
El síndrome de burnout necesitaba reconocimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) finalmente la clasificará como se merece. Por tanto, pasará de ser una simple dolencia a una enfermedad profesional. Podrás conseguir una baja por enfermedad e incluso conseguir una incapacidad.
Sin embargo, hay quienes no ven con buenos ojos esta noticia, y hay voces críticas que tienen otra perspectiva. Considere el síndrome de burnout como un trastorno mental resultante de las malas condiciones laborales de un ambiente de trabajo toxico o por un empleador explotador significa prestar atención a varios aspectos relevantes del trabajo. El agotamiento laboral no se resuelve sólo con tratamiento o ausencia del trabajo. El problema es crear mejores condiciones de trabajo.
L' OMS Quería dar un paso adelante clasificando esta realidad psicológica tan común hoy en día. Una acción positiva que debe ser el comienzo de una nueva conciencia. Sin duda, se garantizará una mejor atención médica y un mayor apoyo. La raíz del problema no está en el trabajador sino en un mercado laboral precario.
A pesar de las voces escépticas debemos admitir que se trata de una buena noticia. Y lo es porque representa el inicio de un cambio que reconoce un hecho innegable: el cansancio y el estrés que provocan determinados entornos laborales reducen significativamente la calidad de nuestra vida.
Según estudios de la OMS, el agotamiento psicológico se produce cuando las exigencias de un trabajo superan con creces las recompensas, el reconocimiento y los tiempos de descanso.

Síndrome de burnout o síndrome de agotamiento emocional
El síndrome de Burnout aparecerá en la próxima clasificación internacional de enfermedades (CIE-11) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tendrá lugar en 2022 y se incluirá en la sección de problemas relacionados con el empleo o desempleo con el código QD85.
Aún faltan algunos años para que la nueva clasificación se haga efectiva pero no deja de ser el reconocimiento de una realidad que hasta ahora no existía o no se entendía bien.
Hasta la fecha, el trastorno asociado con estrés crónico El trabajo se definía vagamente como problemas relacionados con dificultades para controlar la propia vida. no había ninguna referencia directa al trabajo aspecto que nos permite gestionar los casos y visibilizar una realidad social innegable.
Los datos estadísticos también nos informan que el síndrome de burnout ya es una epidemia. Christina Maslach, profesora emérita de la Universidad de California en Berkeley, es una de las principales expertas en agotamiento relacionado con el trabajo.
Comenzó a estudiar este fenómeno ya en los años setenta y hoy en día destaca un aumento de esta realidad. El síndrome de burnout es devastador: asfixia las ambiciones, el idealismo y hace que las personas pierdan su valor.
El alto coste personal del síndrome de burnout
La Dra. Armita Golkar de la Universidad Karolinska en Suecia realizó uno en 2014. estudio en el que demostró un hecho realmente sorprendente. El agotamiento emocional y la negatividad causados por el estrés laboral pueden cambiar increíblemente el cerebro de un trabajador.
- El síndrome de burnout está relacionado con la enfermedad coronaria. Se ha comprobado que es muy común padecer dolores musculoesqueléticos, fatiga prolongada, dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales. insomnio depresión, etc
- Síntomas de agotamiento extremo.
- Negatividad y angustia persistente.
- Disminución de la eficiencia del trabajo.
- Lograr el objetivo enumerado anteriormente y centrarse en los factores psicosociales del trabajo.
- Establecer mejores condiciones laborales y proteger a los trabajadores del estrés resultante de tareas sobrecargadas, horarios imposibles y condiciones laborales precarias.

¿Qué se conseguirá con la nueva clasificación?
La nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de 2022 establecerá que deben aparecer 3 síntomas evidentes para diagnosticar esta enfermedad profesional:
Con esta nueva clasificación la OMS busca:
La introducción de estas innovaciones nos da esperanza. . Y seremos más felices si no se quedan en simples soluciones paliativas. De nada servirá conceder a un trabajador un permiso para someterse a terapia si luego tiene que volver a trabajar en las mismas condiciones. Vale la pena reflexionar sobre esta realidad.