
Las manos que sudan frío, la dificultad para respirar, los dientes que castañetean, nuestra mente que no hace más que transmitir imágenes de accidentes aéreos... Es imposible incluso si lo queremos.
Y así perdemos la oportunidad de conocer lugares maravillosos, visitar amigos y familiares que viven lejos o simplemente acompañar a nuestra pareja en el sueño de su vida: visitar las pirámides de Egipto, bailar el hula en Hawái o ver canguros en Australia.
¿Sabías que el miedo a volar es muy común? Se dice que una de cada cuatro personas la padece. ¡Una cuarta parte de la población mundial y tú también estás en este grupo! El miedo principal está ligado al miedo a que el avión se caiga y está conectado a que somos seres terrestres y por ello tendemos a no confiar en todo lo que hay en la zona o en el agua.
No importa cuantas veces nos digan que hay menos posibilidades de morir en un avión que en un coche o que los aviones modernos son el medio de transporte más seguro que existe. Todas frases que parecen sacadas de un manual para combatir las fobias pero que para ti no tienen sentido.

Como todos los miedos, el de volar también tiene una estrecha relación con emociones experiencias pasadas o incluso el simple hecho de haber visto una película en la que el avión se estrelló. Y lo peor es que la gente de tu alrededor que no tiene miedo a volar no te entiende. Piensan que estás exagerando o que no aprecias la oportunidad de ir a Nueva York, Río de Janeiro o Hong Kong sólo por pasar unas horas en avión.
Volar es la única forma de eliminar la fobia
Podemos acudir al psicólogo para hacer un curso de mecánica de zona para entender cualquier ruido o movimiento del avión o incluso utilizar un simulador de vuelo. Pero la única manera de decir adiós al miedo
Es comprensible que lo intentes pánico solo pensando en ello. De hecho, probablemente te tiemblen las rodillas mientras lees este artículo, habrás empezado a sudar y tu corazón estará latiendo salvajemente. Pero si quieres dejar de sufrir cada vez que alguien te dice que se va de vacaciones al otro lado del mundo o posponer ese viaje que siempre has soñado hacer, debes respirar profundamente y decidir iniciar un tratamiento.

¡Estos son algunos de nuestros consejos para hacerlo!
¿Qué hacer el día del vuelo?
Te armaste de valor (o eso te dijiste) y finalmente aceptaste la propuesta de tu esposo o esposa de escalar Machu Picchu o dar un paseo en camello por el desierto. ¡Felicitaciones! Mientras organizabas tu viaje, hacías las maletas o pedías a tu vecino que regara tus plantas, no tuviste tiempo para pensar en tu fobia.
Pero todo cambia cuando llegas al aeropuerto y haces el check-in y esas sensaciones desagradables vuelven a hacer acto de presencia. Estás a punto de salir corriendo de la terminal y abandonar a tu compañero de viaje. No te preocupes. Puedes superar el miedo . ¿Como? Siguiendo estos consejos:

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