Asco, una emoción olvidada

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Generalmente sentimos asco cuando comemos algo que no nos gusta pero en ocasiones podemos sentirlo hacia una idea o estilo de vida. ¿Puede el asco convertirse en un condicionamiento cultural?

Poco se habla del asco o la repugnancia, sin embargo es una de las emociones básicas. Cuando comemos algo y percibimos un sabor desagradable, automáticamente abandonamos ese alimento. Lo mismo ocurre cuando notamos un olor desagradable en la cocina y entendemos que algo ha ido mal y tenemos que deshacernos de él porque puede hacernos daño. Pero ¿qué es exactamente el asco?

¿Recuerdas la última vez que sentiste asco? ¿Cómo te sentiste? ¿Esto pasó con un alimento? ¿Lo has vuelto a intentar? ¿Serías capaz de comer un insecto? ¿Crees que sentir asco por unas cosas más que por otras puede ser una experiencia cultural?

Desde la niñez asco está presente en nuestras vidas independientemente de su intensidad. Por este motivo es importante saber qué se esconde detrás de esta emoción ya que a veces va más allá del elemento puramente tóxico, afectando por ejemplo a nuestra forma de percibir el mundo.

¿Cuándo sentimos asco?

Sentimos asco cuando comemos algo que está o casi en mal estado. Es una reacción adaptativa que evita que vivamos situaciones desagradables y perjudiciales para nuestra salud. . Sin embargo, esta emoción también puede surgir de una idea que nos repugna. En la base de esta emoción está, por tanto, la intención de evitar ser contaminado.

Por ejemplo, cuando abrimos el frigorífico con la intención de comernos una buena rodaja de sandía y nos damos cuenta de que está medio podrida, no contemplamos la opción de comerla sino tirarla. Su mal estado nos ha informado que puede ser perjudicial para nuestra salud y ponernos en peligro. O queremos echar un poco de leche al café pero al abrir el recipiente notamos un olor acre demasiado fuerte. Si esto sucede tiramos la leche caducada inmediatamente.

El feo aspecto y olor de muchos alimentos nos indica que es mejor tirarlos a comerlos ya que pueden poner en riesgo nuestra salud. De esta manera podemos considerar El asco es una emoción adaptativa que nos evita experimentar situaciones intoxicantes. .

Diferente estudios asocian esta sensación con la corteza insular . Cualquier daño a esta estructura nos impide sentir asco pero también reconocerlo en los demás.

¿Es el disgusto cultural?

La experiencia de disgusto es universal pero puede variar según la cultura. Si bien es una emoción que nos ayuda a evitar posibles peligros para el organismo, también es cierto que Residencia en cultura . Sin embargo, es importante recordar que esta emoción se manifiesta con una expresión facial característica que se puede observar incluso en personas ciegas de nacimiento; también presenta una respuesta fisiológica, psicológica y conductual típica.

En Italia, pocas personas dudan de la delicia de un plato de gambas, pero ¿comeríamos alguna vez un plato de grillos o saltamontes? En algunos países los insectos pueden ser auténticos manjares mientras que en otros despiertan la más profunda aversión.

Incluso en un mismo país una receta puede ser un placer para muchos y un horror para otros. Los caracoles son un claro ejemplo de esto, algunas personas los aman mientras que otras ni siquiera pueden mirarlos. Resulta que Esta emoción también está implícita en el personalidad y en la educación recibida por el individuo .

Ciertamente hay situaciones básicas que suelen disgustar a la mayoría de las personas. como una mala apariencia o un olor nauseabundo. Sin embargo, también es importante tener en cuenta las influencias culturales. En base a esto podremos avisar a un rechazo mayor o menor.

Asco psicológico

Sentir asco nos ayuda a mantener nuestro cuerpo alejado de elementos tóxicos pero esta emoción no sólo concierne a la comida sino que también puede trasladarse al ámbito ideológico . Muchas personas expresan el disgusto que sienten hacia otra cultura, raza, religión, país, etc. Esta idea también se basa en el pensamiento de toxicidad.

El miedo surge ante la presencia de una amenaza física, mientras que el disgusto aparece ante la presencia de un peligro espiritual.

-Paul Rozin-

Algunas personas perciben otras ideologías como personalmente tóxicas. . Piensan que de alguna manera puede dañar sus creencias o sus vidas en general. Por ejemplo, el racismo y la violencia derivan de esta forma de disgusto. xenofobia . Al ver otras razas y personas como tóxicas, tendemos a rechazarlas y evitarlas.

Según los resultados de una investigación realizada por el psicólogo Paul Rozin dedicado al estudio de esta emoción. El disgusto elaborado es una reacción de rechazo a eventos que nos recuerdan nuestra naturaleza animal. .

Rozin y sus colaboradores indican que si bien el asco es un mecanismo de defensa que inicialmente se originó para evitar agentes contaminados con el tiempo se fue liberando de estos elementos orgánicos y podemos llegar a sentirlo hacia alguien que viola las reglas morales . Como vemos, esta emoción tiene una interesante historia evolutiva.

Según estos autores, sentir asco por quienes son racistas violentos o cualquier persona cuya conducta sea considerada negativa podría significar que estamos asumiendo el papel de protectores de la dignidad humana dentro del orden social. ¿Qué opinas?

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