No importa lo que demos, sino cuanto amor le pongamos.

Tiempo De Lectura ~2 Mínimo

Dar es un acto de fe cuya única prueba verdadera es el amor. Es un acto de cariño que surge del corazón y se contagia con los ojos cerrados. Y es la cantidad de bien implícita en este acto la que mide su fuerza. De hecho, dar sin segundas intenciones puede ser sencillo, pero ofrecer de forma voluntaria y sincera no lo es tanto.

Entonces no: no sólo cuenta lo que eres capaz de dar a los demás o recibir de ellos, sino también lo que eres capaz de dar a los demás o recibir de ellos. Amar que inviertes o cobras en cada acción. Parece una contradicción pero para poder llenar nuestra alma es necesario compartir la intensidad emocional que hay en su interior.

El acto de dar puede ser tan satisfactorio como el acto de recibir.

Parece que la idea de recibir algo de alguien lleva implícita la idea de sumar mientras que el concepto de dar implica la de restar. Es probable que a veces coincidan estas dos cosas y así es pero hay muchos otros casos en los que esta ley se contradice: a veces no nos damos cuenta

Podemos vivir de lo que ganamos; sin embargo lo que damos construye vida.

-Arthur Ashe-

Es cierto que ambas cosas son importantes. De hecho, dar con el corazón abierto por el mero placer de hacerlo es tan valioso como saber recibir algo de los demás. Tanto una como otra acción implican una dinámica que debe producirse de manera generadora recíproca felicidad y satisfacción personal .

Recibimos y ganamos pero damos y podemos ganar aún más. Los antiguos griegos ya consideraban en el pasado que la inteligencia emocional de las personas residía en el corazón. Por eso lo realmente importante es el amor que das a los demás a través de lo que donas y la emoción que recibes cuando te dan algo, no el acto superficial de hacerlo.

El corazón se nutre y late con energía gracias al equilibrio entre dar y recibir.

Cuando dar es también dar

Siguiendo esta línea de pensamiento es justo decir que Hablar de dar y recibir con el corazón significa entregarnos como personas y acoger lo que los demás quieren transmitirnos. Las relaciones interpersonales no son más que esto: un pedacito de nuestra alma se aleja de los demás cada vez que damos con sinceridad y una parte esencial del otro se arraiga en nuestro interior cuando nos abrimos a recibirlo.

Dar sin cariño no es nada hacer un favor por interés no es amable pensar en otra persona por simple deber es superficial etc. Al contrario si ponemos amor en todo lo que hacemos todo cambia .

En este caso, si ponemos amor en el acto de dar, enriqueceremos lo que damos. Nos estamos quitando el mascarilla estaremos abriendo las puertas del rincón más vulnerable de nuestro ser para dejar salir nuestro yo más puro.

Nadie es más generoso

de los que se entregan.

-P. Luís Carlos Aparicio Mesones-

Esta parte de nosotros es la más valiosa y permanecerá más impresa en las personas que nos rodean. Si alguien hace algo por nosotros desde el corazón podremos percibir cómo esa acción deja huella en nuestra memoria. Los actos emocionales sinceros quedan encerrados en ese cajón en el que a lo largo de la vida guardamos los recuerdos, objetos, personas o ideas que realmente nos importan.

Cuando das con amor algo siempre regresa

Quizás estés pensando que das más de lo que das recibir y eso no está bien. De lo contrario Es casi seguro que a veces te habrás cansado de no ver ningún comentario de los demás cuando siempre te desvías de tu camino. . La decepción que sentimos al percibir todo esto no tiene tanto que ver con el hecho de no recibir sino con pensar que quizás no seamos realmente importantes para esas personas.

Sin embargo, sí podemos decirte una cosa: cuando das con amor, tarde o temprano algo, por pequeño que parezca, siempre regresa.

Para poder sonrisa llenas de agradecimiento, unas palabras de cariño o un pequeño gesto que intente hacernos felices.

Sólo tienes lo que das.
No nos poseemos hasta que nos damos.
El verdadero servicio requiere sacrificio.

-Emmanuel Mounier-

Ser capaz de comprender todo esto puede parecer difícil pero no imposible. No podemos vivir en sociedad si no creemos en la reciprocidad, la bondad del ser humano y el agradecimiento mutuo . Merecemos el amor que debemos poder dar si queremos mantener una autoestima sana.

Imágenes cortesía de Pascal Campion

Entradas Populares