
La neurociencia afirma que el cerebro humano está diseñado para detectar peligros y amenazas a la supervivencia. Pues bien, en los últimos años este mecanismo se ha vuelto aún más refinado. Algunos fenómenos como
¿Pero realmente nos estamos volviendo más desconfiados? Es probable. Y esto no supone ninguna ventaja aunque siempre debemos proceder con cautela y adoptar las herramientas necesarias para discernir entre la verdad y la mentira.
Pero seamos realistas, no hay nada más triste que la falta de confianza; el que crea distancias entre los seres humanos, el que nos hace dudar de las instituciones y alimenta diversas teorías conspirativas.
La desconfianza también tiene un poder drenante sobre la salud psicológica . Este es un aspecto del que no se habla mucho porque, aunque el cerebro está equipado con mecanismos para detectar peligros y amenazas, su verdadera prioridad es la conexión social. Somos criaturas sociales, necesitamos del grupo para sobrevivir, relacionarnos, emocionarnos, compartir, ser y construir.
El germen de la desconfianza provoca estrés y levanta muros contra las relaciones humanas. Como seres humanos, somos capaces de lograr las mejores cosas cuando trabajamos juntos, cuando combinamos sinergias y confianza común para lograr el progreso. ¿Pero en qué consisten? neurociencia de la desconfianza ? Hablaremos de ello en las siguientes líneas.

Neurociencia de la desconfianza: ¿qué es?
Para entender esto necesitamos dar varios ejemplos. Todos hemos caído en la trampa al menos una vez. noticias falsas . Alguien nos envía una noticia, la leemos, nos sorprende, la damos por sentado y la compartimos. Descubrir que es falso nos molesta, nos molesta y nos hace sentir ingenuos.
Cuando esto se repite varias veces algo cambia en nosotros. Nos volvemos más escépticos e incluso menos receptivos. Algo dentro de nuestro maravilloso cerebro ha cambiado.
En cambio, en las relaciones ocurre casi lo mismo. Cuando alguien importante para nosotros traiciona nuestra confianza sentimos una sensación que va más allá del enfado o el fastidio. : lo que experimentamos es el dolor emocional .
Estas dos situaciones demuestran que se producen cambios a nivel cognitivo. Estas sensaciones negativas y desagradables no sólo afectan al estado de ánimo.
Incluso podemos llegar a cambiar nuestro comportamiento. : ser más estrictos en dar verdad a lo que leemos o no confiar en las personas para evitar nuevas decepciones. Bueno, ¿qué dice al respecto la neurociencia de la desconfianza?
La confianza y la desconfianza se encuentran en diferentes partes del cerebro.
Podríamos hablar del cerebro confiado y del cerebro desconfiado . El primero se encuentra en la corteza prefrontal, el área asociada con el pensamiento superior. funciones ejecutivas como la atención, la reflexión, la deducción, el discernimiento, la empatía…
La confianza libera poderosos neuroquímicos como la oxitocina en el cerebro. Tener confianza nos reconforta y nos hace sentir bien.
Por otro lado, la neurociencia de la desconfianza afirma que este estado está vinculado a un mecanismo primitivo. Cuando lo experimentamos se activan. la amígdala y otras áreas del sistema límbico.
La desconfianza nos hace más cautelosos. Más allá de eso la incapacidad de reflexionar, razonar y ver las cosas desde una perspectiva más amplia nos lleva a quedarnos estancados

Las consecuencias de la cultura de la desconfianza
Quizás realmente vivamos en una cultura de desconfianza. y quizás cada vez nos cueste más creer todo lo que nos cuentan, lo que leemos e incluso lo que nos rodea. Lo subrayamos al principio: sea cierto o no, sigue siendo triste y muy negativo para la sociedad y para el individuo.
Por esta razón neurociencia de desconfianza sostienen que este estado debe revertirse. Experimentar esta sensación tiene un precio: el cerebro la vive como un evento estresante.
No te fíes de quienes te rodean en lo que lees todos los días o en lo que dicen los políticos o instituciones públicas Te sumerge en un estado constante de incertidumbre e incomodidad. . Es como vivir siempre a la defensiva.
Reflexiones
Para concluir, en momentos de dificultad nada es más importante que poder confiar en los demás. Es un elemento tan vital para el ser humano como el oxígeno o la tierra bajo nuestros pies. Por lo tanto, volvamos a irradiar confianza y permitámonos experimentarla nuevamente.