
Cuando muere alguien a quien amamos en nuestra vida se establece una paradoja: la persona muere físicamente pero no el amor que sentimos por ella. De alguna manera nos sentimos invadidos por un sentimiento que parece no tener paz. A continuación aprendemos a gestionar el duelo. Sin embargo en este proceso también es importante y necesario expresar cariño a quienes ya no están .
Todos sabemos que el duelo es un proceso personal pero también sabemos que lo hay social. Se trata de funerales, pésame, visitas de cortesía, etc. En realidad, esta fase es extremadamente corta. Se da por sentado que en unos días estaremos listos para volver a nuestra vida normal que nuestra tarea es hacer todo lo posible para olvidar que podremos dejar de lado la experiencia vivida. El dolor prolongado o muy intenso incomoda a los demás.
Quizás en determinadas ocasiones consigamos adaptarnos a lo que la sociedad espera de nosotros y volver a nuestro día a día aún más confiados. Quizás queramos llorar frente a un hermoso atardecer pero nos contenemos. También puede ser que algo en nuestro interior siga negándose a decir adiós y que empiece a costarnos convivir con nosotros mismos y con los demás. Entonces es posible que en ambos casos necesites expresar afecto a los que ya no están.
Cuando mi voz esté camino de la muerte mi corazón seguirá hablándote.
-Rabindranath Tagore-
Rinde homenaje a los que ya no están
En sentido figurado ninguna de las personas que amamos muere realmente por qué . Hay una parte de cada uno de nosotros en la que su presencia sigue viva aunque la ausencia sea lo único que percibimos de ella. el ni siquiera muere afecto ; se desvanece o se reinventa pero permanece ahí.
A este concepto le debemos la tradición -típica de todas las culturas- de rendir homenaje a quienes ya no están con nosotros. En Occidente vamos a visitar la tumba, llevar flores o rezar. Esta costumbre se está perdiendo y los cementerios no son lugares donde la gente quiera ir. Hoy en día estamos huérfanos de formas de expresar cariño a quienes ya no están.
Los gestos destinados a rendir homenaje a quienes ya no están con nosotros no son pura convención. Tienen un significado que es ante todo esa posibilidad de la que hablábamos antes: expresar afecto por el difunto. Tal vez sería más justo llama a estos gestos rituales porque nos ayudan a poner nuestro corazón en paz respecto a las carencias que viven en nuestro interior. Nos permiten enfrentarlos y enfrentar el dolor que causan mirándolos directamente. ojos .Expresar cariño a quienes ya no están
Centrarse en el dolor de la pérdida es tan dañino como mirar hacia otro lado y fingir que todo ha terminado. Las personas que perdemos, especialmente aquellas a las que amamos profundamente o que desempeñaron un papel decisivo en nuestras vidas, permanecen a nuestro lado.
Vuelven a hacerse oír en los momentos de soledad de los duelos que se suceden. Siguen viviendo y luego se manifiestan en forma de una angustia pasajera y una tristeza que no quiere desaparecer. o un sentimiento de desesperación que se convierte en mareos, migraña, confusión. Por esta razón todas las culturas antiguas rendían homenaje a quienes ya no estaban con nosotros porque sabían que era muy importante expresarles nuestro amor.
Aunque se dice que el ser humano está fundamentalmente presente -y aunque esto es cierto hasta cierto punto-, sería más correcto decir que ya casi hemos pasado. somos un cuento que se sigue contando día tras día. De ahí la importancia de no perder de vista que todo fluye .
¿Cómo expresar cariño a alguien que ya no está?
Una de las tradiciones más bellas del mundo es la del Día de los muertos (es decir, el día dedicado a conmemorar a los difuntos) que tiene lugar en México. Se trata de una ceremonia a medio camino entre un ritual religioso y un carnaval. Cada 1 de noviembre rendimos homenaje a los seres queridos que ya no están con nosotros. Se exponen fotografías que los retratan para convertirlos una vez más en protagonistas del mundo de los vivos.
Los mexicanos escriben cartas a los difuntos, improvisan altares, rezan; van al cementerio y les tocan serenatas, les cantan, invocan a sus seres queridos fallecidos. En una palabra dan nueva vida a estos fantasmas. Les dan forma y les hablan. Les rinden homenaje. Creen que el olvido es imposible y que volverán a abrazar a sus seres queridos.
Sería saludable que cada uno de nosotros tuviéramos nuestros propios rituales para recordar a quienes ya no están con nosotros; para expresarles cariño. Redescubre el recuerdo y la huella que dejaron. Reconoce el vínculo emocional que ni siquiera la muerte puede romper. Entonces acepta que tienes que seguir adelante con tu vida sin olvidar las pérdidas que has sufrido y a pesar de ellas. Debemos entender que el único destino posible no está ni en la nada ni en el olvido.