No quiero que valga la pena, quiero que valga la pena el tiempo, las risas, los sueños.

Tiempo De Lectura ~4 Mínimo

Me gustan las personas que valen mucho más que sólo el dolor, aquellas que valen toda la alegría y el tiempo pasado juntos, el eco de la risa e incluso la tristeza confiada. Me gustan los que me inspiran, los que me susurran en voz baja que la vida a pesar de todo es bella; porque mientras haya alguien con quien compartirlo habrá esperanza.

La verdad es que observar nuestra vida diaria a través del lente de positividad sólo puede hacer el bien. Vivimos tiempos difíciles que nos empujan a un profundo cambio de conciencia . Es como si valores como la igualdad social y la sensibilidad hacia el prójimo se hubieran convertido en abstracciones vacías y casi obsoletas ante el empuje del dinero y una superestructura que mueve sus hilos de forma implacable.

¡Todo lo que valga la pena conservar merece todo nuestro esfuerzo y atención!

-Ray Kroc-

En estos tiempos de colapso son los viejos códigos los que deben dictar los valores. Los basados ​​en la conexión entre personas sobre la recuperación del amor hacia las cosas más simples, puras y verdaderamente merecedoras como son sin duda el amor y la amistad. . Porque al fin y al cabo, es a través de las cosas más pequeñas que cobran vida los mejores cambios, esos que comienzan con un ligero crujido para anunciar la llegada del grande. cambiar .

Hoy en día nadie quiere perder el tiempo con lo que le causa dolor. lo que apaga sus risas o sus esperanzas.Queremos gente que nos ilumine, queremos ventanas abiertas y calles sin barreras.. Queremos que nos convenzan de que un mundo mejor siempre será posible si tenemos una voluntad común.

Las sociedades tristes y la búsqueda de la felicidad

La felicidad como derecho constitucional es un aspecto presente en muchas constituciones . En la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en 1776 por ejemplo Thomas Jefferson John Adams y Benjamín Franklin incluyeron en el preámbulo el derecho de todo individuo a buscar y construir su propia felicidad. Japón, Corea del Sur y recientemente Brasil también incluyen este elemento, un aspecto fundamental que representa la mayor aspiración del ser humano.

La felicidad humana generalmente no se logra mediante golpes de suerte inesperados que pueden ocurrir raramente sino con pequeñas cosas que suceden todos los días.

Benjamín Franklin

Sócrates también recordó a sus alumnos que el objetivo final de toda persona es ser feliz. Para lograrlo, según el sabio ateniense, hay que invertir en virtud y dar ejemplo. El budismo en la misma línea nos habla del equilibrio mental y desapego hacia los bienes materiales. Todos estos conceptos, por absurdos que nos parezcan están muy lejos de nuestras sociedades occidentales, que siempre y sólo están orientadas al aumento del PIB . Sociedades que pasan por alto que la población no sabe cómo alcanzar la felicidad y que aunque supieran cómo alcanzarla no tienen los medios para hacerlo.

Hemos construido un mundo que para muchos no vale la pena ni disfrutarlo. De hecho el Informe sobre la felicidad mundial – el informe sobre la felicidad en el mundo – que se elabora cada año debería invitarnos a algunas reflexiones:Los países más avanzados tecnológicamente y con un PIB más alto no son en realidad los más felices.. De lo contrario Las culturas centradas en las relaciones familiares o de amistad son aquellas que consiguen un nivel de bienestar emocional mayor, más pleno y más satisfactorio.

Construir un mundo digno de esperanza no vale la pena

Construir un mundo que merezca la esperanza y no el dolor no es fácil. Este es un trabajo meticuloso que primero necesita de una nueva mentalidad a partir de las cosas más pequeñas . Empezando por nosotros mismos. Sabemos que las naciones no consideran la felicidad individual como uno de los principales objetivos a perseguir sino la atención a emociones y hacia la calidad del bienestar de cada individuo ha sido superado por el bienestar de las cifras y números que guían nuestros ciclos económicos.

Cuando compartimos aumentamos nuestra capacidad de ser felices.

-Proverbio tibetano-

En consecuencia es fundamental Empezar a abrir las ventanas internas corroídas durante mucho tiempo por el óxido presente en todo lo que nos rodea. . Es hora de ayudar a nuestro universo interno para que este mundo valga la alegría. risa … en una palabra vida .

Trucos para el cambio

Puede parecer una obviedad, pero algo tan simple como darle más importancia a la felicidad y al equilibrio interior puede ser uno de los secretos para cambiar. Filtrar la vida de esta manera cada día puede ayudarnos. Así es como.

    Rodéate de personas que te aporten bienestar
    La felicidad es en primer lugar ausencia de miedo . A veces llega el momento de racionalizar nuestros miedos y dejar que salgan a la luz y transformarlos. En un extremo del filtro antes mencionado deben quedar los miedos paralizantes que nos clavan en nuestra zona de confort.
    Es hora de profundizar en el significado de la palabra crisis.Por la crisis griega (crisis) no fue más que un momento cercano a una evolución. Es un momento en el que vivimos incertidumbre pero también es un momento de oportunidades en el que el ser humano siempre ha sido capaz de dar lo mejor de sí a través de la resiliencia y la creatividad. Son momentos fundamentales en los que se renuncia a la entrega.

Segundo Sonja Lyubomirsky mejor conocido como el erudito Alrededor del 50% de nuestra felicidad depende de nosotros mismos. . El 50% restante depende de los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor y de algunos factores biológicos. Esta es una probabilidad más que aceptable. . Un maravilloso punto de partida desde el que partir para que nuestro día a día valga la alegría, nuestros sueños y nuestro bienestar.

Imágenes cortesía de Rafal Oblinski

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