Consecuencias emocionales del accidente cerebrovascular

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Un ictus puede tener diversas consecuencias a nivel cognitivo pero también emocional. Sigue leyendo para saber más y poder afrontar mejor esta desagradable realidad.

Después de un accidente cerebral, mejor conocido como derrame cerebral, se puede experimentar un grado de discapacidad física de moderado a severo. Sin embargo, esta condición puede causar consecuencias adicionales que a menudo tendemos a pasar por alto. En las siguientes líneas hablaremos de las consecuencias emocionales y conductuales del ictus.

La neurorrehabilitación tras un accidente cerebrovascular se centra más en la recuperación de habilidades motoras como hemiplejía, dificultad para caminar, afasia, deterioro cognitivo, etc. Estas consecuencias son las más comunes entre una amplia variedad y requieren una gran atención.

Lo cierto, sin embargo, es que si no intervenimos también en las consecuencias emocionales del ictus La rehabilitación física puede no tener los efectos deseados.

¿Qué es un derrame cerebral? Algunos datos que debemos saber

Un derrame cerebral es una anomalía repentina del flujo sanguíneo en el cerebro. lo que provoca síntomas físicos y mentales que pueden perdurar en el tiempo.

Afecta a unas 130.000 personas al año, de las cuales más de 300.000 mostrarán limitaciones funcionales. Se trata, por tanto, de una patología con una incidencia elevada y creciente. A pesar de ello, es bueno saber que el 90% de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir.

En Italia es el tercera causa de muerte de la población así como la principal causa de muerte entre las mujeres. También es la principal causa de discapacidad en adultos; El 35% de los casos se dan en edad laboral lo que significa que no es un problema que afecte sólo a las personas mayores.

Entre las posibles consecuencias -algunas de ellas muy graves- la persona recuperada de un ictus puede manifestar psicopatología debido a la pérdida de algunas capacidades funcionales. Las consecuencias emocionales y conductuales de un accidente cerebrovascular pueden ser incluso más incapacitantes que las físicas.

Las consecuencias emocionales del accidente cerebrovascular

    Emocionalidad patológica o risa y llanto patológicos: reacciones de llanto o risa desproporcionadas con respecto a los estímulos.
  • Incontinencia emocional: muy asociada a la anterior, la persona es incapaz de regular y expresar emociones. Las manifestaciones emocionales pueden ser desproporcionadas o inapropiadas en términos de frecuencia, intensidad, duración y contexto.
    Fatiga post-ictus:Cansancio intenso tras un esfuerzo físico o mental mínimo. Puede ir acompañado de una sensación subjetiva de cansancio y dificultad para iniciar una actividad que requiera el mínimo esfuerzo.
  • Reacción catastrófica: Puede ir acompañada o no de otros síntomas asociados a la depresión.
    Apatía:Pérdida de interés y placer en casi todo.
  • Anosognosia: ausencia de conciencia de la enfermedad. El aspecto más interesante es la indiferencia emocional que acompaña a la discapacidad.
    Irritabilidad y agresión:se encuentran entre las manifestaciones más comunes. La agresión puede ser verbal o física hacia objetos o personas.
  • Ansiedad o depresión: Estos síntomas son muy comunes debido al daño cerebral sufrido. Un derrame cerebral presupone la pérdida de la capacidad de funcionar, etc... esto puede resultar en ansiedad y depresión .

Los síntomas descritos anteriormente varían mucho de persona a persona y pueden ser difíciles de reconocer y hacer un diagnóstico correcto. Sin embargo, deberíamos invertir diversos recursos para reconocer la situación e intervenir adecuadamente.

Trastornos del comportamiento después de un accidente cerebrovascular

  • Cambios en conducta social : Esta es la queja principal y puede afectar a otros. Las personas cercanas al paciente generalmente informan que su ser querido ya no es la misma persona, que su personalidad ha cambiado, así como su carácter, su forma de tratar a los demás, etc.
    Comportamientos infantiles:es decir, la tendencia a actuar de forma inmadura, irresponsable e ingenua.
  • Inflexibilidad: la imposibilidad de realizar cambios en los programas establecidos se debe a una reducción de la memoria de trabajo.
    Egocentrismo:es muy común en personas que han sufrido un accidente cerebrovascular y imposibilita la empatía con los demás. El comportamiento adaptativo presupone comprender las perspectivas de los demás. Esta habilidad se conoce como teoría de la mente .

La falta o el deterioro de las habilidades cognitivas puede volvernos incapaces de comprender a quienes nos rodean e insensibles a las necesidades de los demás, lo que complica significativamente las relaciones sociales.

Intervenir sobre las consecuencias emocionales del ictus

Ciertos trastornos emocionales y de conducta son reacciones naturales después de un derrame cerebral, pero puede dificultar la rehabilitación del paciente . Una buena predisposición y la motivación adecuada son fundamentales para que la persona pueda notar mejoras en el menor tiempo posible.

En conjunto con la neurorrehabilitación y rehabilitación neuropsicológica Los pacientes y sus familias deben recibir apoyo psicológico. para manejar adecuadamente estos trastornos. Es igualmente importante comprender el estado de ánimo de la familia y los cuidadores.

Cuidar a una persona dependiente es un gesto heroico que muchas veces puede tener un impacto negativo en el bienestar psicológico del cuidador. Esto desencadena un círculo vicioso en el que el malestar del primero provoca el malestar del segundo. Cuidarse es la única manera de ofrecer una ayuda válida.

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