
Obligar a tus hijos a comer, castigarlos enfadándose... En realidad sólo significa que no entendemos lo que les está pasando. Muchos padres no saben qué hacer cuando sospechan que sus hijos padecen un trastorno alimentario. Al principio eligen la negación porque creen que es imposible que eso esté sucediendo realmente. El papel de los padres en los trastornos alimentarios de los niños es muy complicado.
Esto no le puede pasar a mi hijo, no puede sufrir anorexia ni bulimia. Esta actitud es contraproducente cuando existe una sospecha fundada, de hecho la negación puede retrasar el diagnóstico y complicar la operación. . Pero tampoco debemos culpar a los padres, el miedo es una emoción común que afecta a todos de una forma u otra. Si tardan en pedir ayuda a un experto no significa que no quieran lo mejor para sus hijos. Así que veamos qué tan importante y delicado es. El papel de los padres en los trastornos alimentarios. .
La adolescencia es ya una etapa en sí misma que puede resultar muy difícil. Los cambios pueden generar en los jóvenes conflictos interno pero también con el entorno externo proyectando un sentimiento de confusión y desconcierto propio de este período de la vida. Gritos, discusiones, incomprensiones, frases que son disparates adolescentes, inestabilidad prolongada en el tiempo, sumado a la siempre presente presión social, retrasan el diagnóstico de un trastorno alimentario.
El papel de los padres en los trastornos alimentarios es muy difícil. En primer lugar deben aceptar lo que está sucediendo y luego encontrar las estrategias adecuadas para ayudar mejor a sus hijos.
Dinámica familiar y el papel de los padres en los trastornos alimentarios
Varios estudiosos han analizado la influencia de la dinámica familiar (no sólo el papel de los padres) en los trastornos alimentarios. Salvador Minuchin, por ejemplo, publicó el texto con algunos colegas Familias psicosomáticas: la anorexia nerviosa en contexto en un intento de encontrar patrones comunes en familias en las que se ha encontrado al menos un caso de anorexia.
De su investigación han surgido algunas dinámicas familiares predominantes: modelos de apego inseguros, hiperpoder, rigidez, falta de comunicación y la participación de los niños en conflictos personales .