Amor y enamoramiento: ¿dos caras de una misma moneda?

Tiempo De Lectura ~7 Mínimo

Una cosa es enamorarse. Otra es sentir que una persona se ha enamorado de ti y sentir la responsabilidad de ese amor. entonces el escribe David Levitán en su trabajo Cada día. ¿Quizás el autor quiso decir que existen diferencias entre amar y enamorarse? Probablemente sí.

Pues bien, aunque mucha gente piensa que amar y enamorarse son sinónimos, lo cierto es que muchos expertos consideran que esta creencia es un error. De hecho, existen algunas diferencias significativas que veremos a continuación.

Amar

-Eva Gabor-

Diferencias entre amar y enamorarse

Una de las diferencias más clásicas entre el amor y enamorarse

Obsesión y deseo

El enamoramiento, hablando en términos neuroquímicos, provoca un deseo enorme y una fuerte obsesión. Podríamos definirlo como una auténtica adicción: la atención se centra en la persona amada y las actividades que antes disfrutábamos haciendo solos parecen insignificantes frente a cualquier proyecto que implique pasar tiempo con la otra persona.

La química también tiene mucho que ver con el enamoramiento. En esta fase en la que estamos hechizados, potentes neurotransmisores como la serotonina y la dopamina intervienen en nuestro cerebro y producen un efecto neuroquímico similar al que generan algunas drogas.

Nos sentimos rodeados de un aura misteriosa y mágica que vincula el enamoramiento con estos conceptos científicos pero es todo realidad. Estos neurotransmisores nos llevan a percibir emociones con una intensidad increíble idealizar el nuestro pareja nos llenan de una energía que nos hace vivir en una especie de burbuja. Si pudiéramos hacerlo durar para siempre, ¿sería maravilloso o no?

El amor es muy diferente.

Como comentábamos al principio, aunque podamos amar a muchas personas, el foco del enamoramiento se centra en una sola. Es como si el mundo entero se redujera a esa persona. – basta que mencione un deseo suyo para preguntarnos qué podemos hacer para cumplirlo. Si encontramos una manera de hacerlo tendemos a subestimar el cálculo de costos en términos de recursos, tiempo, dinero, falta de atención a otras relaciones, etc.

Por otro lado, en muchos casos el enamoramiento es el punto de partida del amor. . A través de esta fase las personas ganan suficiente energía para empezar a crear vínculos. Vínculos que apoyarán en parte a la pareja en momentos de crisis.

¿Experimentas amor propio? ¿Amas a tu pareja? ¿Sientes un fuerte amor hacia tus padres? ¿Amas a tus amigos y seres queridos? Ciertamente que sí, aunque no en la misma medida y en las mismas condiciones para todos. Como puedes ver ya hemos esbozado una de las diferencias entre amar y enamorarse.

El amor es más racional.

Este punto de vista está directa e íntimamente conectado con los anteriores. Amar es racional o al menos no tan irracional como enamorarse. De hecho, no sentimos la misma intensidad emocional hacia un amigo o un hermano que hacia la persona de la que estamos enamorados.

Enamorarse presupone una verdadera escalada de neurotransmisores químicos que maximizan las emociones sentidas. Pese a ello, poco a poco el efecto desaparece, dejando lugar a un amor más pacífico, crepuscular y racional. Al menos en la mayoría de los casos (siempre hay excepciones).

El tiempo pasa para todos.

Es difícil que la fase de enamoramiento se prolongue en el tiempo principalmente porque supone un consumo de energía considerable (aunque no se perciba como tal). Importantemente la llama crepitante del enamoramiento se transforma en una llama más pacífica.

Cuando inicias una relación hay muchas expectativas, la atracción es muy intensa y hay un gran suspenso sobre lo que podría pasar con tu ser amado. Pero el tiempo pasa y llegan la seguridad, la estabilidad, el cariño, los códigos de comunicación y el entendimiento.

Salgamos de la nube

Cuando estamos en pleno proceso de enamoramiento vivimos sobre una especie de nube que parece elevarnos hacia el cielo, donde encontramos a la persona amada, esa imagen idílica de perfección que puede quitarnos el sueño.

Al final, por mucho que la nube nos eleve hacia su pedestal, llega el momento en el que tenemos que empezar a descender, volver a pisotear el suelo y dejar de volar con los ojos cerrados. Es en ese momento que el amor hace su aparición (para algunos se transforma) y el ser amado muestra todos sus defectos pero también su cercanía, su comprensión y su cariño.

El amor es más cómplice

Las parejas que se acaban de conocer suelen gozar de una armonía envidiable: la empatía se ve facilitada por el hecho de que ambos están enamorados del otro. Sin embargo conocimiento y complicidad son un caldo que se calienta a fuego lento al igual que el confianza . Es cierto que nunca dejamos de descubrir al otro en parte porque es dinámico y cambia; Sus hábitos, su círculo social y su carácter cambian. Sin embargo, podemos ver en él un núcleo seguro, una cierta estabilidad en el movimiento que nos da la sensación de conocerlo perfectamente.

Sabemos cuáles son sus gestos más característicos, las muecas casi imperceptibles que indican si aprecia algo o no. Un imitador que pasaría desapercibido para cualquier otra persona incluso si se detuviera a observarlo con atención.

En cambio, si al final del enamoramiento el deseo se desvanece y afloran los defectos, no deja de ser cierto que una vez finalizada la transacción los vínculos se fortalecen. Hablamos de confianza, complicidad e intimidad. Pero si hay señales de que la relación será duradera

Las diferencias entre amor y enamoramiento ilustradas en este artículo quizás sigan una línea muy estándar pero sabemos bien que en realidad son posibles muchos más matices. Hay personas que dicen estar enamoradas de un amigo otros que inician una relación amando a su pareja pero enamorándose de él sólo después de años o tal vez nunca. También hay parejas que confiesan que llevan toda la vida enamorados. En cualquier caso, más allá de las diferencias entre amor y enamoramiento, así como del hecho de estar de un lado o del otro (si es que realmente los dos lados son diferentes), lo importante es que cualquier relación que emprendamos sea una aventura positiva para nosotros.

Entradas Populares