
Un buen contrato emocional se basa en un auténtico compromiso con nosotros mismos. Si no nos amamos, el contrato emocional se rompe. Si nos alimentan de manipulación y negatividad, el contrato emocional se rompe. Debemos aprender a gestionar bien nuestra vida y el delicado universo de las emociones .
La palabra contrato debe entenderse como un acuerdo entre dos personas que se comprometen a ofrecer algo y recibir algo a cambio. Sin embargo, en el mundo emocional esta transacción es mucho más íntima además de necesaria. Estamos hablando de esos acuerdos fundamentales que debemos hacer con nosotros mismos para sobrevivir y defender la nuestra. dignidad y luchar por nuestra felicidad.
Si analizamos el tema de los contratos emocionales nos daremos cuenta de que muchos de nosotros hemos aceptado contratos basados en la desigualdad. Algunos de estos son parte de la infancia. Hay niños que han aceptado injustamente que no son amados. Como resultado, una vez adultos, cargan con el peor compromiso de todos: el de no amarse a sí mismos.
En las relaciones de pareja firmamos acuerdos implícitos en Aceptamos un contrato emocional donde la manipulación, el egoísmo y el desprecio son cláusulas escritas en letras pequeñas que inconscientemente firmamos con un amor ciego y lleno de esperanza. .
Todas ellas son dimensiones dolorosas y complejas que deben abordarse con un buen contrato emocional capaz de garantizar nuestra dignidad y nuestro pleno derecho a luchar por ser felices. Te invitamos a reflexionar sobre los 5 puntos fundamentales de

Un buen contrato emocional siempre debe respetarse
Un buen contrato emocional requiere ante todo compromiso, coraje y la voluntad clara de empezar a ser quienes realmente somos. Quizás estas dimensiones parezcan aparentemente fáciles de poner en práctica. En realidad no lo son: los puntos de este contrato son delicados y complejos.
Son los siguientes:
1. Un buen contrato emocional a veces requiere romper otros contratos emocionales.
El legado de nuestro sistema familiar está lleno de compromisos no deseados. hermanos primos, tíos, hay aspectos de los que quizás deberíamos deshacernos.
Debemos considerar que hoy en día seguimos obedeciendo a nuestro cerebro primitivo. Él es quien nos dice que si dejamos el clan no sobreviviremos.
Sin embargo a veces es necesario romper ciertas limitaciones o ataduras . Si nuestro padre, madre u otros familiares han establecido un contrato emocional basado en el dolor, el miedo o la imposición egoísta, es el momento de ponerle fin.

2. Debemos amarnos por encima de todo
La autoestima es la tinta imborrable que nos permitirá firmar el mejor contrato: el de la fuerza interior de la autodefensa y del amor propio.
Hay muchas personas que parecen estar avanzando pero en realidad están destrozadas por dentro. Herido en secreto. Íntimamente roto.
Debemos tener en cuenta que si no nos amamos a nosotros mismos entonces lo intentaremos.
Amémonos unos a otros. Amémonos sobre todas las cosas. . Sólo quien se ama a sí mismo es digno de ser amado.
3. Un buen contrato emocional requiere acuerdos con quienes nos rodean
Vivir significa aceptar establecer límites y armonizar nuestro universo con el de los demás. Somos almas obligadas a convivir para construir nuestra felicidad en espacios comunes por eso los acuerdos son necesarios.
Un buen contrato emocional se concluye con asertividad . Debemos aclarar nuestras necesidades respetando los pensamientos, deseos y valores de los demás.
Un buen pacto se hace con un corazón sincero que se defiende y que al mismo tiempo es lo suficientemente intuitivo para elegir la mejor opción.

4. Di sí sin miedo y no sin culpa
La autoconfirmación sin agresión es una actitud y un comportamiento que debemos poner en práctica cada día como quien sigue una dieta equilibrada y practica deporte. Decir sí sin miedo y no sin culpa es mucho más que un buen ejercicio de higiene mental y supervivencia.
Es parte de nuestro contrato emocional y un compromiso fundamental que sin duda nos permitirá crear ambientes más respetuosos para ser mucho más felices.
5. No tenemos que ser nuestros propios enemigos
Sabemos reconocer a los depredadores externos, los que nos hacen daño, los que nos hacen vulnerables. Sin embargo No siempre somos capaces de identificar tan fácilmente quién puede resultar ser un enemigo terrible: nosotros mismos .
Un buen contrato emocional requiere de muchos elementos:
- Debemos aceptarnos a nosotros mismos, nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestras virtudes y cada error que hemos cometido.
- Las excusas no tienen por qué encerrarnos en el lugar de los sueños perdidos.
- Nos merecemos todo eso
- No olvidemos que no somos mejores que nadie y nadie es mejor que nosotros.
- Dejemos de autosabotearnos somos responsables de nuestra vida y debemos abandonar el no puedo no soy capaz mejor si lo dejo así esto no es para mí.

Como puedes ver, los términos de este contrato emocional no siempre son fáciles de respetar. Sin embargo, es imprescindible firmarlo y debes comprometerte a cuidarte y quererte. Hacerlo no es un acto de egoísmo, es el elemento vital de la dignidad y la base de la felicidad.