
La fugacidad del tiempo nos preocupa a medida que crecemos
Recuerdo que cuando era pequeña pasaba una eternidad antes de que llegara Navidad o mi cumpleaños.
Este es sin duda un efecto psicológico que todos hemos notado. El tiempo ya no pasa rápido, simplemente cambia nuestra percepción. La rutina nos impide disfrutar al máximo de cada día y nuestros recuerdos parecen alejarse cada vez más. pasado ahora muy lejos. Todo esto afecta nuestra percepción de la fugacidad del tiempo.
La fugacidad del tiempo es una cuestión de percepción.
El tiempo fluye igual para cualquier persona salvo la percepción que tengamos de él
Están ahí aunque muchas personas capaces de aprovechar cada día de su vida y disfrutarlo como lo hacían cuando eran jóvenes; para ellos el movimiento inexorable de las manos no es la causa de estrés . Piensa que la percepción del tiempo es muy importante y es la clave de todo ello. ¿Podemos hacer algo para evitar sentir que no podemos detener el paso del tiempo?

Por supuesto Trabajar Para afrontar reuniones, compromisos, proyectos y plazos, parece que el día necesita unas horas más.
Crecemos, adquirimos responsabilidades pero nos olvidamos del tiempo.
Todo depende de lo que tengamos que hacer, de nuestras obligaciones, de nuestras rígidas rutinas. Cuando abandonamos la rutina y nos vamos de vacaciones no miramos constantemente el reloj como cuando estamos trabajando. Esto, además de la edad, también influye.
Nuestra memoria y tiempo.
Además de la rutina y nuestros compromisos laborales, existen otras situaciones que nos hacen comprender por qué cuanto más mayores somos, más rápido pasa el tiempo. Y memoria . Cuando miramos hacia atrás, cuantos más años tengamos, menos recuerdos conservaremos de los últimos años; al contrario, cuando eres más joven tienes recuerdos más recientes.
Los pocos recuerdos grabados en nuestra memoria nos provocan ese extraño efecto del tiempo fugaz que hace que parezca que existe.
Tomemos como ejemplo una ruptura sentimental ocurrida hace un año. Puede que te parezca que ha pasado poco tiempo pero si lo piensas bien ¡ha pasado un año! Tu percepción te ha hecho creer que ha pasado menos tiempo del que realmente pasó. Esto se debe a que tus recuerdos de esa época son pocos y muchos han sido borrados.
Esto explicaría por qué durante los primeros años de la infancia y la adolescencia todo fluye más lentamente. Nuestros recuerdos de las últimas horas son mucho más vívidos e intensos. Sin embargo nuestra memoria es limitada y a medida que pasan los años solo quedan los recuerdos más relevantes. Obviamente estos serán menos recientes que en el pasado. La fugacidad del tiempo es sinónimo de pérdida de horas que pasan como si no tuvieran sentido.
Durante escuela la universidad y el trabajo marcan nuestro tiempo y nuestra vida. Aprendemos continuamente nos enamoramos por primera vez conocemos a mucha gente experimentamos viajamos. En consecuencia, los cambios se suceden uno tras otro y somos conscientes de ellos, a diferencia de lo que ocurre durante la infancia.
Ya sea que el tiempo pase lento o rápido, lo mejor que puedes hacer es disfrutarlo.