
Las personas leales son ante todo honestas. Aprovechan un código que está siempre en sintonía con los propios valores pero también con ese compromiso respetuoso hacia los demás en el que no hay lugar para traiciones, mentiras o acciones con segundas intenciones. Nos encontramos ante un concepto interesante y profundo que va mucho más allá de la confianza.
Si te preguntas cuál podría ser el origen de la lealtad, la antropología nos da una respuesta interesante. Esta dimensión parece haber funcionado como mecanismo de supervivencia en el pasado. En aquella época ancestral, tan diferente y llena de peligros, recibir la ayuda y el apoyo de los miembros del grupo era fundamental para la supervivencia.
Hoy en día el contexto ha cambiado. Sin embargo, de alguna manera seguimos necesitando esa cercanía y seguridad de las personas que nos importan para sentirnos bien. Significa prestar nuestra atención al otro. respeto y compromiso constante gracias al cual sabemos que no seremos traicionados. Gracias a lo cual entendemos que en este comportamiento no hay intereses ocultos ni dobles fines.
Hay quienes sostienen que la lealtad es hoy casi un ideal, un bien en peligro de extinción. Mucho más allá de lo que podemos imaginar, esta dimensión sigue presente en el corazón de muchas personas. Sin embargo, debemos tener claro lo que significa ser leal porque en ocasiones es posible quedar atrapado en determinadas dinámicas en las que este principio se distorsiona. Veamos algunos ejemplos concretos a continuación.
Te seguiré hasta tu último aliento con verdad y lealtad.
-William Shakespeare-

¿Cómo son las personas leales?
Séneca decía que la lealtad comienza con la confianza pero como ya hemos señalado este concepto tiene sus raíces en algo más profundo, complejo y al mismo tiempo intrigante. Lo primero es lo primero Las personas leales son ante todo respetuosas de sus propios principios. El verdadero núcleo del comportamiento leal comienza aquí mismo: actuar siempre guiado por ciertos valores mantenerse fiel a lo que una persona considera correcto.
Lealtad: comprometerse a hacer lo correcto
La lealtad proviene del término legal. Hay, por tanto, en él un componente de rectitud y compromiso de hacer lo correcto en cada circunstancia. ¿Qué significa esto traducido en el contexto relacional? Implica, por ejemplo, que al concluir una relación romántica o de amistad con alguien el respeto siempre existirá . No revelaremos aspectos íntimos ni críticas elaboradas y mucho menos nos comportaremos de tal forma que le dañemos de alguna manera.
Más allá de la confianza está la lealtad. Incluso cuando se pierde el primero y ya no existe ningún vínculo con una persona, persiste un profundo sentimiento de respeto, virtud sin duda noble y deseable.
Las personas leales no pueden serlo por la fuerza, actúan en nombre de sus propios principios.
Seamos realistas si hay algo que nos piden en muchos contextos es lealtad. Se requiere en el trabajo en un contexto en el que se pide ser fiel a una política de la empresa. También nos pregunta nuestra familia que muchas veces espera que persigamos los mismos valores y algunos hábitos de realización de ciertos rituales…
Éste es sin duda el lado más oscuro de la lealtad, donde se intenta imponer con fuerza ciertos compromisos, dando lugar a relaciones lineales y socavando la autoestima. Por tanto, debemos tener clara una cosa: las personas leales no actúan por imposición. No son leales a la pareja, familia o amigos porque otros se lo imponen.
Actúan libremente según sus propias normas internas. y según una armonía entre lo que sienten y lo que hacen.
No hay sumisión ni adaptación: la verdadera lealtad es un ejercicio de valentía moral en el que eliges ser coherente con tus principios en todo momento.
Esto por lo tanto significa que No serán leales a todos si ciertas personas intentan imponerles actitudes que van en contra de sus creencias.

La persona leal es sincera, no condescendiente y nos ayuda a crecer.
Las personas leales no son aquellas que abusan del cumplimiento. No son los que dicen sí a todo, los que nunca se oponen, los que nos apoyan en todo lo que hacemos, en cada decisión y comportamiento por muy cuestionable que sea. Lealtad significa sinceridad pero también hacer uso de un compromiso activo con nuestro bienestar.
Esto significa que si en un momento determinado es necesario que alguien nos detenga, nos avise de un peligro o nos ayude a abrir los ojos ante una realidad que no podemos ver, alguien tendrá que hacerlo. Y esto se debe a que actúa según valores sólidos no impulsado por el servilismo o la pasividad. En este sentido, quienes quieren lo mejor para nosotros nunca dudarán en ser ese apoyo capaz de revelarnos verdades que duelen, de mostrarnos nuestros errores pero también nuestros márgenes de crecimiento.
Para concluir, como hemos podido comprobar claramente, el concepto de fidelidad tiene sus matices. Nadie puede dictar a qué o a quién ser fiel. Este concepto no es externo, tiene origen en nuestro mundo interior y está en armonía con un código de valores basado en el respeto y la integridad que una persona ha construido a lo largo de su vida. Las personas leales tampoco se quedan en la palabra porque la lealtad se ejerce y se aplica cada día en cualquier circunstancia y situación. Pensemos en ello.