7 técnicas psicológicas que nos ayudan a perder peso

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El peso es una preocupación para multitud de personas. Nuestra sociedad se ha encargado de divinizar la apariencia física y convertirla en un valor personal cuando en realidad no lo es ya que no podemos demostrar que alguien sea superior o inferior a otra persona simplemente por tener un físico más o menos agraciado.

La preocupación constante por ajustarnos a las normas establecidas y obtener así la aprobación de quienes nos rodean es en parte responsable de un gran número de trastornos psicológicos que giran en torno a una figura ideal como la anorexia y la bulimia.

Sin embargo, como ocurre con todas las cosas, hay otra cara de la moneda. Aunque idealizar tu cuerpo y tu silueta y obsesionarte con perder peso no es el camino correcto, abandonar tu cuerpo y dejar de cuidarte tampoco es la mejor opción.

El sobrepeso casi siempre esconde una base emocional y es en estos casos cuando la comida quiere ser el yeso que cubra temporalmente los problemas que no podemos gestionar de otra manera. Por eso es necesario integrar técnicas cognitivas, emocionales y conductuales que nos ayuden al autocontrol.

Olvídate de las dietas milagro porque casi siempre resultan ser una estafa y con ellos solo gastas dinero y te desmoralizas al darte cuenta que no has logrado ningún resultado o incluso pueden representar un peligro para el saludo .

La única forma de perder peso es seguir una dieta individualizada elaborada por un profesional acompañada de una buena cantidad de actividad física. . Lo más sencillo pero a la vez más complicado. ¿Quieres saber cómo hacerlo? Ten por seguro que la psicología puede ayudarte en este camino.

Bajar de peso con psicología

La psicología es una disciplina que puede ofrecernos numerosas técnicas encaminadas a obtener un mayor control de nuestros impulsos. El sobrepeso muchas veces es consecuencia de una forma de actuar impulsiva que nos lleva a saquear la despensa o la ausencia de una organización adecuada que nos permita hacer deporte con frecuencia. Además, al ver que nuestro peso aumenta es normal sufrir desde el punto de vista emocional lo que nos lleva a abandonarnos aún más a nuestro destino y a nuestros impulsos.

Para romper este ciclo el primer paso es estar preparado para la acción o tener claro que quieres cambiar y estar dispuesto a utilizar todas las fortalezas energía para tener éxito. No será nada fácil pero te sentirás enormemente realizado si alcanzas tu objetivo.

Platos más pequeños

Muchas veces comemos y comemos hasta que se nos acaba.

Podrías hacer un bis; sin embargo, tener que volver a la cocina para volver a servirte y comer un segundo plato te hará desistir.

Ir de compras con el estómago lleno

Si vas al supermercado y compras mientras tienes hambre probablemente termines comprando alimento hipercalóricos como bollería industrial, chocolate, etc. Es mejor hacer la compra inmediatamente después de comer para que sea el cerebro y no el estómago el que nos guíe. De la misma manera si evitamos

No a las dietas bajas en calorías

Aunque no se recomienda consumir alimentos ricos en calorías, ni siquiera se debe optar por una dieta hipocalórica para sufrir hambre. Si no te llenas después de las comidas, existe una alta probabilidad de que comas compulsivamente constantemente. y casi seguramente con alimentos ricos en calorías. Así que come sano pero llénate.

Tolerancia a las emociones.

La comida suele ser una tapadera para nuestras emociones negativas. Representa un refuerzo negativo y positivo que nos lleva al frigorífico o a la despensa cuando nos sentimos mal. De esta forma la emoción disminuye y nos sentimos mejor.

El problema es que esta mejora sólo dura un momento y luego se convierte en culpa. Por lo tanto debemos aprender a tolerar las emociones y aceptarlas como parte de nosotros y no intentes escapar de ellos pasándolos al estómago y dirigiéndolos con culpa .

Haz seis comidas al día.

La idea es no quedarnos con hambre y atiborrarnos después. Como decíamos, así como no debes seguir una dieta hipercalórica, tampoco debes comer demasiado picar entre comidas . Para evitarlo es mejor realizar seis comidas bien pensadas para que no haya intervalos en los que podamos sentir hambre y puedan aparecer tentaciones.

No hay alimentos prohibidos

Todo lo prohibido acaba volviéndose deseable no debemos prohibirnos ningún alimento . Esto no significa que podamos comerlos cuando nos apetezca, pero sí podemos permitirnos tomarlos al menos una vez a la semana. Le quitaremos el capricho y por tanto la comida perderá su palatabilidad.

Pensamientos racionales sobre la comida.

Muchos de los alimentos que más gustan a nuestro paladar y cerebro son los menos saludables. Una buena estrategia es mantener con nosotros mismos una dialogo interno racional sobre la comida que seleccionamos para el consumo.

Por ejemplo, si queremos comer un bocadillo con salchichas podemos enviar el mensaje a nuestro cerebro Es un alimento poco saludable elaborado con restos de carne de mala calidad mezclados con azúcar que sólo puede proporcionarnos un placer temporal. . ¿Todavía quieres comerlo?

Junto con estas estrategias Nunca debe faltar la actividad física diaria, una correcta hidratación, un círculo social de calidad y afrontar los problemas con integridad

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