
La regla del hielo es un recurso muy utilizado por personas que sólo en apariencia poseen un gran autocontrol y que se enorgullecen de ser más racionales que intuitivas. Corresponde no sólo a una expresión de violencia pasiva sino también a un mecanismo de abuso psicológico. En otras palabras, causa un daño muy profundo a la persona que se ve afectada por él.
Todas aquellas conductas que tienen como objetivo ignorar a una persona se denominan regla del hielo. Se ponen en práctica en todo tipo de relaciones: pareja, amigos, padres e hijos, familiares, etc. Implica a posteriori la existencia de un conflicto. Sin embargo, en algunas ocasiones la víctima de esta conducta desconoce la existencia de este conflicto, muchas veces porque la otra persona nunca lo ha expresado abiertamente.
El peor pecado hacia nuestras queridas criaturas no es odiarlas sino serles completamente indiferentes: ésta es la esencia de la inhumanidad.
-William Shakespeare-
La regla del hielo corresponde a acciones como dejar de hablar con alguien, no tomar en consideración lo que nos dice o falso no escucharlo ; distanciarse y evitar su compañía como si fuera contagiosa, ignorar sus peticiones o necesidades expresadas y realizar cualquier conducta que tenga por objeto anular o invisibilizar a esa persona.
Comportamientos de este tipo son extremadamente dañinos. No sólo denotan inmadurez, mezquindad y falta de inteligencia emocional sino que también pueden provocar graves efectos en la otra persona. Constituyen una intención de controlar y acosar a otros y a nivel relacional no representan nada positivo.
La ley del hielo puede causar estrés emocional y trauma
La persona que se encuentra sometida a la regla del hielo puede llegar incluso a demostrar sentimientos negativos muy intensos. Ignorar a alguien equivale a devaluarlo e incluso cancelarlo. Además, todo esto empeora cuando se materializa en un silencio duro y crudo que la víctima no sabe interpretar.

Quienes son ignorados muchas veces se hunden en sentimientos de tristeza que terminan resultando en depresión . Más allá de esto siente ira, miedo y culpa. Ignorar a una persona equivale a señalarla con el dedo y acusarla pero no de forma explícita. Precisamente por esta razón, actitudes similares pueden considerarse mecanismos enfermizos para afrontar los conflictos.
Además, la víctima de estas conductas suele experimentar una fuerte angustia. No entiende qué está haciendo mal ni por qué se somete a este tratamiento. Vive el momento como si hubiera perdido el control y esto le provoca un gran estrés. Estas actitudes se consideran, por tanto, una forma de abuso en el que no hay gritos ni culpas sino sólo violencia tácita.
La ley del hielo también provoca efectos físicos
Varios estudios demuestran que la sensación de ser excluido o ignorado desencadena algunos cambios en el cerebro. Existe una zona llamada corteza cingulada anterior cuya función es detectar diferentes niveles de dolor en el ser humano. Los estudios han demostrado que esta área del cerebro se activa cuando uno es víctima de la ley del hielo.

El resultado de esto es también la aparición de síntomas físicos. Es muy común que se produzcan dolores de cabeza y problemas digestivos, así como la aparición de insomnio y fatiga. Si la situación se presenta de forma agresiva y repetida, pueden surgir problemas aún más graves como aumento de la presión arterial, diabetes e incluso enfermedades como el cáncer.
El sistema inmunológico también se ve afectado principalmente por las altas dosis de estrés que generan estas situaciones. Las consecuencias son muy graves cuando quien aplica la ley del hielo es una figura de poder, ya sea un profesor, un padre o un jefe.
Aprende a salir de estas situaciones
En ocasiones la ley del hielo se aplica entre dos personas que se aman mucho como miembros de una pareja, dos grandes amigos de hermanos, etc. Algunos creen que con este comportamiento podrán cambiar uno o más comportamientos del otro. o convencerlo de que haga lo que tú quieras. Estas mismas personas están convencidas de que se trata de una auténtica herramienta educativa. Sin embargo, están muy equivocados. Ignorar al otro como forma de castigo destruye la relación.

A diferencia de muchas otras técnicas defensivas basadas en inseguridad esto denota una mala gestión de la comunicación. El silencio sólo es positivo cuando tras un momento de gran excitación se hace necesario hacer una pausa para no empeorar la situación. Sin embargo, cuando se utiliza como medio de control o castigo se convierte en abuso.
Nadie debería permitirse pasivamente ser ignorado al menos sin haber obtenido una explicación para tal comportamiento. Así como nadie debería utilizar la ley del hielo para resolver un conflicto. Cuando hay un problema entre dos seres humanos el único remedio saludable es encontrar la manera de dialogar con el objetivo de encontrar una solución. El silencio y la distancia sólo generan malentendidos y al final no resuelven nada.