Cuando a la gente buena le pasan cosas malas

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En la vida nunca obtienes lo que das. Sin embargo, das lo que eres y lo que tienes en tu corazón.

Cuando la injusticia y la adversidad golpean a las personas buenas, el mundo que los rodea pierde su poesía y la vida su lógica. Sin embargo, las personas buenas nunca pierden la esperanza: aunque la maldad los hunde, el bien los eleva; será esta cuerda dorada que los une a todos y que tarde o temprano los llevará a lo alto, haciéndolos aún más fuertes y valientes.

Dicen que una de las principales armas del terrorismo, además de cobrar víctimas y generar caos, está infundiendo a la población gran miedo psicológico . Este miedo no sólo les da importancia sino que también les da poder sobre sus víctimas; la certeza de que los hilos invisibles del terror alterarán su forma de vida y dejarán al descubierto esa necesidad que toda persona siente en su vida diaria: sentirse segura.

-Patrick J. Kennedy-

Sólo en los últimos meses muchas personas han . Una vez más debemos lamentar las numerosas pérdidas humanas de vidas hermosas de personas buenas de hijos muy pequeños de padres abuelos de amigos y ciudadanos de al menos 18 nacionalidades diferentes disfrutando de una tarde como cualquier otra en una calle cualquiera de una de las hermosas capitales que adornan nuestro mundo.

El mal nos ha visitado una vez más y si bien no se trata de un hecho nuevo ni aislado, aunque son decenas de personas que mueren cada día en las mismas circunstancias en distintos rincones de nuestro planeta, hay un aspecto que escapa a nuestro control. ¿Cómo debemos reaccionar en estos casos? Expertos en psicología sobre terrorismo como Jeff Greenberg, Sheldon Solomon y Tom Pyszczynski nos advierten que estos eventos nos cambian de una manera muy particular

La gente buena se une ante la dificultad

Estos días las redes sociales se están llenando de fotos de gatos . La mayoría de usuarios de Twitter se han unido con un objetivo concreto: evitar la difusión de imágenes de las víctimas y frenar la posible filtración de información que pueda ser útil a los terroristas. Salvo algunos casos aislados, la gente está trabajando duro, dando forma a un acto de civismo excepcional que también se deja ver en la calle: los vecinos de Barcelona, ​​afectada por un atentado terrorista hace apenas un mes, ofrecieron alojamiento a quienes lo necesitaban, el transporte fue gratuito y los comercios hicieron todo lo posible por colaborar.

Es en estas situaciones que nos damos cuenta de cómo a pesar del caos, la tragedia y el horror, los actos de altruismo restauran nuestra dignidad. Son estos gestos los que incluso en estos momentos de desesperación nos muestran que nuestro mundo está habitado sobre todo por gente buena. Expertos como el citado también lo confirman. Dr. Jeff Greenberg psicólogo de la Universidad de Arizona quien nos dice que Después de un acto terrorista de esta naturaleza, la gente implementa mecanismos culturales de subsistencia.

Pocos momentos nos hacen sentir víctimas frágiles y vulnerables de estos acontecimientos. Nada es tan devastador como descubrir que nuestra sensación de seguridad es en realidad falsa y que el terrorismo es indiscriminado e impredecible. El mañana es una incógnita y esto nos pone la piel de gallina.

Sin embargo, en estos contextos, en lugar de ser alimentados por la ira o el deseo de venganza, sucede algo extraordinario entre la población. Aumenta el sentido de comunidad y sobre todo busca reconstruir esa estabilidad que va más allá del simple hecho de levantar un edificio derribado o una carretera destruida. .

Sobre todo, se nos pide que tengamos la capacidad de recuperar la estabilidad emocional y la confianza en quiénes somos y en la sociedad que nos rodea. Una sociedad que sigue creyendo en la paz y el respeto. Personas que, a pesar de haber sido golpeadas por el mal más feroz, aún necesitan tener fe en la bondad del ser humano.

Aprenda a minimizar y maximizar nuestras respuestas al terrorismo.

Psicólogos y psiquiatras especializados en psicología del terrorismo señalan que en estas situaciones es necesario poner en práctica dos respuestas diferentes . Dos comportamientos que a largo plazo nos permitirán abordar adecuadamente estos contextos que cada vez se dan más cerca de nosotros.

Veámoslos a continuación.

Intentamos minimizar…

Debemos intentar minimizar la exposición a imágenes de ataques pero no a información. Aunque la mayoría de los medios de comunicación Si intentamos controlar el acceso a las imágenes más sangrientas de estas masacres, tarde o temprano recibiremos un documento o un detalle que tendrá un gran impacto emocional en nosotros. Por eso evitamos estas situaciones y colaboramos, por ejemplo, compartiendo imágenes de gatos para que las redes sociales se impongan este filtrado.

Es igualmente necesario minimizar los pensamientos de odio.

Es fundamental minimizar al máximo la sensación de miedo. No dejes que el terror triunfe sobre nosotros. .

Intentamos maximizar...

  • Intentemos maximizar los actos de apoyo y altruismo.
  • Intentamos incrementar nuestras aportaciones tanto a través de las redes sociales con mensajes de apoyo como de forma presencial brindando ayuda (como alojamiento donando el sangre ...).
  • Básicamente intentamos maximizar nuestra contribución a todo lo positivo en estos contextos intentando evitar actitudes de victimización y favoreciendo un auténtico sentido de apoyo, solidaridad y sentido de comunidad.

En conclusión, como desgraciadamente hemos visto más de una vez A la gente buena también le pasan cosas malas. . Sin embargo, la única diferencia con quienes sólo entienden la violencia como una forma de comunicación y opresión es que la bondad no se rinde ni desaparece.

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