Aneurisma cerebral: definición, síntomas, tratamientos.

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10 de cada 10.000 personas pueden sufrir un aneurisma cerebral a lo largo de su vida. Aunque no presenta síntomas, existen algunos factores de riesgo que deben tenerse en cuenta.

El aneurisma cerebral es una dilatación de una arteria en el cerebro. La complejidad de esta patología vascular está representada por el hecho de que generalmente no presenta síntomas. Poco a poco, sin que la persona se dé cuenta, esa zona se inflama con riesgo de una posible rotura de la arteria. Si no se toman medidas rápidamente, las consecuencias pueden ser fatales.

Seguramente la mayoría de nosotros habremos conocido a alguien que haya padecido esta delicada patología. Gracias a un diagnóstico precoz, algunas personas han tenido la oportunidad de someterse a una cirugía rápida (el procedimiento clásico embolización ) y pudieron vivir una vida normal sin consecuencias particulares. Otros pacientes, sin embargo, experimentan los efectos de la rotura de un aneurisma.

Sin embargo, hay un hecho que no se debe pasar por alto. Si bien es una condición que tiende a aparecer con mayor frecuencia entre los 40 y 65 años, también puede presentarse en jóvenes y niños. En ocasiones algunos problemas genéticos o malformaciones arteriovenosas propician la aparición de estas peligrosas alteraciones en las arterias cerebrales.

Los aneurismas cerebrales pueden desarrollarse en cualquier individuo independientemente de su edad. Generalmente son más comunes en personas mayores de 40 años y afectan principalmente a mujeres.

¿Qué es un aneurisma cerebral?

Un aneurisma cerebral es una dilatación vascular patológica que puede aparecer en un artería o en una vena del cerebro. El flujo sanguíneo se acumula en una parte de la vena, lo que hace que se dilate y tome la forma de un globo.

Como nos explica un estudio realizado por el departamento de cirugía de la facultad de medicina de la Universidad de Oklahoma, casi el 85% de los aneurismas afectan a la misma zona: la base del cerebro . Exactamente en el Polígono (o Círculo) de Willis.

Dependiendo de la forma, tamaño y localización podemos identificar tres tipos de aneurismas cerebrales:

    Aneurisma sacular.Afecta las paredes de una arteria. No es congénito y se desarrolla a lo largo de la vida. Es el más común.
    Aneurisma fusiforme.En este caso estamos ante un aneurisma mucho más complejo tanto de detectar como de tratar. En lugar de tener una forma redondeada, tiende a afectar gran parte de la arteria cerebral, generando trombosis.
    Aneurisma disecante.Este tipo es menos común y afecta principalmente a la población más joven. Provoca diversos trastornos como problemas hereditarios, infecciones, artritis, displasia fibromuscular, aterosclerosis, etc.

¿Cuáles son los síntomas de un aneurisma cerebral?

Como ya se mencionó, es bastante común que un aneurisma cerebral sea asintomático. Cuando hay signos evidentes significa que la arteria o vaso sanguíneo se ha roto. En ese momento es necesario actuar lo más rápido posible y prestar atención a los siguientes síntomas:

    Cada persona repentino y muy intenso.Muchas personas lo describen como el peor dolor de cabeza de su vida, intenso y paralizante, provocando rigidez en el cuello, lagrimeo en un ojo e incluso parálisis de un ojo.
  • Los vómitos y los mareos son muy comunes.
  • Alteraciones en la exposición a la luz.
  • Problemas de coordinación y movimiento.
  • Dificultad para pensar con claridad.
  • Trastornos del lenguaje (afasia).
  • Pérdida del conocimiento.

Diagnóstico de aneurisma

Los médicos utilizan diferentes escalas para evaluar la gravedad de un aneurisma cerebral. Las más comunes son la escala de Glasgow (en caso de que la persona haya perdido el conocimiento) y la escala de Hunt y Hess. En este último caso evaluamos:

  • El grado de dolor de cabeza y rigidez del cuello.
  • Modorra y grado de confusión mental.
  • Si aparece o no hemiparesia (parálisis en un lado del cuerpo o cara).
  • Aparición de coma, cuadro de máxima gravedad y peor pronóstico.

Si existen antecedentes familiares previos es recomendable realizar controles y pruebas diagnósticas. Los métodos más habituales para detectar la presencia de un aneurisma cerebral antes de que se rompa son los siguientes:

  • Tomografía computarizada.
  • Angiografía cerebral.

También debemos tener en cuenta otro aspecto. Muchas personas mueren sin saber que han tenido un aneurisma cerebral. No todas las alteraciones cerebrovasculares acaban en rotura y aunque las posibilidades no sean muy altas sigue existiendo riesgo.

Tratamiento

En el caso de un aneurisma cerebral se tienen en cuenta varios factores. La primera es si la arteria o el vaso sanguíneo se ha roto o no.

El segundo se refiere al tamaño, posición, edad del paciente y otras condiciones neurológicas asociadas. Sin embargo, la buena noticia es que si hay un diagnóstico precoz los tratamientos son efectivos y no se requiere una cirugía muy compleja. El tratamiento endovascular es suficiente. Veamos los más comunes.

Embolización endovascular

Esta técnica consiste en introducir un pequeño catéter por la ingle del paciente siguiendo la arteria cerebral hasta el cerebro. stent Dispositivos médicos que controlan y canalizan estas patologías.

Derivación cerebral

La aplicación de un derivación La parálisis cerebral requiere la hospitalización del paciente por un período de entre tres y cinco días. En este caso la intervención es un poco más compleja que la embolización. De hecho, requiere la ejecución de una pequeña craneotomía para aplicar el derivación y regular y reducir el flujo sanguíneo anormal de la arteria o vena en cuestión.

Procedimiento quirúrgico

Finalmente, en casos más graves, los médicos pueden optar por una operación que requiere una incisión en el cráneo . La incisión es pequeña y la cirugía es sencilla. Se insertan dispositivos de titanio para canalizar y tratar el aneurisma.

Todos estos tratamientos son eficaces si el aneurisma no se ha roto. No siempre tenemos esta suerte y muchas veces no somos conscientes de ello porque se trata de una patología asintomática. Sin embargo, podrás recordar la información que te hemos proporcionado y si el caso lo requiere sabrás cómo actuar.

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