Olvido: definición, tipos y características

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El olvido es uno de los fenómenos más curiosos. Podríamos decir que es un auténtico rompecabezas. En este artículo intentaremos definirlo, identificar los distintos tipos y comprender por qué ocurre (y por qué no es tan raro que ocurra).

Si durante siglos el funcionamiento de la memoria ha estado en el centro del interés de la psicología, el olvido no se ha quedado atrás. Es un fenómeno curioso, fascinante y en muchas ocasiones frustrante. De hecho, conocer las circunstancias y situaciones en las que olvidamos cosas puede ser muy útil no sólo para la vida cotidiana sino también para tener más información sobre cómo funciona la memoria y sobre enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer u otros tipos de demencia.

Descubramos qué es el olvido, los tipos de olvido y cómo según la ciencia es prácticamente indemostrable. Nietzsche dijo:

La existencia del olvido nunca ha sido probada: sólo sabemos que algunos recuerdos no nos llegan cuando queremos.

¿Qué es el olvido?

Olvido es el nombre que recibe un fenómeno por el cual la huella de cierta información que se forma en la memoria se fragmenta. Se produce un almacenamiento deficiente, una preservación deficiente y una recuperación deficiente de los recuerdos.

Cuando el rastro de los recuerdos se fragmenta, los detalles de la información se van perdiendo hasta perderse por completo el rastro. En este caso hablamos del olvido. Podemos decir que la información se olvida cuando la red neuronal –que a nivel neurobiológico permite la recuperación de ese recuerdo– desaparece. Se puede decir que la información se ha perdido permanentemente sólo mediante el proceso de recuperación.

Si bien el olvido no se puede demostrar (¿la pérdida de detalles dificulta la recuperación de la información o la hemos olvidado por completo?), sí podemos tener en cuenta todo lo que en un momento dado hace que una persona sea incapaz de recordar algo. No importa si ese algo será recordado o no en el futuro, en ese momento podemos decir que esa persona lo ha olvidado.

No existe un solo tipo de olvido

En el estudio del fenómeno denominado olvido se han identificado dos tipos clínicamente relevantes para el tratamiento de trastornos psicológicos en los que la memoria juega un papel esencial. Esto ocurre por ejemplo en trastorno de estrés postraumático .

El olvido accidental es aquel olvido que se produce independientemente de la redundancia y sin intención de olvidar. . Schacter (2003) argumentó que el olvido accidental es esencial para el correcto funcionamiento de la memoria. Es una facultad del ser humano que debe ser adaptativo, flexible y funcionar de su forma óptima. Como la memoria no es ilimitada, si no existiera el olvido encontraríamos obstáculos en lo que podemos memorizar.

Ante esto, es bueno olvidar alguna información que no sea útil en un momento dado. Por ejemplo, aunque es importante recordar la matrícula del primer coche que condujimos, en realidad esta información puede olvidarse porque ya no es útil y podría interferir con la información más reciente.

El segundo tipo de olvido es el olvido motivado. Ocurre cuando una persona lleva a cabo procesos o conductas mentales cuyo objetivo es reducir el acceso a un recuerdo. Esto puede suceder cuando un situación traumática que quieres olvidar y tratamos de evitar todo aquello que pueda permitir el acceso a esa memoria. Como no quieres recordar ese rastro de información en tu memoria, esta puede volverse cada vez más débil.

Los olvidos accidentales más frecuentes

Gordon (1995) estudió la información que las personas suelen olvidar accidentalmente. Esta lista no es aleatoria y puede explicarnos por qué muchas personas no son buenas recordando nombres o otras olvidan con demasiada frecuencia dónde dejaron sus llaves.

    Yo nomi.Generalmente ocurre cuando alguien nos dice un nombre y nos encontramos en una situación diferente a la habitual. También podemos estar distraídos por esa situación al momento de codificar. Se codifica vinculando información a algo específico de nosotros mismos. Una nueva cara o un nuevo nombre muchas veces todavía no nos afecta.
    ¿Dónde puse las llaves?Ya sean llaves o cualquier otro objeto, este olvido se produce porque dejar un objeto en un lugar suele ser una acción automática. A menos que ese elemento sea importante en ese momento no prestamos atención a una acción automatizada como dejar las llaves en un solo lugar. Por ejemplo, es más probable que recordemos dónde pusimos el regalo que nos hizo un amigo nuestro dos días antes por nuestro cumpleaños que recordar dónde pusimos las llaves.
    ¡Ya lo dijiste!A veces nos encontramos en la situación de decirle a alguien algo que ya le hemos dicho. En estas ocasiones, los errores en la atribución de la fuente suelen ocurrir porque es el contexto, más que la persona con la que estamos hablando, lo que sugiere que eso no se dijo.

Otros datos que muchas veces olvidamos son: las caras te dirigen a una acción iniciada o ya realizada .

El olvido y los siete pecados de la memoria (Schacter 2003)

La memoria debe ser cuidada por quienes la utilizan. Hay mucha gente que comete errores que fomentan el olvido y no la memoria. Hay siete elementos que pueden hacer que la memoria retroceda y no funcione de manera óptima:

    El paso del tiempo.Con el tiempo, el olvido debilita la huella de la memoria.
    La distracción.Cuando las personas están distraídas, estresadas o realizando dos acciones al mismo tiempo, no se produce una codificación profunda de la información. Esto es normal porque la memoria registra más información de la que queremos recordar. Por eso es muy importante la atención selectiva.
    Bloquear.Pueden producirse bloqueos de memoria debido a la recuperación de información que no es adecuada para ese momento.
    Atribución incorrecta.
    Sugestibilidad.
    Propensión.Las actitudes y emociones de las personas pueden alterar la memoria al interferir con la confiabilidad del recuerdo.
    Persistencia.Recordar recuerdos continuamente puede hacer que su contenido cambie porque se han recordado varias veces.

I pecados uno, dos y tres darían lugar a errores de omisión; mientras que los pecados cuatro, cinco, seis y siete darían lugar a errores de comisión (el sujeto recuerda algo pero lo recuerda mal).

El olvido puede estar presente en conjunto con otras patologías como algunas trastornos de ansiedad trastorno de estrés postraumático o trastornos disociativos. Por este motivo su estudio y diferenciación puede ser relevante para el tratamiento de estos angustiosos trastornos. Por tanto, es posible establecer teorías y leyes que atañen no sólo a la memoria sino también al olvido, como por ejemplo la ley de Just:

Cuando dos huellas mnémicas tienen la misma fuerza pero diferente edad, es decir, una es más reciente que la otra, podemos decir que la más antigua o más antigua de las dos será más duradera y se olvidará menos rápidamente que la más reciente.

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