11 preguntas que nos hacemos tras la muerte de un ser querido

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El duelo por la muerte no es fácil de afrontar, por lo que es necesario buscar algunas estrategias, como la confrontación. Estas preguntas pueden ayudarte a lograrlo.

La muerte de un ser querido nos provoca un fuerte dolor y nos hace entrar en una especie de letargo del que parece imposible escapar. Este es un estado natural después de una pérdida. El .

Cuando alguien deja algo dentro de nosotros se fractura . Es un sentimiento difícil de explicar y que trae consigo multitud de pensamientos y preguntas a las que muchas veces no podemos responder.

Para prestar atención a estos sentimientos y ayudarnos a nosotros mismos debemos permitirnos explorar y sacar a la luz las preguntas que nos atormentan y capturan nuestra mente. Hablar y no vetar es fundamental . Las respuestas ante esta situación son muy variables y van desde el llanto y la ansiedad hasta la tristeza y el miedo.

Es esencial darnos tiempo para reaccionar y procesar, pero también permitirnos gente que aman acompañarnos. Las miradas silenciosas, la sensibilidad, la presencia sin presiones ni molestias son factores que en estos momentos tienen más valor que las palabras. .

Miro al cielo y te busco entre las estrellas, busco tu imagen perdida entre las sombras.

Dibujo tu rostro en las nubes que veo pasar viajando sin destino preciso y dejándome guiar por la luna te pido:

¿Dónde estás?

Y enseguida mi pecho tiembla dándome la respuesta junto con una lágrima que cae y que nuevamente me hace comprender: no estás aquí, permaneces en mi corazón.

-Autor desconocido-

11 preguntas y 11 respuestas tras la muerte de un ser querido

Aunque cada persona vive la muerte de un ser querido de manera diferente, existen algunas preguntas comunes al momento del duelo . No nos es posible superar esta realidad ya que un gran disgusto e incertidumbre se suman a nuestro estado emocional. Veamos algunas de las preguntas más frecuentes ((Martínez González 2010):

1. ¿Olvidaré su voz, su risa, su cara?

Cuando muere alguien cercano a nosotros, hacemos todo lo posible para mantener su presencia en nuestra vida diaria. Sentimos que olvidar su risa, su mirada, su rostro y su forma de caminar sería como traicionar a la propia persona. Sin embargo el tiempo hace lo suyo Recuerdo

En este sentido debemos saber que aunque el ser querido ya no esté y ya no podamos tocarlo ni escucharlo, permanece en nuestro corazón . El cariño y los momentos vividos quedan en nuestro corazón nada ni nadie podrá arrebatárnoslos, ni siquiera el tiempo.

2. ¿Me estoy volviendo loco? ¿Podré soportarlo?

La pérdida de un ser querido provoca un estado de shock, un bloqueo, algo sumamente difícil y alienante. . Todas estas emociones juntas crean la sensación de perder el control sobre nosotros mismos. Hay que decir que casi siemprees uno fase transitoria necesario procesar el evento inmediatamente es como un mecanismo de defensa que alinea nuestros grandes fuerza interior

3. ¿Cuánto durará todo esto?

La respuesta a esta pregunta es extremadamente variable. porque el tiempo depende de las circunstancias que se presenten, de las características personales, de la relación que nos unía, de la forma en que se produce la pérdida, etc. En cualquier casoEl primer año es muy difícil, todo nos recuerda al difunto a medida que pasan las fechas en el calendario.Primeras Navidades, primeros cumpleaños, primeras vacaciones, etc.

El malestar por no poder compartir acontecimientos, logros y sentimientos con esta persona nos hace revivir constantemente la tragedia. Sin embargo podemos decir que Este tiempo interior no es un tiempo pasivo ya que nos ayuda a aceptar la muerte y poco a poco vivir con ello.

4. ¿Volveré a ser como era antes?

La respuesta es NO. Está claro que la muerte de un ser querido nos marca y nos rompe y esto inevitablemente nos cambia. perdemos una parte de nosotros mismos, una parte que se va con esta persona. Maduramos en algunos aspectos redefinimos nuestro sistema de valores le damos importancia a diferentes cosas pensamos diferente. Todo esto constituye un proceso de crecimiento que muchas veces se traduce en un mayor compromiso con la vida.

5. ¿Por qué me pasó esto? ¿Por qué me dejó? ¿Por qué ahora?

Es en un intento desesperado por comprender lo incomprensible y lo injusto que nos hacemos estas preguntas. Tienen la función de ayudarnos a revisar, analizar y comprender la realidad de forma racional porque sentimos la necesidad de controlar y gestionar la situación para combatir la angustia.

La muerte de un ser querido no es bienvenida ni deseada. Ante la ausencia de respuestas acabaremos preguntándonos para qué finalidad será mucho más adecuada para reestructurar nuestra experiencia y nuestro duelo.

6. ¿Estoy enfermo?

No. La angustia y los sentimientos de dolor por la pérdida de un ser querido no son una enfermedad. Son parte de un proceso natural que debemos experimentar. equilibrio psicológico que nos permite gestionar nuestras emociones y pensamientos.

7. ¿Necesito ayuda psicológica?

Es normal sentirse mal durante el duelo. Al principio la persona en duelo necesita expresarse, repasar y recordar al fallecido de manera constante y repetida. Algunas personas necesitan un profesional que defina los límites del malestar de ser escuchados, acompañados y comprendidos incondicionalmente.

Todo esto lo ofrece la terapia pero sin duda no todo el mundo necesita ayuda terapéutica para seguir este camino. Esto depende de tus condiciones personales.

8. ¿Qué hago con sus cosas?

Las reacciones suelen ser extremas. Algunas personas se deshacen de todo con la idea de aliviar el dolor del recuerdo. Otros, en cambio, conservan todo tal y como lo dejó el difunto. Cualquier reacción nos muestra que no está ahí. pérdida por lo que es recomendable ayudar a estas personas a asimilar la ausencia.

No existe una mejor manera de proceder pero sí conviene no caer en los extremos.Lo mejor es deshacernos de las cosas o distribuirlas poco a poco a medida que tengamos fuerzas y procesar la pérdida.

9. ¿El tiempo lo cura todo?

El tiempo no lo cura todo pero sin duda nos ofrece una nueva perspectiva. podemos tener una actitud derrotista podemos tener una actitud superadora . El tiempo nos lo recuerda.

10. ¿Cuándo termina el duelo?

El duelo termina cuando volvemos a mostrar interés por la vida y los vivos. Cuando invertimos energía en las relaciones, en nosotros mismos, en nuestros proyectos laborales y en nuestro bienestar emocional. Es entonces cuando empezamos a renovar nuestro entusiasmo por la vida.

Termina en el momento en que podemos recordar al ser amado con amor y cariño. nostalgia sin que el recuerdo nos arrastre a un dolor profundo y un malestar emocional sin fin.

11. ¿Qué hago con todo lo que siento?

Ante el torbellino de emociones y sensaciones que nos han embargado, nos encontramos ante la cuestión de la utilidad. Cada una de estas manifestaciones tiene un significado íntimo que debemos trabajar, que debemos explorar y descifrar para reconstruirnos. Nos puede ayudar escribir sobre ello, escuchar música que estimule el procesamiento de las emociones o practicar actividades que sean significativas para nosotros.

Esto nos ayudará a apreciar y recordar con cariño a la persona fallecida que nunca nos abandonará porque permanecerá en nosotros en forma de recuerdos y enseñanzas.Seremos su esencia, la esencia que nunca desaparecerá.

Ilustración principal de Mayra Arvizo

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