
La escala de Hamilton es una de las pruebas psicológicas más utilizadas para evaluar los niveles de ansiedad de una persona. No se trata, por tanto, de una herramienta de diagnóstico sino de una herramienta útil y eficaz para evaluar el estado del paciente, sus síntomas psicosomáticos, sus miedos y sus procesos cognitivos.
Un aspecto interesante llama la atención sobre esta escala: fue i muerto en 1959 por Max Hambilton y sigue siendo uno de los más utilizados en la actualidad. Si algo tenía muy claro este profesor de psiquiatría -luego presidente de la Sociedad Británica de Psicología- es que no todos los estados de ansiedad son iguales.
No pretendía crear otra herramienta para diagnosticar este trastorno sino definir un recurso altamente sofisticado con el que evaluar el nivel de gravedad de la ansiedad de una persona; Además, la herramienta tenía como objetivo distinguir entre ansiedad psíquica y somática para definir la capacidad del individuo para controlar esta realidad tan devastadora.
En 1969, el Dr. Hamilton decidió ir más allá y mejorar la escala. Así, entre las unidades de medida de la ansiedad somática distinguió entre marcadores musculares somáticos y signos sensoriales somáticos. Este nivel de sofisticación en el desarrollo de una prueba más precisa posible nos permite comprender una pista bastante clara: cada uno de nosotros experimenta la ansiedad a su manera.
No existen dos realidades similares por lo que las mismas estrategias terapéuticas no tienen el mismo efecto en todos . Herramientas como la que vamos a describir permiten personalizar al máximo los tratamientos en función de las necesidades de cada paciente.

El propósito de la escala de Hamilton
La Escala de Hamilton es una herramienta de evaluación clínica que se utiliza para medir los niveles de ansiedad de una persona. Es útil tanto en niños como en adultos. Al mismo tiempo puede ser utilizado tanto por médicos como por psiquiatras teniendo en cuenta que no determina el diagnóstico de un trastorno concreto (aunque puede resultar útil para este fin).
Pero esto también representa una desventaja ya que es accesible para todos; En realidad cualquiera puede obtener esta herramienta o incluso realizar la prueba en línea. Por eso sucede a menudo que muchas personas acuden al médico ya con el diagnóstico en la mano: Sufro de ansiedad severa.
Ciertamente no es una práctica recomendable ya que esta prueba debe ser realizada por profesionales especializados como cualquier otra prueba de salud. evaluación clínica . Además, en este caso concreto existe un ítem adicional a partir del cual el especialista deberá evaluar en qué condiciones el paciente realizó la prueba.
Por tanto, es de primordial importancia ser rigurosos en este aspecto porque, como revelan estudios como el realizado por los psiquiatras Katherine Shear y Vander Bilt la entrevista es crucial para formular un diagnóstico correcto.

Ítems tomados en cuenta por la escala de Hamilton
Este instrumento consta de 14 ítems. Cada pregunta tiene cinco opciones de respuesta que van desde no presente a muy grave. Una puntuación de 17 o menos indica ansiedad leve; una puntuación que oscila entre 18 y 24 puntos ya indica un estado de ansiedad moderado. Al final una puntuación entre 24 y 30 indica un estado de ansiedad severa. Veamos en detalle los 14 ítems que componen la prueba:
- Tensión: temblor, ganas de llorar, sensación de alerta, etc.
- Miedos: a quedarse solo en la oscuridad, a que pueda pasar algo inesperado, etc.
- Insomnio
- Problemas cognitivos : dificultad para tomar decisiones, concentrarse, reflexionar, trastornos de la memoria.
- Estado de ánimo: desánimo levantándose con sensación de pesimismo y con la sensación de que será un mal día irritabilidad mal humor.
- Síntomas musculares somáticos: bruxismo temblores tensión muscular dolor muscular voz temblorosa etc.
- Sensorial somático: tinnitus visión borrosa frío escalofríos o sofocos sensación de fragilidad.
- Síntomas cardiovasculares: taquicardia. dolores repentinos en el pecho .
- Respiradores: sensación de falta de presión del aire, sensación de asfixia.
- Síntomas gastrointestinales: deglución, problemas de digestión, estreñimiento o diarrea, etc.
- Genitourinario: micción frecuente, ausencia de libido.
- Síntomas separados: boca seca, palidez, sudoración, piel de gallina, etc.
- Evaluación del profesional: en este punto el especialista procede a una evaluación del estado de salud general del paciente.
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Conclusiones
Sólo queda subrayar un aspecto fundamental: la escala de Hamilton es un recurso de fácil acceso, lo sabemos. También podemos ejecutarlo solo si queremos. Sin embargo el psiquiatra o el psicólogo son las únicas figuras verdaderamente idóneas para realizar una valoración y elaborar un diagnóstico.
Posteriormente, en función del resultado obtenido se elegirá una estrategia y no otra. El objetivo del doctor Hamilton en los años 60 era obtener una imagen fiable de los niveles de ansiedad de la persona que se correspondiera lo más posible con la realidad. Sólo así podremos actuar de la mejor manera posible.
Y en estos casos valorar aspectos como el tono de voz del paciente, su postura, la capacidad de comprender con claridad o no las preguntas son todas herramientas para una correcta evaluación.