Responsabilidad personal: la piedra en el zapato

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Todos conocemos la molesta sensación de tener una piedra en el zapato. No tiene que ser grande para lastimarte el pie. Sólo necesita estar en el lugar correcto. ¿Qué podemos hacer cuando el guijarro es mental?

Sin responsabilidad personal no se logran avances ni logros. Esta dimensión psicológica a su vez tiene un impacto en nuestro entorno social. Si cada uno de nosotros fuéramos más responsables de las acciones realizadas, quizás se configuraría una nueva realidad más avanzada, respetuosa y sobre todo humana.

Durante una conferencia celebrada en Estados Unidos Víctor Frankl Dijo que Estados Unidos debería darle otro nombre a la icónica Estatua de la Libertad. Según el famoso psiquiatra debería haberse llamado Estatua de Responsabilidad .

La idea sugerida por Frankl podría aplicarse a cualquier circunstancia. La libertad es una facultad del ser humano pero sólo puede ejercerse a través de la responsabilidad.

Ser responsable significa, en última instancia, comprender que cada acción tiene consecuencias. Como señaló el psicoterapeuta Alberto Ellis Hay una tendencia a evitar o evadir responsabilidades en lugar de asumir un papel activo. cuando nos encontramos en dificultades.

La incapacidad de asumir la plena responsabilidad por los acontecimientos es una actitud que surge a menudo en psicoterapia. Es un mecanismo de defensa. para que sea más fácil culpar a tu pareja, familiares, compañeros o a la política por ti mismo infelicidad .

Proyectamos a los demás en el origen de nuestro malestar sin saber que muchas veces somos nosotros el problema y la solución. Profundicemos en el tema en las siguientes líneas.

Responsabilidad personal: a nosotros nos corresponde sacar la piedrita del zapato

A veces cojeamos. El pie duele a cada paso, el zapato es una tortura pero no nos paramos a comprobar. En lugar de sentarnos y quitar la piedra, culpamos a la carretera desconectada.

Culpamos al alcalde porque no da mantenimiento a las aceras. Descarguemos nuestra ira contra quien hizo ese zapato incómodo. O incluso sobre nuestros familiares, amigos y conocidos porque no nos ayudan a retirar el cálculo.

La vida a veces es injusta pero aún más si no tomamos cartas en el asunto riendas de nuestra existencia y resolver nuestros problemas.

Sólo nosotros somos responsables de nuestro bienestar.

Confucio decía que lo que el hombre superior busca está en sí mismo lo que el hombre pequeño busca está en los demás.

En otras palabras, es cierto que el entorno influye en nuestras posibilidades de ser felices. Es cierto que los factores sociales y económicos vividos en la infancia influyen en nosotros. Pero muchas veces el peor enemigo de nuestro bienestar somos nosotros mismos; ni el contexto ni el pasado.

La responsabilidad personal significa, por tanto, comprometernos con nosotros mismos y realizar cambios que sean beneficiosos. ¿Cómo? Tomar decisiones valientes tomando acción. Sin embargo, somos conscientes de que debemos trabajar para lograr este fin. y sobre todo dejemos de culpar a los demás y asumamos el papel de protagonistas de la realidad que queremos crear.

Es bueno recordar que nadie nace con un equilibrio perfecto a prueba de adversidades. Aprendes a sentirte bien; esto es lo que la psicoterapia intenta ofrecer: estrategias para generar cambios y acercarnos a un punto de equilibrio y bienestar.

Los padres sólo pueden dar buenos consejos a sus hijos o encaminarlos por el camino correcto pero la formación definitiva de la personalidad de una persona está en manos de la propia persona.

-Ana Frank-

Otros nos hacen decidir cómo sentirnos.

El guijarro puede adoptar diferentes formas. En ocasiones es especialista en hacernos perder la tranquilidad con su mal humor y mal genio. Otras veces es el dolor que cargamos tras la ruptura de una relación o una decepción dejada por un amigo. la responsabilidad personal también pasa por el control de las emociones .

No podemos caminar si el zapato sigue doliendo. Necesitamos quitar la piedra y para ello debemos comprender y aceptar el impacto emocional. Y en una fase posterior regularlo adoptando nuevas medidas y decisiones.

Como uno asegura estudio realizado por el Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres entrenar nuestra responsabilidad emocional nos acerca a la felicidad.

La responsabilidad personal de aceptar los fracasos y seguir adelante.

En nuestro camino de vida no sólo encontraremos guijarros. Nos encontraremos con caminos rotos y precipicios . Nadie puede prepararnos para afrontar estas situaciones inesperadas. Cuando esto sucede tenemos dos opciones: la más sencilla e inmediata es rendirnos y volver al lugar de donde venimos.

Pero esto no es apropiado. Ser responsable significa tener en cuenta que también existen imprevistos. A veces fallamos, nos equivocamos o tenemos mala suerte. En estas situaciones debemos ser responsables corajudo determinado. Quizás demos un paso atrás, pero para ganar más impulso.

Para concluir, recuerda Llega el momento en el que tenemos que quitar la piedrita: dejar de culpar a los demás de nuestro malestar. Podemos y merecemos volver a ser felices pero para ello se requiere fuerza de decisiones y sobre todo responsabilidad.

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