
Si tus hijos son adolescentes rebeldes, debes saber que esta es una situación común para muchos padres. La adolescencia es una fase importante del crecimiento individual que crea la base para definir nuestra propia identidad .
Muchas familias no suelen aceptar –o lo hacen a regañadientes– este proceso de independencia durante la adolescencia sin dejar de ver a sus hijos como niños. Por otro lado, sin embargo, es común que el adolescente se sienta capaz o demuestre mayor iniciativa para iniciar esta desconexión familiar, paso obligado en el camino hacia la independencia o la autonomía (Lamas 2007). Sin embargo, también es cierto que a veces nuestros hijos se convierten en adolescentes rebeldes.
Es en este contexto donde comienzan la mayoría de los conflictos entre los adolescentes y sus padres. A esta edad, los adolescentes encuentran una caja de resonancia para su malestar en contextos extrafamiliares pero al mismo tiempo también otra fuente de frustración al tener dificultades para relacionarse inteligentemente.
En este sentido es esencial que el familia ayudar al adolescente en su plan de vida enseñarle y diseñar junto con él estrategias efectivas que le permitan mejorar las relaciones con el mundo exterior. A veces los adultos olvidan que los adolescentes en parte siguen siendo niños que interactúan en contextos cada vez más complejos. Sin embargo, no podemos tratarlos como tales y ahí es precisamente donde reside la dificultad.
El interés por explorar estrategias de forma independiente es lo que lleva al adolescente a comportarse de forma extraña tratando de encontrar su lugar en ese mundo que poco a poco comienza a abrirse ante sus ojos. No olvidemos que a esta edad no dominan muchas estrategias de relación con los entornos externos. Por eso muchas veces terminan sintiéndose perdidos pero al mismo tiempo no quieren recibir ayuda que comprometa la independencia que luchan por ganarse.
Puede ocurrir que los niños adopten estrategias familiares convirtiéndose en adolescentes prefabricados o que rompan completamente con lo que les han enseñado en busca de su propia identidad. Acompañarlos en este proceso es fundamental para que la adolescencia siga siendo lo que debe ser: simplemente una transición de la niñez a la edad adulta. . Si la familia es demasiado rígida en este proceso es probable que se encuentren luchando con una adolescencia rebelde.
No hay adolescentes problemáticos, sólo niños que sufrieron al crecer.

La estructura familiar de los adolescentes rebeldes
Para demostrar la influencia de la estructura familiar en el origen y mantenimiento del problema se utiliza la descripción que hace Fishman de los adolescentes rebeldes (Lamas 2007). El adolescente rebelde crece en una estructura familiar caracterizada por fronteras y límites permeables. lo que se manifiesta en el hecho de que los miembros de la familia están fuertemente interconectados.
En estas familias todos saben todo sobre todos. Los límites permeables significan que estas familias siguen los consejos que les llegan del exterior. El bajo nivel de estructura jerárquica típico de estas estructuras familiares empeora el problema ya que los niños son los miembros que tienen el poder dentro de la familia.
A veces estos tipos responden a frustraciones con ira desmedida y entablan relaciones muy apasionadas con sus pares y novios compuestas de intensos amores celosos y rupturas seguidas de ostentosas reconciliaciones. Esta intolerancia a la frustración puede llevar a los niños a ser rebeldes confrontativos .
Varias teorías del aprendizaje, en particular el aprendizaje conductual, sostienen que lo mejor que se puede hacer para criar adolescentes sanos y libres de problemas es brindarles una infancia en la que haya logros pero también desafíos y frustraciones. Si nunca dejamos que nuestros hijos se frustren por no conseguir algo habremos educado a monstruos egoísmo que se sienten con derecho a tenerlo todo simplemente por existir y que pueden convertirse en adolescentes rebeldes.

Este estilo de crianza es cada vez más común. S Parece que si podemos darlo todo a nuestros hijos entonces seremos mejores padres . Pero nada más lejos de la realidad. Si educamos a los niños en la cultura de la incapacidad, cuando lleguen a la adolescencia no entenderán nuestras nuevas intenciones, convirtiéndose en adolescentes problemáticos y tiranos.
Los jóvenes siempre han tenido el mismo problema: cómo rebelarse y conformarse al mismo tiempo
-Quentin Crisp-
7 consejos para padres de adolescentes rebeldes
El objetivo de esta sección no es ofrecer asesoramiento experto sino animar a los padres a encontrar conexiones y puntos en común con sus hijos . No todas las sugerencias son válidas para la misma familia ni para el mismo adolescente; ni siquiera para la misma familia y el mismo adolescente en distintos momentos. Por ello es necesario que el lector profundice en las circunstancias más favorables para su aplicación.

Primero recordemos que si tenemos una relación positiva con el adolescente será más fácil representar una influencia positiva para él (y también negativo si no nos comportamos de la manera correcta). De lo contrario siempre tendremos la posibilidad de construirlo. Para ello es fundamental conocer sus características e intereses porque gracias a ellos podremos sintonizarnos con él. En otras palabras para
Veamos estas 7 ideas generales que pueden ayudarnos a lidiar con adolescentes rebeldes:
Establecer dioses
Es necesario que en la vida familiar existan reglas que respetar. Es igualmente importante que el adolescente sepa cuáles son las consecuencias de transgredir estas normas.
Invierte tiempo y energía
Para mejorar la educación de los niños necesitamos invertir tiempo y energías. Si hacemos esto, las posibilidades de que tengamos el control de la situación aumentan significativamente.
Sea firme en las decisiones
No falles en mantener un estilo de vida consistente con eso enseñas. Debemos predicar con el ejemplo y mostrar los beneficios de comportarnos correctamente.
Evite las comparaciones
Compararse constantemente con hermanos o amigos puede dañar su concepto de sí mismos hasta el punto de que los niños se vuelvan desafiantes.
Evite presiones innecesarias
Los adolescentes necesitan tener sus propios objetivos. Los adultos deben acompañar los procesos de elección pero no deben empujar a sus hijos a alcanzar metas que ellos no pudieron alcanzar.
Aceptar que los niños no son perfectos
Si nuestro hijo comete un error debe aceptar las consecuencias aunque le duela y nos sintamos obligados a protegerlo.
Se honesto con ellos
La sinceridad es una herramienta que normalmente no utilizamos mucho con niños/adolescentes. Las relaciones familiares están jerarquizadas hasta el punto de que en ocasiones evitamos algunas de las técnicas más efectivas para acercarnos a los adolescentes.
En resumen, los adolescentes son casi al mismo tiempo desconfiados e ingenuos, entusiastas y apáticos, comunicativos y cerrados, protectores y arriesgados. Esto significa muchos adolescentes son una pura contradicción con matices muy ricos por eso logran despistarnos tanto .

La mayoría de ellos se preocupan por su imagen social, ya sea directamente o tratando de demostrar que no les importa lo que piensen los demás. Agradecen la ayuda pero sobre todo la confianza y la posibilidad de cometer errores. En este sentido muchas veces no hay que temer por ellos sino simplemente acompañarles.
Los niños adolescentes parecen ser los más difíciles de educar, pero si se logra, las enseñanzas durarán toda la vida.