
El sobrepeso es uno de los grandes problemas del mundo contemporáneo. Hasta ahora, la ciencia no ha explicado completamente los procesos microbiológicos que conducen a la obesidad. Se sabe que existen múltiples factores que pueden provocar un aumento de peso pero algunos aspectos siguen siendo un enigma. Por ejemplo, la relación entre las emociones y el sobrepeso.
Los casos de sobrepeso han aumentado en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud habla de epidemia sobre todo en países como Estados Unidos, Reino Unido, México o China donde el número de personas obesas se ha duplicado y triplicado en poco tiempo.
Aligera tu carga para navegar mejor y aprender a vivir con lo que el mar te ofrece... Cada objeto que amas y posees, cada carga que se arrastra trae consigo, junto con su peso útil, también una tara inevitable...
-Luis Chiozza-
Esta situación también ha creado mitos y prejuicios sobre el sobrepeso. Todo un universo simbólico se ha construido alrededor obesidad . Suele asociarse a una falta de atención que en muchos casos no es cierta. Hay personas que están perpetuamente a dieta pero no adelgazan. También se asocia con la dimensión de lo feo y lo indeseable. Esto también le da al tema un fuerte peso psicológico.
Hace unas décadas, la ciencia empezó a estudiar la influencia de las emociones en la tendencia al sobrepeso. Las dietas hipocalóricas y la actividad física constante a veces no son suficientes para conseguir resultados óptimos. Esto nos ha llevado a pensar que existen factores asociados pertenecientes al ámbito de inconsciente .
Peso y sobrepeso
Desde un punto de vista estrictamente anatómico, la acumulación de grasa en el cuerpo no siempre indica sobrepeso. Al aumentar la cantidad de grasa, aumenta el peso. Está vacío. Lo que no está tan claro es si este aumento de la adiposidad se refleja en el peso total de una persona. De hecho, un aumento en el porcentaje de masa grasa corresponde frecuentemente a una reducción de la masa muscular. .

Esto significa que el peso de una persona no refleja necesariamente la cantidad de grasa que ha acumulado. Y adelgazar no es sinónimo de estar delgado. Finalmente, lo que preocupa a muchos no es el peso de su cuerpo sino la forma que adopta.
La grasa acumulada en algunas zonas se vuelve visible e indeseable porque existe un modelo de silueta ideal. Una persona con cintura enrollada o abdomen prominente puede pesar a la par que una persona mucho más delgada que tiene una masa muscular más desarrollada. En general, el peso en sí no es el problema. Lo que afecta psicológicamente a muchas personas es el contraste entre su silueta y la ideal.
Factores inconscientes que afectan el peso.
Existe evidencia científica que demuestra que algunas personas tienden a acumular grasa con bastante facilidad. Sus cuerpos tienen una especial resistencia a movilizar la grasa acumulada. Para determinar el porqué de este fenómeno debemos hacer referencia a la función esencial del tejido adiposo: actúa como reserva de calorías o energía.

Existen fantasías inconscientes asociadas a la reserva y retención de grasa en el cuerpo. En general, la acumulación de tejido adiposo es una respuesta adaptativa a hipotéticos tiempos de escasez. La grasa se conserva para poder utilizarla en épocas de poca disponibilidad de alimentos. . Las aves migratorias, por ejemplo, aumentan la cantidad de masa grasa antes de emprender sus extenuantes viajes.
En los humanos, el cuerpo acumula grasa basándose en una fantasía de escasez futura, concibiéndola como un suministro a largo plazo. Esta fantasía a su vez está vinculado a otra fantasía de autosuficiencia : no necesitar de nada ni de nadie fuera de uno mismo para garantizar la continuidad de la vida.
Finalmente, el cambio en la forma del cuerpo depende de una tercera fantasía: escapar de la forma o romper la norma. En este caso la forma real.
Los estudiosos concluyen afirmando que el sobrepeso podría ser una forma de defensa vinculada a un conflicto inconsciente relacionado con un sentimiento de incapacidad. El gordo acumulado es una forma de reservarnos para una acción que finalmente no emprendemos por miedo a no realizarla. El aumento de la corpulencia sería una especie de compensación de este sentimiento de impotencia. . Al final, el sujeto es incapaz de aceptar el sentimiento inconsciente de incapacidad y oculta el conflicto a través del sobrepeso.
De una forma u otra es necesario diferenciar el riesgo físico especialmente elevado que corren algunas personas y relacionado con el sobrepeso, del malestar psicológico generado por la falta de adecuación del cuerpo a los estándares de belleza impuestos por la sociedad.
Lo cierto es que las dos circunstancias suelen convivir por lo que una buena evaluación es importante y fundamental. En este sentido es posible utilizar la motivación del paciente ligada al deseo de estar en forma para que siga ciertos ejercicios y una dieta precisa junto con el metabolismo son los principales factores en la regulación del peso.