
Si analizamos el concepto de religión en un contexto puramente occidental, queda claro que se considera un fenómeno privado. Es decir, todos lo profesan en su intimidad y la exteriorización de algunos símbolos religiosos poco a poco ha comenzado a perder significado. Este fenómeno fue llamado laicismo . La gente es religiosa pero no profesa su fe a los cuatro vientos.
Sin embargo, esto sólo ocurre en teoría ya que si bien la práctica de las religiones minoritarias está prohibida con la excusa de la secularización, las mayoritarias siguen teniendo resonancia en términos de actos colectivos, por no hablar de las relaciones aún vigentes entre los representantes de los cultos religiosos mayoritarios y los Estados.
Independientemente de las normas sociales o legales que impidan o no determinadas prácticas religiosas cada persona experimenta la religión de manera diferente. En particular, independientemente de su fe, las personas pueden experimentar la religión de tres maneras diferentes.
Religión versus religiosidad
Antes de hablar de orientación religiosa es bueno hacer una distinción entre religión y religiosidad. Las religiones, por definición, son eternas y universales (no cambian con el tiempo o el espacio); por el contrario, la religiosidad es la forma en que los creyentes experimentan la religión. La religiosidad es una experiencia subjetiva que depende de cada religión y en muchos casos de la persona: su forma de vivirla y representarla.
En este sentido entendemos que la forma en que las personas viven la religión (su religiosidad u orientación religiosa) no necesariamente tiene que coincidir con los preceptos propios de la religión. Entre todos los tipos de religiosidad identificados en diferentes áreas el psicología social Destaca cuatro tipos de orientaciones religiosas. Son los siguientes: orientación intrínseca, orientación extrínseca, orientación investigadora y fundamentalismo religioso.

Motivación religiosa extrínseca e intrínseca
Inicialmente se identificaron dos categorías: orientación intrínseca y extrínseca. Sirvieron para diferenciar a las personas que consideran las prácticas religiosas de manera instrumental -es decir, con el objetivo de obtener beneficios personales o sociales (por ejemplo, la aceptación grupal)- y las personas que consideran la religión un fin en sí misma (por ejemplo, rezar en privado). En otras palabras Las personas con una orientación extrínseca usan la religión, aquellas con una orientación intrínseca encuentran la religión como una razón de la vida.
En este sentido, las personas presentarían una orientación intrínseca al considerar la fe como un fenómeno como un fin en sí mismo, un motivo fundamental en la vida, un eje y un criterio absoluto en sus decisiones. Por el contrario, quienes profesan una orientación extrínseca consideran la religión de forma utilitaria e instrumental como un medio simple para obtener sus propios intereses y objetivos (seguridad, estatus social, entretenimiento, autojustificación, apoyo a un estilo de vida personal...). En muchas personas, como suele ocurrir, conviven ambos tipos de motivaciones.

Orientación a la investigación
Siguiendo las orientaciones intrínseca y extrínseca, se añadió una nueva forma de interpretar la religión: la orientada hacia investigación que se basa en cuestiones fundamentales relativas a la existencia en su conjunto. Las personas que profesan esta orientación perciben y viven las dudas religiosas de forma positiva y están abiertos a posibles cambios relacionados con cuestiones religiosas.
La orientación hacia la investigación sobre religión estimula y promueve un diálogo abierto y dinámico sobre las grandes cuestiones existenciales que surgen ante las contradicciones y tragedias de la vida. La orientación investigadora la profesan personas cognitivamente abiertas, críticas y flexibles. Quizás pueda definirse como una expresión actitudinal caracterizada por la duda y la búsqueda de la identidad personal.

Fundamentalismo religioso
El fundamentalismo religioso se define como la creencia en la existencia de un conjunto de enseñanzas religiosas que dan forma a la verdad fundamental sobre la humanidad y la esencia divina. Esta verdad esencial se opone a las fuerzas del mal que hay que combatir. Esta verdad aún debe seguirse hoy siguiendo las prácticas fundamentales e inmutables del pasado.
Las personas que profesan una visión fundamentalista afirman tener una relación especial con la fuerza divina. Creen firmemente que su grupo es el único portador de la verdad que todos los demás se equivocan. Esto les lleva a cultivar y mantener prejuicios (se distancian de diferentes ideologías y son incapaces de comprenderlas en profundidad, por lo que sólo confirman su propio estereotipo). EL fundamentalistas también tienden a tener una orientación extrínseca mientras que la ideología intrínseca u orientada a la investigación les resulta desconocida.
Dentro del fundamentalismo se puede identificar otra orientación religiosa radical: el fundamentalismo intertextual. Las personas con esta ideología creen sobre todo en la veracidad de los textos sagrados. Más que cualquier otra persona, siguen los sacramentos de su religión, interpretándolos literalmente.

Religiosidad
Las formas de vivir la religión son múltiples, propias de cada grupo y a su vez de cada persona. Aunque el religión El propio contexto y el contexto en el que se vive pueden influir en la forma en que cada persona vive la fe, cada persona se adapta de manera diferente. No hay que olvidar que no hay manera mejor ni peor de vivir la propia religiosidad. Ni siquiera la orientación religiosa fundamentalista en sí misma debería considerarse negativa o peor que otras.
El problema surge cuando intentas imponer tu modelo religioso a los demás. Adaptarse a una nueva forma de religiosidad es complicado y lleva tiempo pero mientras haya respeto por los demás, la convivencia puede y debe ser pacífica. Al mismo tiempo, los Estados no deberían imponer una forma de vivir la religión ni estimularla sin pensar en las consecuencias.