La desesperación, el dolor que provoca la depresión

Tiempo De Lectura ~7 Mínimo
Hay momentos en los que nos sentimos desesperados, angustiados por la búsqueda de sentido a lo que nos rodea, enfadados con nosotros mismos y con los demás... Detrás de estas realidades psicológicas adversas se esconde muy a menudo la segunda cara de la depresión.

La desesperación es el eco que surge del vacío. Es la ira que sigue cuando se ha perdido toda esperanza, es la tristeza transformada en lamento de quien cree haberlo perdido todo y ya no percibe la luz en el horizonte ni el sentido de su presente. Pocos estados psicológicos pueden resultar tan peligrosos como este pico en el que la persona ya no sabe qué camino tomar ni en qué camino confiar.

sabemos que desesperación es una experiencia humana común. Varios filósofos han hablado de ello durante siglos, entre ellos Sören Kierkegaard quien lo definió como falta de ánimo, sentido y desafío. Jean-Paul Sartre, por su parte, afirmó que en esta dimensión hay una frustrante incapacidad para avanzar así como un pesimismo casi cobarde muchas veces insinuado por la propia sociedad.

Pero lo que llamamos desesperación es en realidad la dolorosa impaciencia de una esperanza no alimentada.

-George Eliot-

Desde el punto de vista psicológico, nadie ha profundizado como Viktor Frankl en la desesperación humana. El padre de la logoterapia, que sobrevivió a varios campos de concentración nazis, definió este concepto a través de ideas muy simples: sufrimiento y pérdida de significado.

Estas experiencias son sin duda las más angustiosas para una persona, sin embargo es posible sobrevivir a ellas. Depende de nosotros desafiarlos y afrontar la vida con nuevos y mejores recursos.

La desesperación en psicología: una emoción angustiosa

Si priváramos a una persona de sus intenciones, de la visión que tiene de ellas y del sentido que le da a su vida, terminaríamos catapultándola a la desesperación absoluta. Como aunque muchas veces definimos esta dimensión como una mezcla entre tristeza y falta de esperanza cabe señalar que va más allá.

La desesperación es sinónimo del vacío de caer en un estado mental donde ninguna de nuestras preguntas tiene respuesta. Es común en esta etapa que surjan preguntas como esta: ¿Qué significado tiene la vida? ¿Qué estoy haciendo en el mundo? ¿Qué puedo hacer en esta situación si nada tiene sentido? Estas preguntas sólo alimentan el ciclo de desesperación, transportando a la persona a un rincón de oscuridad psicológica donde permanece atrapada.

Impulsado por la ansiedad

El estudio realizado por el Doctor Martin Bürgy de la Universidad de Stuttgart en Alemania indica que hasta hace poco la desesperación era tratada como un fenómeno psicopatológico de poca importancia. Ha estado relegada durante décadas al universo filosófico vinculado sobre todo a los problemas existenciales.

El psicología cognitiva en cambio, subraya la importancia clínica de esta emoción. La desesperación puede aparecer puntualmente en nuestras vidas. Podemos sentirlo cuando en un momento dado todo parece ir en nuestra contra, haciéndonos sentir estancados y perdidos. Pero también hay casos en los que la situación se complica.

Esto sucede cuando caemos en ciclos de pensamientos obsesivos. que alimentan la negatividad y la vulnerabilidad. A estos pensamientos negativos se suma un complejo entramado de emociones como tristeza, angustia, ira, frustración…

En otras palabras, es fácil que la desesperación aparezca inicialmente como consecuencia de la ansiedad. Si la situación se prolonga en el tiempo la persona casi inevitablemente sufrirá un trastorno depresivo.

La desesperación te obliga a enfrentarte a ti mismo

La depresión llevada a su extremo acaba generando ideas extremas en la mente de quien la padece. La idea del suicidio es fruto de la pérdida total del sentido y de la esperanza, sin duda el aspecto más peligroso en estos casos y para el que se vuelve crucial contar con ayuda psicológica.

Por tanto, es común que La desesperación se manifiesta como una constante en el caso de la depresión mayor y también en trastorno bipolar . Son situaciones delicadas que requieren tratamiento farmacológico además de terapia psicológica. Como señalamos al principio, estas realidades se pueden superar gracias a la ayuda especializada y al propio compromiso.

Para lograrlo necesitamos reflexionar sobre algunas cuestiones.

La ira nacida de la desesperación puede ser útil

La ira es una emoción desconocida hoy en día. Es enérgico, potente y exigente y si lo canalizamos bien puede ayudar a transformar situaciones.

La desesperación también se compone de esa ira que hace que no le encontremos sentido a nada. Estás enojado contigo mismo y también con el mundo. Pero aunque esto pueda sorprendernos, es positivo. Sería peor si se intentara apatía, inmovilidad sensación de vacío o indiferencia total.

Si intentamos canalizar la ira a nuestro favor, las cosas podrían cambiar poco a poco y encontrar un nuevo equilibrio. Sólo necesitamos canalizar la energía para que el potencial positivo se libere en nuestra realidad.

Cara a cara contigo mismo para empezar de nuevo

Hay quienes dicen que la desesperación es la prisión del ego. Es nuestro lado más oscuro el que nos quiere débiles y perdidos. Carl Jung sostuvo que el propósito de la terapia psicológica es la transformación y sobre todo el logro de una individualización que permita al paciente encuentra tu propio significado vital .

La desesperación nos obliga a hablar con nosotros mismos para ver lo peor de nuestro ser. Por esta razón es nuestra obligación aceptar nuestra sombra tal como la definió Jung y luego aprender a prescindir de ella. Debemos alcanzar ese lado brillante y fuerte donde podamos encontrar esperanza y seguridad. Sin duda es un viaje no exento de dificultades pero sin duda

Entradas Populares