
A veces no te hacen favores sino que te presentan un plan de negocio y lo peor es que no te lo dicen abiertamente. Todo lo contrario: hacen pasar su ayuda como un acto de generosidad y cuando menos te lo esperas te echan en cara lo que han hecho por ti o peor aún te cargan con obligaciones que nunca aceptaste asumir.
Quienes actúan de esta manera se defienden detrás de un falso concepto de gratitud. Piensa que en todo favor hay implícita la obligación de corresponderles . Sin embargo, nunca se molesta en comprobar si la otra persona piensa de la misma manera. Simplemente aparecen para cobrar o esperan que usted haga algo por ellos, incluso cuando no se lo piden. De lo contrario, se enoja y hace una demostración de victimismo.
El que hace un favor a alguien que lo merece, lo recibe él mismo.
-Ambrogio Teodosio Macrobio-
Al final uno se da cuenta de que el favor no era un favor sino un trampa . En estos casos, la presunta ayuda recibida pone en marcha un mecanismo de control y manipulación que el otro activará cuando le convenga. Lo que también hace que todo esto sea una estafa es el hecho de que es una especie de contrato que nunca se firmó. Quien nos hizo un favor nos lo firmó.
Favores y sus razones
Hay contextos en los que está claro que si nos hacen un favor estaremos endeudados. La política, por ejemplo, es una de ellas. También ocurre en el ámbito laboral: si cubrimos a un compañero esperamos que él haga lo mismo por nosotros si se presenta la ocasión. En ambos ejemplos hay un factor que transparenta la ecuación: son favores entre personas unidas por un vínculo práctico, no familiar o afectivo.

Los favores entendidos como negocios se pactan entre personas que no sienten la obligación de tener que apoyarnos unos a otros . En este caso está claro que si se ofrece ayuda es por interés. No hay ninguna trampa. Esto no quiere decir que a veces no hagamos o recibamos favores de extraños, podemos ayudar a alguien que lo necesita por principio o simplemente porque es lo que queremos en ese momento.
Cuando hay de por medio una relación más íntima que incluye afectos o vínculos más fuertes, tanto el favor como el agradecimiento deben ser totalmente gratuitos. Ayudamos a nuestra familia, a nuestra pareja o a nuestro amigo porque queremos, podemos y nos hace sentir bien. Cuando hacemos esto nos sentimos satisfechos. No tenemos una libreta mental en la que anotamos el favor como una deuda a pagar. Pero si calculamos todo, no podemos decir que hayamos hecho un favor sino que hemos iniciado un intercambio comercial.
Cuando el remedio es peor que la enfermedad
Lamentablemente, hay muchas personas que calculan con precisión los favores que les hacen. El aspecto más grave de esto es que quieren sacar provecho cuando y como dicen. Incluso si nunca se ha llegado a un acuerdo explícito con la otra persona, es posible que la persona que hizo el favor quiera ser devuelto en una determinada circunstancia.

Es aún más grave cuando tenemos que devolver un favor soportando malos tratos o violencia. . No es raro que las personas agresivas y conflictivas también tiendan a ser generosas con los demás. Te hacen un favor y luego se enojan, explotan o se vuelven intratables. Si no nos rebelamos todo está bien; si nos rebelamos, nos retendrán el favor que nos han hecho. Así nos controlan: impunemente por lo que hacen. Una cadena de favores a veces puede incluso conducir a abuso sexual.
Es igualmente común que favores correspondidos y no correspondidos estén presentes en los discursos de quienes son victimizados. . Una característica común en quienes sienten lástima de sí mismos es precisamente ésta. Tiene un largo inventario en el que anota todo lo que ha hecho por los demás y todos los detalles de las ocasiones en las que sus numerosos favores no fueron correspondidos. Esto le ayuda a sostener un sofisma básico: es víctima de los demás.

Una máxima popular dice que para que un favor sea un favor debe depender del agradecimiento . En esencia, esta afirmación es totalmente cierta. El favor es fruto de la generosidad de la conciencia de que todo ser humano necesitado debe ser apoyado por quienes tienen la posibilidad de hacerlo. Todo favor se paga con la satisfacción que se genera en quien lo hizo. El que da demuestra capacidad y poder en el mejor sentido de esta palabra. ¿Por qué querer más?