Tres vallas publicitarias en las afueras de Ebbing, Missouri: ira encerrada en dolor

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Tres carteles en Ebbing Missouri nos invita a una reflexión profunda sobre la ira y la desesperación contenidas en el dolor. Y el dolor es el de una madre Mildred Hayes que utiliza tres carteles en su pueblo para denunciar la pasividad de la policía tras la violación y asesinato de su hija. Sin embargo, lejos de recibir una respuesta empática por parte de sus conciudadanos, este mensaje es recibido con gran malestar.

Durante la famosa velada de los Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, para muchos ya quedó claro que, a pesar de los numerosos premios y reconocimientos ya recibidos Tres carteles en Ebbing Missouri No habría ganado Mejor Película.

A través del amor llega la calma y a través de la calma llega el pensamiento. Y a veces necesitas resolver las cosas, Jason. Eso es todo lo que necesitas. Ni siquiera necesitas un arma. Y definitivamente no necesitas odio. Porque el odio nunca soluciona nada pero la calma sí. Pruébalo. Pruébelo sólo para variar.
-Willoughby Tres carteles en Ebbing Missouri

Si estos tres carteles rojos colocados en un pequeño pueblo por una madre desesperada han dejado huella en la comunidad la película no fue una excepción y fue recibida con el mismo malestar por varios segmentos de la población estadounidense. . Para empezar, la historia está ambientada en una ciudad de Missouri, en el corazón de Estados Unidos, una metáfora sutil y no aleatoria.

Estamos en un territorio aparentemente normal donde descubrimos que se elude la justicia y que la violencia constituye un lenguaje capaz de modificar casi cualquier espacio . Lo vemos en esos policías que no dudan en recurrir a la tortura, lo vemos en las distinciones de género en la pasividad de algunos ciudadanos que optan por mirar hacia otro lado y también en ese humor negro en el que todos los personajes aportan su heridas traumas en los que la ira es a veces también el único canal de redención.

Tres carteles en Ebbing Missouri no es una película fácil de digerir es un retrato enfadado e indignado de una mujer que busca justicia . Y también es mucho más porque como en todo cuento de hadas (aunque sea agrio y amargo) asistimos a una transformación final . Porque la esperanza es ese matiz que debe existir siempre incluso en las situaciones más adversas y desesperadas.

Tres carteles en Ebbing Missouri una reflexión sobre la ira contenida en el dolor

Pocas cosas pueden ser más devastadoras que la pérdida de un hijo . Sin embargo, el sufrimiento es aún más grave si la pérdida se produce tras una muerte violenta o un homicidio. violación . Todos conocemos algunos casos y quizás por ello no nos resulte difícil ponernos en la piel de Midred Hayes, una mujer de expresión suspicaz y enfadada que sigue esperando respuestas 7 meses después de la trágica pérdida de su hija adolescente.

al principio este personaje sin duda debería causarnos algún malestar por su comportamiento : es impredecible, sus diálogos rebosan repulsión y desprecio, de hecho no duda en utilizar la violencia en más de una ocasión. Pero Mildred Hayes es la fuerza impulsora emocional de la película y es imposible no empatizar con ella, es inevitable no entender el por qué de cada gesto, de cada movimiento, de cada acción, a veces marcada por una violencia extrema.

Se trata de un personaje maravillosamente interpretado por Frances McDormand que utiliza la ira como respuesta a la impotencia y la vulnerabilidad. En cierto sentido es la encarnación de esa ira que nace del amor y que no puede más que gritar, haciendo visible su desesperación a través de tres carteles a la espera de ver surgir algún resultado.

El amor que nos transforma

el director de Tres carteles en Ebbing Missouri Martin McDonagh ha sido criticado por ser un dramaturgo angloirlandés que quería mostrar un retrato de Estados Unidos impulsado por un simple cliché: el racismo, la homofobia, la ignorancia, familias disfuncionales, policías violentos, una población sin objetivos en la vida, violencia sexual. machismo …

Detenerse en la superficialidad de una simple crítica a esa incómoda tipología de personas que habitan muchas regiones de Estados Unidos equivaldría a perderse la auténtica grandeza contenida en Tres carteles en Ebbing Missouri . Cada personaje muestra a partes iguales la misma capacidad de actuar con violencia y con la bondad más indescriptible. Esas personas a las que queríamos odiar al principio de la película escapan de la caja en la que las metimos, nos confunden y se transforman ante nuestros ojos en algo nuevo y esperanzador.

El virtuosismo psicológico de la película es inmenso. porque a pesar de la dureza de la trama con una madre que denuncia la pasividad de la policía ante el caso de su hija hay espacio para la comedia para la amistad y sobre todo por una carta segura que habla de amor. Y eso lo cambia todo.

Es una mezcla entre lo absurdo y lo trascendente que da lugar a un resultado en el que las emociones son siempre las auténticas protagonistas. dan sentido real a un ambiente extraño en el que los personajes, a pesar de tener siempre comportamientos extremos, nos encantan.

A pesar de Tres carteles en Ebbing Missouri No está basada en una historia real, su trama nos resulta tristemente familiar. Es el simbolismo y la catarsis de todos aquellos que han perdido a sus hijos y que hoy siguen sin respuesta. que viven en el vacío y el silencio de una sociedad que ya los ha olvidado. Esos carteles en las afueras son nuestra conciencia, inconveniente para muchos y único recurso para otros.

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