
A menudo pensamos que ser demasiado impulsivo o decir cosas en la cara impone necesariamente una especie de condena por falta de respeto. Nada más lejos de la realidad: la sinceridad no está necesariamente reñida con la educación. Tiene más que ver con el saber enviar mensajes de forma clara y educada pero asertiva . Eso es lo que hace la gente diplomática.
También es cierto que este último normalmente tienen una serie de habilidades específicas que les permiten hacer mejor su trabajo y mantener relaciones sociales más sanas. Pero como sabemos, ¡las habilidades deben entrenarse! Así que si quieres desarrollar estas habilidades, toma nota.
Taxonomía básica de personas diplomáticas.
Para entender cómo son las personas diplomáticas tomamos como referencia los rasgos de personalidad que suelen tener los profesionales que se dedican a la diplomacia (por ejemplo, embajadores). Para ello describiremos según el Modelo de los cinco grandes de Costa y McRae los factores estables que distinguen a los diplomáticos.

Apertura a la experiencia
Alguien que es enviado a un país extranjero en el que debe desempeñar un papel mediador debe ser curioso y abierto . Así que se supone que está dispuesto a comprender y que en ocasiones tiene que adaptarse al mundo que le rodea, a su gente, a su cultura, a sus tradiciones… Esto le exige ser tolerante y respetuoso con el que será su hogar durante años.
Esta mentalidad abierta es la base sobre la que se construyen el resto de sus habilidades. Esta posición implica escuchar opiniones contrarias a la tuya y, lo que es más importante, saber utilizarlas a tu favor. Una prerrogativa puede convertirse en una oportunidad .
Tomar en consideración las quejas, solicitudes y necesidades de los demás puede ayudar a mejorar. No sólo en la relación con tus clientes o tu personal sino contigo mismo. No tengas la mente cerrada escuchar y aprender .
Estabilidad emocional
Costa y McRae la definen como lo contrario de la neurosis. En el caso de los diplomáticos debe ser bajo o insignificante. Imaginemos que hay una crisis institucional y que las personas encargadas de resolverla son propensas a verse abrumadas por las emociones.
Sería un auténtico error dejar una actividad de tanta repercusión como la mediación en manos de alguien tan imprevisible. Es aconsejable y Es mucho más seguro para un personaje diplomático tener un carácter tranquilo y pacífico. . Además, esta actitud es especialmente útil en situaciones estresantes o a la hora de tomar decisiones muy importantes.
La estabilidad emocional en sí misma mejora la diplomacia misma. Mantener la calma en la vida cotidiana acentúa nuestra capacidad analítica y estratégica. Saber mantener la calma en situaciones de alta presión o de responsabilidad marca la diferencia . Eso no significa que no podamos intentarlo en algún momento. enojo o frustración, el secreto está en saber controlarlas.
Responsabilidad
Es evidente que la gente diplomática tiene un muy alto sentido del deber. Para obtener resultados satisfactorios es necesario tener autodisciplina y orden . Pero esto no puede convertirse en rigidez o terquedad porque sabemos que para ser bueno negociador en muchas ocasiones hay que ser de manga ancha.
Cuanto más riguroso y fiel seas contigo mismo, mayor será tu credibilidad y confiabilidad. Pensemos en un miembro de nuestra familia. ¿A quién le confiarías una tarea muy importante para ti? ¿A una persona que demuestra ser responsable en su vida diaria o a alguien que no demuestra ser nada confiable?

Amabilidad
Para ejercer esta profesión, la amabilidad, el buen carácter, es uno de los rasgos básicos. Y no sólo por la empatía y la cooperación que se requieren en un entorno intercultural sino porque los contactos de un diplomático son esenciales para él .
Hacer que las personas de tu contexto se sientan felices, apreciadas y comprendidas es muy importante para el correcto desempeño de tu trabajo. Las personas amables suelen tener un círculo íntimo fuerte basado en la confianza y el respeto.
Este es uno de los factores clave para los diplomáticos. Y no se trata sólo de que le guste la gente. No significa ser falso o intentar decir siempre lo que la otra persona quiere oír. Se basa en el intento de mantener coherencia entre pensamientos/valores y comportamientos sin herir las personas que nos rodean y que tienen puntos de vista opuestos . En otras palabras, poder hacer observaciones sin ofender la sensibilidad de los demás.
Extroversión
Aunque esté estrechamente vinculado a la apertura a la experiencia, no pueden considerarse sinónimos. La extraversión se refiere más a la tendencia de una persona a querer relacionarse con los demás . En el caso de un diplomático esta cualidad es fundamental.
Alguien con responsabilidad debe ser asertivo, conversador, sociable y enérgico. Debe dominar las habilidades comunicativas y sentirse cómodo intercambiando opiniones. Si se retracta o es tímido muchos aspectos de su trabajo requerirán un esfuerzo que eventualmente lo agotará.
L y diplomáticos tienen una personalidad dialogante, resolutiva, negociadora extrovertida . Son carismáticos, dispuestos a aprender sobre el mundo, emocionalmente estables, adorables y muy responsables. ¿Y tú encajas en este perfil o conoces a alguien que sea así?