Descubre el lenguaje no verbal y aprende a controlarlo

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Los estudios dicen que en los encuentros cara a cara con otra persona el cuerpo llega a expresar el 100% de la información.

Por otro lado la mayoría de los movimientos y gestos

Nosotros mismos, en nuestro intento de captar información, nos damos cuenta de lo impulsivo y fuera de control que es este tipo de lenguaje. Por esta razón tendemos a confiar más en los gestos que en libertad condicional que escuchamos. Sucede que levantamos una ceja cuando nos parece que un discurso no concuerda con la postura o expresión facial del otro. ¿De verdad crees que puedes convencer a alguien de que te gustó una película mostrando una cara de disgusto? No ¿verdad?

Sin embargo, el hecho de que las expresiones no verbales discurran a menudo por canales ajenos a la conciencia no significa que no puedan redirigirse, al menos en parte. Con la respiración pasa lo mismo: normalmente no la controlamos ¿verdad? Sin embargo, si nos proponemos hacerlo, podemos lograrlo en parte. Con el lenguaje no verbal ocurre lo mismo y se puede controlar parcialmente; a través de la práctica es posible llegar a ser verdaderos maestros en este sentido.

La intensidad de tus creencias se reflejará y viajará a través de los gestos y movimientos que realices al darles voz.

Descubre el lenguaje no verbal y aprende a controlarlo

Postura: el marco del mensaje

Un aspecto interesante relacionado con el lenguaje no verbal es que tiene el poder de reflejar lo que pensamos pero también de generar cambios.

Por ejemplo, los estudios revelan que las personas que caminan con la espalda erguida y miran fijamente al horizonte en un momento concreto inmediatamente después parecerán más convincentes y seguras si tienen que dar un discurso. En este sentido, nuestra forma de presentarnos al mundo puede influir mucho en la forma en que nos sentimos y en el desempeño resultante.

Imagina que tienes que preparar una presentación pero no estás seguro si hablar de pie o sentado. Se trata de lenguaje no verbal y se puede controlar con facilidad. La respuesta más obvia es que elijas la posición que te haga sentir más cómodo. Bueno, si no tienes ninguna preferencia particular, ¿cuál deberías elegir? ¿Cuál te conviene más? si tienes que hablar frente a una audiencia reducido tendrás más beneficios estando sentado mientras que frente a un gran público es recomendable estar de pie.

Si esto no te basta para tomar una decisión, piensa en que de pie tendrás que ser mucho más expresivo que sentado. Si eres una persona muy expresiva o si el caso lo requiere, ponte de pie.

Si has optado por estar de pie, separa ligeramente las piernas para evitar que la tensión muscular te haga sentir cansado al cabo de unos minutos. No balancees el equilibrio de una pierna a la otra; es mejor avanzar unos metros de vez en cuando para no dar la impresión de que el suelo está ardiendo. Si transmites malestar, tus oyentes quedarán infectados por la misma sensación.

Si has decidido comunicarte sentado, no cometas el error de recostarte. Por el contrario, al inclinarte ligeramente hacia adelante, el público tendrá la impresión de que estás interesado no sólo en tu discurso sino también en los espectadores. En última instancia, una posición inclinada de este tipo podría con el tiempo oprimir los pulmones y dificultar respiración

Gestos: el ritmo del mensaje

Los gestos se suelen utilizar para distanciar o acercar o alejar a las personas que nos escuchan. Un gesto podría ser, por ejemplo, dar un paso atrás.

La proxémica –parte de la semiótica dedicada al estudio de la organización del espacio en la comunicación lingüística– revela cómo las personas tienden a moverse a través de cuatro tipos diferentes de espacio en función del nivel de confianza que sienten hacia la persona con la que se comunican. Las cuatro zonas se enumeran a continuación:

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Cuando damos un paso hacia una persona le estamos enviando una señal de confianza e interés. Por el contrario, alejarse implica una sensación de desapego. La forma en que colocamos nuestras palmas también es una fuente importante de información.

  • Colocar las palmas hacia arriba sin apretar los hombros implica una señal de oferta.
  • Colocarlos hacia arriba mientras se encoge de hombros expresa sorpresa.
  • Cuando tus palmas están hacia abajo pero tus dedos están más altos que tus muñecas, estás expresando rechazo. Este gesto también puede utilizarse para defenderse o hacer que el otro dé un paso atrás.

Hay otro hecho curioso relacionado con el mimetismo, a saber, que cuando dos personas que conversan se sienten cómodas el uno con el otro – normalmente el que tiene menos iniciativa – tenderá a imitar los gestos del otro . Si uno se toca la nariz, por tanto, el otro podría hacer lo mismo unos instantes después. Todo esto se debe a las neuronas espejo que actúan desde la primera infancia.

La mirada: el canal del mensaje

Dicen que los ojos son el espejo del alma y que de ellos se desprenden verdaderas chispas. Durante la fase de cortejo y conquista es un fenómeno que afecta a ambos amantes por turno hasta que con las primeras declaraciones y los primeros besos las miradas se transforman en una pasión compartida que produce fenómenos telepáticos.

La mirada también es un indicador de sinceridad y de introversión. Personas introvertidas y sinceras se encontrarían en medio de un río de corrientes encontradas. La mirada también indica atención: no olvidemos que para las personas videntes la vista es el sentido predominante.

Una mirada tímida, entre otras cosas, no sólo puede ser síntoma de una mentira o de un secreto sino que también puede sugerir un sentimiento de vergüenza o protección. De una forma u otra, quienes evitan el contacto visual directo con los demás lo hacen en un intento de no utilizar un poderoso canal de información. En otras palabras, él no quiere

En todo caso Abrir este canal de comunicación es un síntoma de fortaleza y seguridad. Por otro lado, también es una forma de dar valor a los interlocutores e informarles que son lo suficientemente importantes como para llamar nuestra atención. Entonces si Te invitamos a no hacerlo y a abrirte. descubriendo todo lo que se puede dar y recibir a través de la mirada.

La postura mímica y la mirada son quizás los principales elementos de la comunicación no verbal. Conocer sus secretos y actuar en consecuencia de manera consciente e inteligente puede dar fuerza a nuestros mensajes y mejorar la imagen que proyectamos. ¿Quieres intentarlo?

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