
Es una actividad muy popular en la última fase de este confinamiento: cultivar la huerta en cuarentena. En las terrazas, en los balcones o en los alféizares de las ventanas, se colocan pequeños plantones donde los plantones ya están brotando tímidamente. Brotes que, gracias a nuestro mimo y paciencia, en unos meses ofrecerán verduras para llevar a la mesa.
Para muchos es mucho más que una tendencia. Las redes sociales en estos momentos están repletas de fotografías de personajes corrientes o famosos en los pequeños jardines de sus casas. Fotos con cientos de me gusta que nos demuestran que es posible crear un huerto orgánico a partir de semillas, compensando la falta de espacio con creatividad e ingenio.
Bueno, para los expertos no es sólo una más entre muchas modas pasajeras. Ni siquiera es un simple pasatiempo creativo olvidar por unas horas que estamos en una emergencia de Coronavirus. Este interés repentino es el intento de volver a lo primario del contacto con la tierra en nuestros orígenes.
Por tanto, la prisa por la autosuficiencia para tener cebollas y tomates en el balcón de la casa para tiempos de hambruna no es fruto del miedo a quedarse sin comida en cualquier momento. Más bien, es un regreso a la naturaleza para encontrar la calma en este momento de crisis; es el redescubrimiento de algo tan elemental que resulta tranquilizador.

Cultivando el huerto en cuarentena, volviendo a la tierra
El poeta dijo Rabindranath Tagore que los seres humanos tenemos la costumbre de maltratar la tierra y que ella nos ofrece flores a cambio . Ciertamente es así.
Llama la atención ver cuántas personas estos días regresan a ella en contacto con la madre tierra que nos nutre, nos protege y literalmente nos da vida.
Cultivar el huerto en el balcón durante el aislamiento no es un simple capricho. Los beneficios que ofrece son muchos e inesperados.
Jardinería para reconectarnos con nosotros mismos
Durante la cuarentena todos buscamos nuestro propio espacio. Un rincón para sentirse mejor, pensar para encontrar la calma en la tragedia de un mundo que tendrá que cambiar.
Estamos sobreviviendo lo mejor que podemos pero también estamos redescubriendo algunas verdades. Hay quienes simplemente necesitan un descanso curativo para calmar la ansiedad. Y hay quienes han optado por dedicar unas horas de su tiempo a un pequeño huerto en el balcón .
Cultivar un huerto en casa durante la pandemia es una actividad saludable para nuestra mente.
Jennifer Atkinson, profesora de la Universidad de Washington, nos lo explica en su ensayo Gardenland: fantasía natural y práctica cotidiana . Cultivar un huerto o hacer jardinería ayuda a gestionar el estrés y permite encontrar soluciones alternativas a los problemas. . Y nos devuelve el contacto con nosotros mismos.
Cultivar el huerto en cuarentena: no por miedo sino para retomar el contacto con la tierra y verla brotar
Decíamos al principio, cultivar un huerto en la terraza durante la cuarentena no es una conducta que responda al miedo: no tenemos miedo de quedarnos sin comida.
Sin embargo cabe señalar que En tiempos de crisis y dificultades económicas, la horticultura siempre ha sido una práctica común. . Quizás se quedó con nosotros como una vía de escape instintiva.
Sea por necesidad o no, es innegable: sembrar, ver crecer una planta y luego cosechar frutos o verduras es una de las actividades más gratificantes. Siempre lo ha sido. Recuperar el contacto con la tierra nos devuelve a los valores primarios y no sólo nos proporciona placer.
Hay un sentido de esperanza al ver cómo se desarrollan las hojas y las flores y finalmente el fruto cuelga de la planta esperando ser cosechado.

El jardín de cuarentena: una alternativa a los dispositivos electrónicos
Dedicarse al jardín durante la pandemia significa ofrecer descanso cerebral . Durante toda la cuarentena la tecnología vino en nuestra ayuda, no lo podemos negar . Gracias a ello hemos mantenido contacto con amigos, familiares y compañeros.
Las pantallas de computadoras y teléfonos celulares han llenado nuestros días, tendiendo un puente hacia nuestros seres queridos lejanos. Pero a menudo Cuando finaliza la videollamada o llamada telefónica nos invade una sensación de vacío.
Podemos llenarlo de jardinería y minihuertos en el balcón. Cultivar significa crear, estar en sintonía con la tierra, aprender el arte del cuidado y paciencia .
Los días pasan más rápido observando una planta en crecimiento que despliega sus hojas y se llena de pequeños frutos… No cuesta nada intentar sumergirnos en esta práctica ancestral que ofrece mucho más que la simple subsistencia.