepto de solidaridad está ganando cada vez más importancia. Nos estamos volviendo socialmente conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor. Por eso hoy queremos hablar de justicia social. caridad y solidaridad .

Un poco de historia
El sistema de bienestar social tal como lo conocemos hoy ha pasado a lo largo de la historia de un modelo a otro. La evolución de los modelos de este sistema son (Picornell M. A. 2013):
- Caridad.
- Seguridad social
Al principio cuando no existía un modelo a través del cual el Estado se responsabilizara de la protección de los ciudadanos La asistencia a personas en situaciones precarias se proporcionó a través de organizaciones benéficas. . Esto fue pasando por los diferentes modelos mencionados hasta llegar a lo que tenemos hoy: los servicios sociales, pilar fundamental del Estado de bienestar.
Este tipo de asistencia primaria consistía en dar limosna, raciones de comida, asistencia a huérfanos, atención hospitalaria... Todo ello sin control gubernamental. En aquella época se creía que la pobreza podía tener un origen legítimo (derivada de enfermedades, pérdida de los padres...) o ilegítimo (provocada por vicio o pereza ).
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal y presupone respeto mutuo.
-Eduardo Galeano-
Justicia social, caridad y solidaridad
Para aportar un poco más de claridad y distinguirlos adecuadamente explicaremos ambos términos:
El concepto de caridad tal como lo plantean Giraldo y Ruiz-Silva (2015) está vinculado a la noción de bienestar. No presupone la búsqueda de justicia o igualdad y no promueve el desarrollo de las habilidades de quienes lo disfrutan. Más bien se podría decir que la satisfacción la experimenta más que cualquier otra cosa la persona que presta la ayuda. Sin embargo, no debemos olvidar que el deber de proteger a los ciudadanos recae en los gobiernos.
Por otro lado, la solidaridad, aunque a menudo se asocia con filantropía a la caridad, el altruismo y la hermandad entre los seres humanos (Vargas-Machuca 2005 citado en Giraldo y Ruiz-Silva 2015) presenta algunas diferencias sustanciales si tenemos en cuenta la definición anterior.
La solidaridad puede entenderse como una respuesta humana a las contradicciones del tiempo presente. (Bárcena 2006). Las acciones de solidaridad van desde la ayuda temporal que soluciona una situación específica hasta un esfuerzo diario y constante hacia la reducción del sufrimiento humano y la realización de la justicia como lo afirman los autores citados anteriormente.

Al final El término justicia social proviene del sentimiento de desigualdad que existe en el mundo . Así como la necesidad de construir una sociedad mejor. Ya Aristóteles (citado en Torrecilla y Castilla 2011) habló en una de sus obras de justicia distributiva: asignar a cada uno la parte que le corresponde; es decir, en proporción a su contribución a la sociedad y a sus necesidades y méritos personales.
En la actualidad el concepto de justicia social es complejo y dinámico. Para el A ÉL
Conclusiones
El mundo está en constante evolución. Por esta razón es necesario adoptar posiciones que promuevan la igualdad y la justicia . No tanto para aliviar temporalmente una situación sino para poner a disposición de las personas las herramientas necesarias mejora tu vida .
En resumen, como afirmó Griffiths en 2003, la justicia social debe ser un proyecto dinámico que nunca se terminará ni se logrará por completo. Y a partir de esto lanzamos el lema: luchar por construir y alcanzar un mundo mejor.