
La vida diaria de quienes sufren ataques de pánico está fuertemente influenciada por la preocupación de que pueda ocurrir una crisis en cualquier momento. Como resultado, limitan sus actividades y obligaciones diarias. Es cierto que se pueden lograr algunas mejoras con medicamentos, pero La psicoterapia, concretamente los ejercicios de exposición, ayudan a gestionar mejor los ataques de pánico.
Los ataques de pánico producen un terror intenso y repentino acompañado de diversas manifestaciones físicas y cognitivas. El intenso malestar que se siente durante el primer ataque hace que la persona sienta miedo al miedo. Por tanto, permanece constantemente vigilante y atento, por temor a una nueva crisis.
Sobre todo teme que las sensaciones desagradables puedan reaparecer. Paradójicamente es el miedo sí mismo para magnificar y sobredimensionar cualquier sensación corporal completamente normal. El exceso de atención unido a una serie de pensamientos desadaptativos acaba provocando un nuevo ataque de pánico.

Exposición enteroceptiva en ataques de pánico.
A menudo sucede que una persona acaba considerando algunas manifestaciones físicas inofensivas como peligrosas o alarmantes. Por ejemplo, las palpitaciones se interpretan como un signo de un infarto, la dificultad para respirar como una asfixia inminente o los mareos como el preámbulo de un desmayo. Durante los ataques de pánico la persona siente que está a punto de volverse loca o incluso de morir y que ya no tiene el control de su cuerpo.
Para contrarrestar estas situaciones desagradables el sujeto en cuestión adopta diversas estrategias. evitación es decir, no realiza determinadas actividades o no acude a lugares asociados a ataques de pánico. Además de esto, adopta conductas que le ofrecen seguridad como llevar siempre una botella de agua o posicionarse cerca de las salidas cuando se encuentra en un medio de transporte o en lugares públicos.
Esta evitación alimenta la sensación de peligro impidiéndonos verificar la inocuidad de las sensaciones experimentadas. Por tanto, es fundamental exponerse a estas sensaciones corporales. Se trata de provocar las sensaciones físicas que se sienten durante un ataque de pánico a través de ejercicios; de esta forma la persona es capaz de controlarlos, adaptarse a ellos y dejar de temerles.
Ejercicios de exposición para gestionar los ataques de pánico.
Algunas prácticas para gestionar los ataques de pánico son:

Otros ejercicios de exposición útiles
Además de ejercicios relacionados con las sensaciones corporales. hay algunos que involucran la imaginación . Nos referimos a aquellos ejercicios de exposición en los que una persona vista ella misma mientras experimenta la sensación de pánico y no intenta evitarlo.
También es útil Visita gradualmente lugares y te encuentras en situaciones que antes te causaban ataques de pánico. y que tendíamos a evitar. Claramente este tipo de exposición puede ser desagradable pero ha demostrado ser eficaz con resultados duraderos superiores a los obtenidos con medicamentos.